Hay una rigurosidad histórica que pesa mucho en tus libros.
La ambientación…
… y el uso del lenguaje. Rescatas palabras hermosÃsimas totalmente en desuso, casi podrÃas escribir un diccionario.
Claro. Me ayuda que mis padres sean de Tierra de Campos, una comarca que abarca Valladolid, Palencia, León y Zamora. Y hay palabras que he oÃdo desde la niñez que me resultaban familiares y que cuando he salido de allà me he dado cuenta que resultan extrañas. Las he rescatado porque forman parte del castellano antiguo y debÃan estar en las historias de Fernando de Zúñiga.
De Zúñiga dice «Todos los vizcaÃnos son nobles». Ahà sale la vena patriótica.
SÃ, pero eso es historia (risas). Es verdad, es el sentimiento que todos llevamos dentro. La hidalguÃa bilbaÃna no era no pagar impuestos, sino no tener que aportar soldados a las levas. De hecho, se permitió incluso que todos pudieran ser propietarios, algo que no sucedÃa en el resto de Castilla. Todos los vizcaÃnos eran hidalgos.
Explicas en las notas de Muerte dulce que, al finalizar tu anterior novela, querÃas escribir una obra contemporánea y, de repente, comenzaron a llegarte señales que te llevaron a esta nueva aventura de Fernando de Zúñiga.
Es muy curioso. La primera novela nace de una casualidad. Conozco el Cristo de la Capilla del Hospital de la Caridad, en Sevilla, la misma semana en que veo la imagen de El Cachorro (es la imagen de Cristo crucificado en el momento de expirar, que se encuentra en la Capilla del Patrocinio de Sevilla). Los asocio inmediatamente al darme cuenta de que son casi coetáneos: Uno es de 1672 y el otro de 1682. Me pareció, cuanto menos, curioso.
Es inevitable pensar que, en el Siglo de Oro, los que mejor podÃan investigar misteriosos crÃmenes eran los hombres de ciencia, como es el caso del doctor Fernando de Zúñiga.
SÃ, es gracioso lo que explicas en la novela, que se sabÃan hasta la cantidad de Pedros que habÃan en la comarca, por la poca gente que la habitaba.
Pero no me negarás que sà hay complejidad en el personaje: No es religioso, pero siente devoción por una virgen…
Es contradictorio, como yo… (risas).
…colaboró con la Santa Inquisición…
SÃ, un poco obligado, por si acaso. Él mismo podÃa ser acusado de hereje.
Vamos, que hay muchas cosas interiorizadas y quizás valdrÃa la pena sacárselas.
Claro, ahà tengo yo novela. Todo lo que me contáis los lectores, lo proceso en el disco duro, no creas… (risas).
Hay personajes que acompañaron a De Zúñiga en la primera entrega y reaparecen en Muerte dulce…
SÃ, me preocupaba que las dos novelas se pudieran leer de manera independiente. Estoy convencido de haberlo conseguido. Lo natural serÃa hacer una lectura ordenada, pero no es imprescindible conocer los sucesos de La sangre de los crucificados para adentrarse sin problemas en la segunda.
¿Lo de la corrida de toros en Bilbao es la única libertad histórica que te has tomado?
¿Libertades? No, no, libertades hay poquitas y las menciono al final. Lo de la corrida no es totalmente exacto pero sólo por un mes de diferencia. Entonces las corridas de toros eran en el Corpus, no en Santiago. Pero hasta hay llego. Nadie podrá decir que no habÃa corridas en 1683.
Utilizas una narración muy dinámica. Los personajes siempre están en movimiento, hay intrigas entre ellos, lances amorosos… Esto le da mucha riqueza a la historia, como decÃas.
Una novela criminal debe ir acompañada de una intriga amorosa. Creo que, al final, las intrigas amorosas son más cercanas y cotidianas que las criminales. Todos hemos tenido intrigas amorosas, por fortuna, los que las han tenido criminales son minorÃa.
Bueno, a veces las intrigas amorosas acaban siendo criminales (risas).
Al pobrecito Pelayo, el joven acompañante de Fernando de Zúñiga, le tienes amargado con esas dos mujeres con las que tropieza.
Está naciendo a la vida. Los veinte años de antes no son los veinte de ahora. Me lo imagino como un chaval de catorce de ahora, descubriendo a las mujeres.
¿Y ahora? ¿Retomarás la idea de la novela contemporánea?
No he tenido ninguna otra señal, por ahora (risas). He recuperado la idea que te comentaba antes, pero tengo otro De Zúñiga en mente. Ya tengo la historia. Volverá.
Hola, me ha gustado mucho la entrevista que habéis hecho a Félix G. Modroño. Las preguntas y las respuestas han sido interesantes y muy entretenidas. Pocas veces se ven buenas entrevistas y entrevistados… y esta es una de estas. He dado de casualidad con la misma, pero la verdad es que me alegro. He podido leer las dos novelas protagonizadas por Fernando de Zúñiga, y las recomiendo. Es cierto que no importa si lees primero la segunda y luego la primera, pero también es cierto que la segunda se leer con más gusto después de ya conocer a los personajes protagonistas de la primera, porque aunque independientes las historias, el tipo de personajes que han surgido de Félix G. Modroño, son de esos personajes que te gusta ir conociendo cada vez más y mejor, y que hacen que vayas disfrutando cada vez con cada entrega. Yo al menos soy de los que además de una buena historia, también tiene que haber unos personajes que merezcan la pena. Y lo cierto es que estoy ansioso por seguir sus evoluciones…
Por cierto, conocà a Félix G. MOdroño en la firma de libros que hizo en Bilbao en el año 2009, sin haber leÃdo aún la primera de sus novelas, y es una pena que este año no le invitaran a pasarse por Bilbao de nuevo, pero supongo que volverá…
Saludos,