Estucos, mármoles y cristales. De fondo, el sonido del agua en una fontana, el trino de los pájaros y las risas de los cortesanos. Viajamos al sur de la penÃnsula itálica, antes de que aquellas tierras fuesen la Italia que hoy conocemos, y nos escabullimos en las posesiones de Diana, la delicada condesa de Belflor, que ataviada de radiante brocado amarillo Nápoles y con una flor en la mano le pide a Teodoro que lea lo que ella ha escrito “para una amiga†que, según dice la condesa de pie en la escalera de piedra de su palacio italiano, no posee dotes para escribir sobre asuntos del amor. De su pluma ha salido lo siguiente:
Amar por ver amar, envidia ha sido, / y primero que amar estar celosa / es invención de amor maravillosa / y que por imposible se ha tenido. / De los celos mi amor ha procedido / por pesarme que, siendo más hermosa, / no fuese en ser amada tan dichosa que hubiese lo que envidio merecido.
Esta obra de Lope, llevada al cine por la directora Pilar Miró en 1996, tiene reminiscencias de los años jóvenes de la existencia del autor, como podemos ver en el siguiente ejemplo.
Curioso -y con bastante paralelismo respecto a la actualidad- es el enredo en el que un joven Lope, al que sus protectores habÃan dejado de costearle los estudios sacerdotales por su vida de galán, se mete, prendado de Elena Osorio. Escribe piezas para la compañÃa teatral del padre de la amada -la “Filis†de sus versos- a cambio de que ella aceptase sus favores. Ante las pretensiones de medrar de la Osorio, que se empareja con un noble, el desairado Lope llena la Villa y Corte de libelos contra ella, recreando la situación en la su comedia Berlardo furioso. Denunciar la connivencia de la relación de Osorio con el sobrino del cardenal Granvea le conduce a la cárcel y, tras reincidir, al exilio de Castilla. Para entonces, Elena Osorio quedarÃa ya en el olvido del contumaz donjuán, que se casarÃa al poco tiempo con Isabel de Urbina.
Emma Suárez como la Condesa de Belflor, en un fotograma de la pelÃcula.
Es el fin del casamiento / honesto blanco de amor. / ¿Quieres que yo trate desto?
Carmelo Gómez es Teodoro en la adaptación cinematográfica.
En su interior, la condesa de Belflor no desea ese casamiento y tampoco se decide a tomar a Teodoro por amante, ya que semejante paso arrastrarÃa su decoro por el fango de Nápoles. De ahà proviene el tÃtulo de la obra de Lope de Vega, del mismÃsimo refranero español que hace alusión a que ni come (la condesa con Teodoro) ni deja comer (a Teodoro con Marcela).
Pensando defetos, / y no gracias; que olvidando / defetos están pensando, / que no gracias, los discretos. / No la imagines vestida / con tan linda proporción / de cintura, en el balcón / de unos chapines subida. / Toda es vana arquitectura, / porque dijo un sabio un dÃa / que a los sastres se debÃa / la mitad de la hermosura.
Listar las obras de Lope es un trabajo casi interminable, por lo tanto nos damos por satisfechos con algunas de ellas: Fuenteovejuna, Las almenas de Toro, La dama boba, El caballero de Olmedo, El mejor alcalde el rey, Las bizarrÃas de Belisa o su Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (texto ensayÃstico en verso) entre muchas otras más.
Emma Suárez y Carmelo Gómez en un fotograma de «El perro del hortelano».
La pelÃcula
El perro del hortelano estuvo nominada a los Premios Goya 1997 en 12 categorÃas y se alzó con 7 estatuillas, además de recibir el Premio a la Mejor PelÃcula en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Filmoteca Teatral (II): “El perro del hortelano†(Pilar Miró, 1996) – Revista de Letras, me ha parecido muy ameno, me hubiera gustado que fuese más amplio pero ya saeis si lo bueno es breve es dos veces bueno. Enhorabuena por vuestra web. Besotes.
Filmoteca Teatral (II): “El perro del hortelano†(Pilar Miró, 1996) – Revista de Letras, me ha parecido muy ameno, me hubiera gustado que fuese más amplio pero ya saeis si lo bueno es breve es dos veces bueno. Enhorabuena por vuestra web. Besotes.