Mitos. Cuando se apagan las luces y se acaba el baile, se termina la fiesta. Eso es lo que parece haberle sucedido al Titanic. Tras meses de documentales, libros ilustrativos, pelÃculas, reestrenos de pelÃculas, subastas y resubastas de…, sorpréndanse, innumerables piezas que según parece aún quedaban por subastar, faltaba la traca final. El 15 de Abril de 2012 se dieron por concluidos los fastos con una cena de gala degustando exactamente el mismo menú y escuchando la misma música que hacÃa cien años. Mitos. Pero hete aquà que ¡sorpresa!. Una editorial pequeña como Gadir se atreve a publicar un pequeño texto de Joseph Conrad, autor de El corazón de las tinieblas y reputado marino de la época, bajo el tÃtulo de El Titanic. Un hombre que, marino antes que escritor, se atreve en este texto, dos en realidad, a cuestionar la versión oficial del naufragio, a reflexionar sobre las lÃneas de investigación abiertas tras el mismo y a poner en duda la sentencia posterior. El Titanic debe ser leÃdo como un complemento a todo lo visto, oÃdo y hasta sentido por nuestros poros estos años. Nunca como una alternativa a la versión oficial. Pero bueno es recordar que el principio de La navaja de Ockham también es aplicable en este caso.
1983. Un desconocido (para mÃ, lo siento) Juan Rulfo, llega a Oviedo a recibir el Premio PrÃncipe de Asturias. Incorrecto. Aquel mes de Octubre Juan Rulfo ya no era un desconocido. Reconozco que lo habÃa sido meses atrás cuando se habÃa alzado con el Premio y en mi desconcierto le habÃa preguntado al escritor Daniel Moyano por él. No me contestó. Tan solo me regaló su novela Pedro Páramo que creo haber leÃdo…. Doce, trece veces, que creo tener en diferentes ediciones…. Después, y volviendo a aquel Octubre, supe que Gabo le habÃa conocido (literariamente) gracias a su buen amigo Ãlvaro Mutis. Todo esto viene a colación a raÃz de la espléndida BiografÃa no autorizada de Juan Rulfo firmada por Reina Roffé. Y yo me pregunto, ¿se hacÃa necesaria una biografÃa no autorizada? Tengo mis dudas, toda vez que yo prefiero quedarme con su novela, sus relatos y como mucho la maravillosa entrevista televisiva de JoaquÃn Soler Serrano. Pero Roffé es una autora de confianza, y Rulfo se merecÃa que alguien le diera “bola†como dirÃa un argentino, que volviera a la actualidad. Esperemos que lo consiga. Su literatura, por mucho que se empeñen en enterrar el boom, está más de actualidad que nunca.
Existe, desde tiempos inmemoriales dirÃa, una vieja leyenda urbana aplicada al deporte que dice: “Jugamos como nunca, perdemos como siempreâ€. Una vieja leyenda que recuerdo aplicable a todas las disciplinas deportivas sin excepción, pero por encima de todas, al fútbol. Nuestros hijos nunca fueron capaces de entender la explosión de euforia colectiva que significó haber ganado un Mundial de Fútbol. Para ellos, era algo que entraba dentro de lo posible, para nosotros, aquellos que como Santiago Segurola peinamos canas, era algo que llevábamos esperando cincuenta años. Y a poco que se hayan leÃdo sus crónicas, a poco que se le haya seguido desde las páginas,rimero deportivas, de El PaÃs, después como Responsable de Cultura, es fácil darse cuenta que Santiago Segurola era un periodista llamado a marcar un antes y un después. Al igual que Joaquin Vidal nos hizo amar los toros con sus crónicas aunque no nos gustase la Feria, Santiago Segurola nos hace interesarnos por todo tipo de deportes: tenis, ciclismo, atletismo, natación, baloncesto, fútbol…, aunque no practiquemos ni sigamos deporte alguno. Y estas crónicas recogidas en Héroes de nuestro tiempo son un maravilloso ejemplo de periodismo deportivo que para sà quisieran muchos de quienes hoy en dÃa se erigen en baluartes de dicha profesión.
Luis GarcÃa
Las Cartas del Norte
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. El Titanic. Joseph Conrad. Traducción de Carlos GarcÃa Simón. Gadir (Madrid, 2012)
. BiografÃa no autorizada de Juan Rulfo. Reina Roffé. Fórcola (Madrid, 2012)
. Héroes de nuestro tiempo. Santiago Segurola. Edición de Pedro Cifuentes y Pablo MartÃnez. Debate (Madrid, 2012)Â