Arriba el cielo, abajo el suelo. Andrés Barba
Siruela (Madrid, 2011)
Arriba el cielo, abajo el suelo (recomendado a partir de los 8 años) nos introduce en un original universo en que los pueblos están cayendo siempre en el vacÃo. Las cosas caen, las personas caen y comen, se enfadan, se enamoran y hacen los deberes mientras caen. Pero no caen todo el tiempo a la misma velocidad: cuando están tristes caen más rápido y cuando están alegres caen más lento, lo que, a veces, les causa ciertos problemas.
Un dÃa llega al pueblo protagonista de esta historia Lavarito, un muchacho del pueblo de abajo que ha conseguido subir poniéndose muy contento y que debe transmitir un mensaje importante y terrible al alcalde Fino Filipino: los cientÃficos han descubierto que el mundo es finito y que los pueblos que caen en el vacÃo van a llegar al suelo en tres dÃas…
El miedo se apodera de los habitantes del lugar que temen perecer a causa del impacto, y Lavarito, junto con el profesor Francioni, se pone manos a la obra para intentar evitar la catástrofe. Al darse cuenta de que el chico desciende más lentamente cuando ve a Esquimela, la hija de Francioni de la que queda prendado, llegan a la conclusión de que si todos se enamoraran podrÃan ir más despacio y no morir aplastados contra el suelo. Las cosas, sin embargo, resultan un poco más complicadas de lo que habÃan esperado.
El libro es una reflexión sobre el amor y la felicidad desde una perspectiva tradicional, pero fresca al mismo tiempo. Los protagonistas se dan cuenta de que la verdadera felicidad no es algo que se pueda forzar ni siquiera algo que se encuentra como consecuencia de una búsqueda individual y egoÃsta:
“- He estado pensando en todas las veces que he sido feliz para ver si habÃa siempre algo que se repetÃa, y en todas las veces hay una cosa parecida, Esquimela, una cosa extraña. En ninguna de esas ocasiones yo estaba preocupado en ser feliz.
– Y ¿en qué estabas preocupado?
– Estaba preocupado en hacer felices a los demás…â€.
La felicidad es, sin duda alguna, algo que nos elude, un ideal al que no sabemos bien cómo llegar: “Porque la felicidad es una cosa muy misteriosa: en cuanto sabes que la tienes se te escapa, cuando la buscas tú, nunca la encuentras y cuando no buscas la tuya y buscas la de los demás, es entonces cuando aparece…â€.
La descripción de un mundo tan parecido y tan distinto del nuestro con personajes que en vez de pies tienen “polas†(unas bolas pesadas que hacen que puedan descender siempre verticalmente), grúas que arreglan todo mientras caen, etc., nos obliga a mirar nuestra realidad con nuevos ojos, nos permite percibir lo que de extraordinario tienen las cosas que nos circundan o lo que podrÃa ser de otro modo en una realidad paralela.
Esos contrastes que necesariamente apreciamos los lectores de cualquier edad, contrastes cargados de una dosis importante de humor, nos provocan una tierna sonrisa que nos acompaña a lo largo de las breves horas en que degustamos este volumen.
Natalia González de la Llana Fernández
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