Crónica Negra: Cuarto día. Tan cerca de los EE.UU., tan lejos de Dios

El día arranca con un desayuno típicamente español, un pequeño zumo de naranja, un croissant con mucha grasa y un cubo de café con leche (los asturianos es lo que tienen, que no exageran apenas…). Me encuentro a Jesús Lens, autor del libro Donde el cine nos lleva, en la cafetería del hotel y nos sentamos a charlar un rato sobre su ensayo que aborda el estrecho vínculo entre el cine y el viaje. Sólo nos da tiempo a contar (él) y a oír (yo) sobre una película (Apocalypse Now) y un género (el western) porque la organización nos lleva a comer hoy al hotel Jovellanos. Creo recordar que, este, no escribió novela negra. Ya saben, cosas de los siglos pasados…

Las comidas sirven para que los autores hablen con la prensa, con otros autores, con ellos mismos, y, sobre todo, para enseñarnos que la ficción no es más que un trasunto de la realidad. “Hay que vivir para escribir” y “leer es vida”, son de las frases más pronunciadas hoy.

Laura Niembro (Foto: Zoe Riudavets)

Antes de salir, Laura Niembro, coordinadora general de premios y eventos de la Feria del Libro de Guadalajara, hace un alto para charlar con nosotros.

Revista de Letras: ¿Qué hace la Feria Internacional del Libro de México en Gijón?

Laura Niembro: Básicamente vengo a conocer autores. La Feria del Libro de México es muy grande y tengo el privilegio de conocer autores de un solo género. Vengo a eso, a saber de ellos, de sus obras, a actualizarme sobre las tendencias de novela negra, de novela fantástica… Para mí es interesante conocer a autores que, además de tener una obra importante, tienen también un tipo de público y asistir a un festival literario te da ese privilegio: conocer al autor no sólo a través de lo que has leído de él, sino ver también cómo conecta con el público.

RdL: Es toda una lección de humildad, ¿no?, que una de las ferias literarias más importantes del mundo se traslade a estar en una más pequeña.

L.N.: Se puede ver de esa manera. La Feria del Libro de Guadalajara está siempre preocupada por cazar lectores, por seducirles. Estos que, en teoría, podrían considerarse pequeños festivales, hacen muy bien eso. Yo creo que todos tenemos que aprender de todos, y que con los criterios económicos, si te riges sólo por ellos, dejas de ver los criterios cualitativos. Por eso la Feria de Guadalajara viaja a distintos festivales literarios, para observar eso. Porque creemos que en la medida en que le demos la espalda al lector estaremos cavando nuestra propia tumba. Por eso. aunque no se trate de un festival relativamente pequeño como éste, tiene mucho que enseñarnos a nosotros. Y, si me gusta mucho lo que llevamos de festival, aún más me gusta el tipo de contactos que se establecen aquí. No está acotado por ningún criterio comercial.

RdL: Hablando hace un par de días con Javier Valdez me decía que el problema de México es que no invierte en cultura, en educación. ¿Cómo se lleva el choque entre esta realidad y la de tener, eso, una de las ferias más importantes del mundo y una de las editoriales más multinacional, el Fondo de Cultura Económica de México que, además, está tan apoyada por el gobierno?

L.N.: El pulmón de la Feria del Libro tiene que ver con que nació por el apoyo de la Universidad de Guadalajara, la segunda más importante del país. En sus inicios fue una apuesta a fondo perdido, ahora comienza a ser autofinanciada. En México hay una cierta miopía con respecto a las posibilidades de la industria cultural porque deja importantes derramas en las ciudades. Los hoteleros, los restauradores, los taxistas, todos los niveles de la economía de la ciudad se ven beneficiados por los visitantes que, además, son tienen un cierto poder adquisitivo. Creo que en México se ha menospreciado el hecho de que las industrias culturales sean motores de la sociedad. Quizá la Feria de Guadalajara sea un ejemplo claro de cómo una empresa cultural puede ser también importante para la economía local y, sobre todo, para la nacional.

Feria del Libro de Guadalajara (Foto © Cortesía FIL Guadalajara/Michel Amado Carpio)

RdL: ¿A qué se va a dedicar la próxima Feria de Guadalajara?

L.N.: Este año tenemos como invitada a Castilla y León. Asistirá una delegación de más de cuatrocientas personas entre artistas, escritores, editores… Tienen un programa muy interesante. Habrá varias exposiciones, un festival gastronómico, un programa de conciertos durante más de nueve noches consecutivas gratuitos para el público. Va a ser una feria muy bonita.

RdL: Dígame sólo tres escritores que exportaría de los que ha conocido en la Semana Negra de Gijón.

L.N.: Me gustó mucho la obra de una chica argentina, Gabriela Cabezón. Me parece que, aunque presente una primera obra, tiene muchas posibilidades. Ayer me gustó mucho José Luis Muñoz. Me gustó lo que se dice de su obra, aunque aún no he podido leerla. Carlos Salem también me llamó mucho la atención. Anteayer vi a David Wellington que también captó mi interés. Aquí lo que hago es conocer la obra, luego me la llevo y la leo en México. Me interesó (y ahora me voy a acercar a comprar su novela, creo que es una chica extraordinaria) Nerea Riesco. Estuve hablando con ella sobre cómo gestó la novela y me fascinó. De Mario Cuenca Sandoval también me llevaré libros. De lo que he visto hasta ahora es lo que más me ha impresionado, aunque aún queda mucho por ver, estamos empezando.

(Nota: Sabía que Laura sería incapaz de ceñirse sólo a tres nombres.)

RdL: ¿Nos vemos el año que viene en la Semana Negra para tomar un café? (Nota: Pido perdón públicamente a Paco Taibo II por auto invitarme para el año que viene).

L.N.: Claro que sí. Mira, ya tengo mi pedacito de listón de la inauguración oficial. Dicen que quien coge un pedacito vuelve el año que viene, así que regresaré porque para mí es un gusto estar en un festival así de relajado, donde se trabajaba tomando cafecito, tomando una copita y he aprendido muchísimo.

RdL: Bueno, además la consecución de la Copa del Mundo. ¿Es compatible el fútbol con la literatura?

LN.: La literatura es compatible con todo. La literatura es vida. La literatura es compatible con el fútbol, es compatible con el sexo, es compatible con cualquier faceta del ser humano.

A la vuelta de la comida comienza la jornada de presentaciones, charlas y mesas redondas. Lo primero, la mesa redonda en torno a una pregunta: “¿Novelas de palabras, de ideas, de acción?”. Después de un diálogo fluido entre todos los participantes, la idea general es que los tres elementos son necesarios para crear una novela (algo que, creo, ya podíamos imaginar todos). Pero si por algo mereció la pena asistir a esta mesa redonda es por una frase, del también mexicano, Beno: “Un lector es un cómplice que puede apuñalarte por la espalda”, que me parece una definición soberbia de la figura del lector.

Una hora después, actuación estelar de Laura Esquivel. Ahora debo hacerles una confidencia: siempre tuve cierto resquemor con esta autora mexicana que, en algún momento pensé se había vendido a Hollywood. Después de escucharle hoy, créanme si les digo que si es absurdo juzgar a un escritor por su vida persona, es de necios juzgarle por quién les compra sus derechos. Sí, ciertamente, me reconozco una necia por haberla PRE juzgado.

Laura Esquivel (Foto © elporvenir.com.mx)

Laura Esquivel, que mañana hablará con nosotros, comenzó en el teatro, más tarde pasó a escribir guiones para televisión, alguien la animó a hacerlo también para el cine, pero al recibir varios “es demasiado complejo (el guión) para llevarlo a la gran pantalla” decidió hacer lo que le diera la gana y empezó a escribir novela. He ahí que surgió Como agua parocolate, sí, la novela que me hizo cometer una idiotez como lectora y la que le cambió la vida.

Escuchar a la Esquivel diseccionar cada una de sus obras con una vitalidad que sólo puede venirle de la naturaleza más pura es una experiencia única, créanme.

El último acto al que asistí ayer fue a la presentación de la debutante en novela y en la Semana Negra, Gabriela Cabezón, que estuvo acompañada por Carlos Salem.

Su novela, La virgen cabeza, cuenta una historia llena de sombras y luces, como son las historias reales, y lo cuenta desde una voz femenina. Cleo es una travesti que cambia de vida después de ser brutalmente violada y golpeada.

Salem explica, con la brillantez que subraya su discurso oral, una realidad argentina que pocos conocen, la de los «pasillos”, que no son sino las calles que hay entre chabolas y que permiten salir, a los que allí se hacinan, a robar para poder seguir viviendo.

Y a las 00:56, con los mismos escritores que ayer vitoreaban a “la Roja” concursando por uno de los premios de más prestigio en esta Semana Negra, como es el concurso de karaoke, que el año pasado ganó el escritor gaditano Rafa Marín, doy por concluida esta crónica del cuarto día de la Semana Negra de Gijón.

Carmen Moreno
http://letratlantica.blogspot.com
http://morenocarmen.blogspot.com

Carmen Moreno

Carmen Moreno es licenciada en Filología Hispánica por la UCA, Máster en Contabilidad y Finanzas (Cerem), Máster en Edición (Universidad de Salamanca). Tiene siete libros de poemas publicados y uno de relatos. Ha trabajado de guionista para TV, gestora cultural, impartiendo talleres. Actualmente trabaja de A.T. Cultural para el Ministerio de Igualdad.

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