Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado. José Luis Cuerda
MartÃnez Roca (Madrid, 2013)
Un mensaje corto, pocos caracteres, pero los necesarios para salir del despacho antes de hora. No importan los posibles reproches, al dÃa siguiente ya habrá tiempo de recuperar las horas perdidas. En el mensaje recibido, la incansable Consuelo, de la LibrerÃa Pequod de Barcelona, me recuerda que José Luis Cuerda presenta su extraño libro de curioso tÃtulo Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado en el inconfundible Café Salambó de Gracia. Los de Pequod siempre organizan cosas interesantes, sin embargo en esta ocasión -y si se me permite un coloquialismo- han superado todos los lÃmites. Gracias a ellos, José Luis Cuerda, el director de la inolvidable Amanece que no es poco, espera en el Salambó; sentado en una silla y bebiendo a breves sorbos un zumo de naranja -“muy buenoâ€, reconocerá, dirigiéndose al camarero, una vez el vaso estará vacÃo-, Cuerda observa la llegada del público y su  búsqueda  de un asiento libre.
No tardo en llegar, una nota en la mesa de mi director de tesis ha sido suficiente -o al menos asà lo he creÃdo- para justificar mi inesperada ausencia; a mi llegada, Consuelo vende el librito de aforismos editado por MR. Es un libro pequeño, compuesto por breves anotaciones, muchas de ellas rescatadas de los twitts publicados por el propio autor. “En el bote pequeño está la buena confitura†dice el refranero y Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado lo demuestra; no se trata de una novela, no se trata de un ensayo; tampoco se puede hablar de un libro de breves composiciones poéticas. Se trata, afirma el director y escritor, de un libro de “cosicasâ€; bajo este heterodoxo tÃtulo habrÃa que clasificar en las librerÃas este no menos heterodoxo libro. Si bien la brevedad y la ironÃa de los aforismos pudieran recordar al aforÃstico y “greguerista†Gómez de la Serna, José Luis Cuerda no se presenta como un consciente heredero de Ramón, pues sin tintes de grandeza y sin vacua pretenciosidad -al fin y al cabo la pretenciosidad es siempre de por sà vacua- el director de La lengua de las mariposas nos presenta una serie de breves y lúcidas anotaciones sobre las cuales,  él mismo confiesa, “no hay mucho que decirâ€.
Los dÃas no estructuran este curioso diario de concisas e instantáneas reflexiones; capÃtulos como “Yo no veo solución ni aunque me tape los ojos†o “Es comprensible que exista todo, pero ¿es justificable?†marcan el tiempo de la lectura; tras estos curiosos tÃtulos, se esconden aforismos que con ironÃa y, no en pocas ocasiones, sarcasmo dibujan un retrato del escenario presente, del lúgubre escenario actual donde la pregunta de Cuerda sobre “¿Quién juzgará los crÃmenes contra la humanidad de la economÃa financiera?†parece haber encontrado respuesta de antemano: nadie.  Frente a la impunidad cotidiana, Cuerda se confiesa: “Me duelen los ojos de ver. Lo que veo y lo que no veoâ€. Pocas palabras le bastan al director de cine para mostrar una realidad que no necesita excesivas anotaciones; en su libro, como en sus pelÃculas, la concisión caracteriza su estilo; no hay que decir de más, no es necesario mostrar de más, una sola palabra o una sola imagen bastan. “No se necesita un te quiero en una escena de camaâ€, afirma con sorna José Luis Cuerda a lo largo de la presentación del libro. En silencio, el público escucha las anécdotas que el director de cine narra entrelazando una con otra; pequeñas anécdotas, hechos aparentemente irrelevantes, pero que describen la trayectoria profesional y vital de este cineasta, de este director, productor y guionista. José Luis Cuerda es uno de los grandes en el panorama cinematográfico, se ha formado junto a Azcona y al siempre complicado, pero, a la vez, magistral, Fernando Fernán Gómez. En su trayectoria, junto al continuo aprendizaje fruto de la admiración, los retos nunca han faltado: El bosque animado es el más claro ejemplo, pero no el único, pues los retos no se han limitado a su profesión de director, sino también a la de productor. Gracias a él, Alejandro Amenábar dio vida a sus primeros largometrajes: Cuerda abrió los ojos ante un Amenábar que, por entonces, todavÃa era una joven promesa. Consagrado Amenábar, Cuerda dedicó su tiempo y su arte a poner imágenes a las narraciones de Manuel Rivas, de Didier van Cauwelaert o de Alberto Méndez.
Director y guionista de Amanece que no es poco, José Luis Cuerda abandona por un momento la cámara y regresa a la escritura; en esta ocasión, no como guionista, pero tampoco como novelista. Con Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado Cuerda se convierte más bien en apuntador del presente, en observador que bolÃgrafo en mano anota las impresiones inmediatas que la cotidianidad despierta en la mirada atenta, crÃtica, curiosa y, en ocasiones, escépticas de alguien que, a lo largo de su trayectoria, ha hecho de la mirada un arte.
“Fe, Esperanza y Caridadâ€, se lee en una de las anotaciones, “son perfectamente prescindibles, si ha Justiciaâ€; una oración simple le basta para apuntalar la realidad actual, para reinterpretar con irónica crÃtica el presente que nos toca vivir. Frente a promesas de futuro, brotes verdes y signos de crecimiento positivo, el escepticismo, teñido de humanidad, del autor y director sirve como contrapeso a la vacua retórica institucional. “¿Esto ya se queda asÃ?â€, Se pregunta Cuerda. La respuesta, todavÃa no escrita, reside en la lucidez que se despierta cada vez con más fuerza en la mirada desconfiada de una sociedad que ha dejado de creer. Con Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado, José Luis Cuerda transforma en palabras la óptica lucidez que siempre le ha acompañado.
Anna Maria Iglesia
@AnnaMIglesia
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[…] algunos meses en Barcelona, cuando acompañaba al maestro José Luis Cuerda en la presentación de Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado junto a los amigos de la librerÃa Pequod. Ahora, soy yo la que ha […]