Me siento pulga. Sobre textos de
Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura
Dirección: Susana Hernández
Intérpretes: Susana Hernández y Ascen López
Producción: El Vodevil, S.L.
Hasta el 4 de julio en la Sala Pepe Rubianes (Club Capitol, Barcelona)
Hay algo en el humor de Jardiel Poncela y de Mihura que permanece con el devenir del tiempo. Un poso que mantiene su vigencia a pesar de los años transcurridos. Y un talento cercano al de otros grandes genios de la comicidad verbal, como Groucho Marx, capaz de sacarle punta al lenguaje y a las situaciones cotidianas, por muy tristes que estas sean.
Me siento pulga reúne algunas piezas, fragmentos y cuentos de los dos madrileños, en una suerte de cocido bien servido por dos estupendas actrices, Susana Hernández (quien ejerce, a su vez, de directora) y Ascen López, ofreciendo su talento al servicio de unos textos no siempre fáciles de llevar a escena. Tengamos en cuenta que los personajes femeninos creados por ambos autores, aun siendo muchos de ellos protagónicos, no siempre desbordaban inteligencia (en especial cuando se trataban de señoras de alto copete), no siempre tenÃan cogida la sartén por el mango y no siempre dejaban de ser simples partenaires cómicas en sus conocidos vodeviles. Sin embargo, la selección de piezas permite el lucimiento de las actrices siempre y cuando, como es el caso, se tengan suficientes tablas como para, basándose en la limpieza escénica (dos sillas, dos murales fotográficos alegóricos y música de Gardel y Piazzola como acompañamiento), declamar los elaborados juegos malabares lingüÃsticos de los creadores del texto. Y dando una visión en perspectiva del universo femenino en sus obras.
Fragmentos sobre el amor y las relaciones de pareja, sobre la inevitable «tÃa Asunción» que atormenta a sus sobrinas, sobre el papel de la mujer en la sociedad, sobre la manÃa de los gallegos que responden con otra pregunta, y el eco, que lo hace sin callarse la verdad, son momentos que llegan al punto más álgido con el cuento del pueblo pesquero sin mar, uno de los grandes clásicos de Mihura, y hacen de Me siento pulga un acto de amor hacia el ingenioso humor de dos maestros del género.
José A. Muñoz