La plaza Joan Coromines de Barcelona fue el escenario que acogió el diálogo entre las pensadoras Fina Birulés y Judith Butler, enmarcado en las actividades de la Biennal de Pensament Ciutat Oberta, y moderado por la catedrática de literatura francesa y de estudios de género Marta Segarra. Un diálogo articulado a partir de los temas que unen a las dos pensadoras y que atravesó conceptos tales como la libertad, la violencia o la vulnerabilidad.
La gran afluencia de público (más de dos mil personas) fue la excusa perfecta para lanzar la primera pregunta de Marta Segarra acerca de los motivos por los que, a dÃa de hoy, el feminismo y los debates en torno al género y a la sexualidad suscitan tanto interés. Butler y Birulés coincidieron en señalar el origen del debate y la lucha feminista en los movimientos sociales y el activismo de los años 70, el cual, solo posteriormente acabó entrando en el mundo académico. Para la autora de El género en disputa, empezamos a pensar acerca del género y la sexualidad a una edad temprana, como una cuestión personal y privada que tiene que ver con interrogarnos sobre nuestro deseo. De ahà el peligro, añade Birulés, de que se acabe institucionalizando un debate sobre cuestiones de esta naturaleza. Como de alguna manera ocurrió con el feminismo de los 70, que “representaba a las mujeres pero evitaba su participaciónâ€, dice la directora del seminario FilosofÃa y género y añade: “Ahora queremos formular las preguntasâ€.
Evitar la institucionalización pasa por rehuir, en primer lugar, la identidad de vÃctima a través de una ocupación lúdica contra las formas de exclusión. Los movimientos del #Metoo o las manifestaciones del pasado 8 de marzo en Barcelona y otras ciudades, recuerda Birulés, dan cuenta de que las mujeres ya no están dispuestas a ser vÃctimas posibles de un patriarcado en crisis. “Una herencia contiene siempre un secreto que hay que interpretarâ€, añade citando a Derrida. Pensar el espacio público, tanto polÃtico como social, en términos de relaciones y ocuparlo, irrumpir, “no con acciones colectivas pero sà con alianzas†establecidas necesariamente en base a un criterio que bien podrÃa ser simplemente “un criterio que permita hacer la vida más vivible†con el objetivo de que, en palabras de Rancière, “lo que antes se entendÃa como ruido, se entienda ahora como discursoâ€, dice Birulés.
A su vez, Judith Butler indica que hay que evitar la individualización para poder alinear el movimiento a una vida comunitaria. En este sentido, Butler pone el foco en los Estados Unidos, “un paÃs en el que la libertad se entiende siempre como libertad individual y la igualdad como igualdad de oportunidadesâ€.  “Nos estamos jugando algo cuando regalamos la palabra libertad al liberalismoâ€, coincide Birulés, quien insiste en la necesidad de “entender la libertad como la posibilidad de desplazarnos, fÃsica o simbólicamente, del lugar asignado a un lugar donde no se nos esperaâ€. Ejercer la libertad, tal como la define Birulés, implica ampliar el marco, es decir, cambiar las formas normalidad para crear un marco normativo más inclusivo.
En el contexto actual, en el que han augmentado las actitudes fóbicas y violentas contra el movimiento feminista o LGTB, apunta Butler, la lucha para mantener los espacios vivos implica también una lucha contra aquellos que, poniendo la seguridad como excusa, ejercen una violencia institucional criminalizando la disensión para mantener el statu quo. Para combatir la violencia de las estructuras de poder de los estados se hace necesaria una «lucha transnacional», propone Butler, para la cual hay que encontrar nuevas formas de solidaridad. Pero no podemos hablar de lucha y de solidaridad sin entender que no tenemos que convertirnos en sujetos invulnerables sino basarnos en nuestra capacidad de resistencia. «Vulnerabilidad y valentÃa provienen de la misma fuente», añade Butler. La vulnerabilidad no es un estado estático, está siempre ligado a las condiciones sociales y, para Birulés, no debemos entenderla como una privación sino que ganamos autonomÃa gracias a la dependencia, en un mundo, en unas relaciones en las necesariamente siempre estamos compartiendo escena con otros.
La última pregunta de la moderadora, Marta Segarra, apuntó a la importancia del arte y la literatura en los textos de las dos pensadoras. Para Butler, quien desarrolla su carrera en el Departamento de Literatura comparada de la Universidad de Berkeley, la literatura es una manera de conocer el mundo que nos permite cuestionar y ocupar distintas perspectivas, lo cual permite a su vez cuestionar el statu quo y puede empujar los lÃmites de la realidad. «Hacen falta estas perspectivas para no quedarnos atrincherados en la realidad», dice Butler. Por su parte, Fina Birulés, coincide y señala que «nuestro compromiso polÃtico está vinculado a la imaginación, a pensar que algo puede ser de otra manera» y es precisamente la literatura la que nos permite ‘decir’ múltiples experiencias.