Anagrama:
(Del lat. anagramma, y este del gr. ἀνάγÏαμμα).
1. m. Transposición de las letras de una palabra o sentencia, de la que resulta otra palabra o sentencia distinta.
2. m. Palabra o sentencia que resulta de esta transposición de letras; p. ej., de amor, Roma, o viceversa.
3. m. SÃmbolo o emblema, especialmente el constituido por letras.
(Diccionario de la RAE, vigésima segunda edición)
Fue el 23 de abril de 1969 cuando salieron a la venta los primeros tÃtulos de Anagrama, en aquel entonces en pañales, después de que Jorge Herralde intentara poner en marcha dos intentos frustrados, uno con su gran amigo Carlos Durán, con quien compartÃa la pasión por Sartre y Camus, y otro posterior con Jordi Argente.
Con las ideas claras (incluido un logotipo diseñado por Julián Mumbrú, en el que se componÃa la inicial del nombre de la editorial a través de tres triángulos, el mismo número de colecciones de referencia con las que se situaba en la lÃnea de salida), el joven Herralde se aupaba como uno de los miembros más activos y guerreros del movimiento cultural de la capital catalana, destacando como componente de la gauche divine, cercano al cine de la Escuela de Barcelona y defendiendo la ideologÃa izquierdista en plena decadencia de una dictadura que estaba dando sus últimos estertores. Pero aún le quedarÃa librar la batalla de la censura, siempre presente con mano dura debido a la publicación de textos polÃticos de todas las familias, la siniestra mano de la extrema derecha y el perÃodo de desencanto que siguió a la muerte del dictador.
En esos primeros años, hasta ya entrados los 80, Anagrama se fue situando como referente de la contracultura con colecciones que servÃan de experimento de apertura, asà como de defensa de las libertades más esenciales, incluyendo una de carácter feminista.
Pero fue la incorporación a su catálogo de los tÃtulos que componen «Contraseñas» lo que provocó el auge y la consolidación del sello como abanderado de la independencia editorial: Bukowski, Hunter S. Thompson, Burroughs, Kerouac… Los salvajes, los pornógrafos, los fuera de la ley, eran descubiertos en su salida de la marginalidad, llenaban las librerÃas y se ofrecÃan a lectores deseosos de cambios. De ahÃ, a la resurrección del ensayo con los primeros espadas del pensamiento en España: Xavier Rubert de Ventós, Eugenio FrÃas, Enrique Gil Calvo, Fernando Savater, José Antonio Marina, potencian el catálogo de las nuevas vÃas sociales, polÃticas, filosóficas…
Y Anagrama abre las puertas también a los novelistas contemporáneos a través de dos colecciones nuevas, «Panorama de narrativas» y «Narrativas hispánicas» que permiten el descubrimiento de otras voces que se han convertido, en más ocasiones de las que el propio editor pensaba, en ejes de la cultura: Ãlvaro Pombo se codea con Irvine Welsh, quien se da la mano con Roberto Bolaño, que baila con Siri Hustvedt, acabando ésta conversando con Soledad Puértolas, a la que no se le olvidan las lecturas de los libros de «Carmiña» MartÃn Gaite.
En estos cuarenta años, Anagrama ha permanecido fiel a sus principios, conformando un catálogo compacto que supera las 3.000 obras, con un fondo siempre vivo gracias a las reediciones, el formato bolsillo, las ediciones de quiosco (se habló mucho de la actual Biblioteca ofrecida a través de RBA, pero nadie recuerda que hace ahora diez años ya hubo una colección Anagrama en los quioscos de la mano de Salvat) y la nueva propuesta «Otra vuelta de tuerca». A pesar del tiempo transcurrido la fidelidad, en un alto porcentaje, también se mantiene con los autores aunque no siempre ha sido correspondida.
Mientras, Jorge Herralde ha firmado cinco libros sobre el mundo de la edición en los que, a modo de guiños autobiográficos, ya que todo lo que sabe se lo ha dado la experiencia, desgrana su vida profesional y su pasión por los libros y los autores que los hacen posibles. Su última obra, El optimismo de la voluntad, publicada por el Fondo de Cultura Económica de México y con introducción de Juan Villoro, es una declaración de amor a la América latina a la que tanto admira y quiere. Una antologÃa de recuerdos, discursos, artÃculos, en los que deja testimonio de su vinculación con los paÃses con los que compartimos historia y lengua.
¿El futuro? Herralde ha recibido ofertas de muchas pretendientes, pero se queda compuesto y con la suya, Lali Gubern, la cómplice compañera con quien seguirá a bordo de esta nave que sigue a velocidad de crucero sorteando a quien se le cruce con ganas de marear la perdiz.
José A. Muñoz
(FotografÃas de Jorge Herralde cedidas por Editorial Anagrama)
[…] Lee “40años de Anagrama” […]