Escribir la secuela de un clásico es algo más que un reto: para muchos, se trata de un sacrilegio. Si, además, el autor es un familiar de quien tuvo la idea original, el castigo puede ser mayor. En el caso de Drácula, el no muerto (Roca Editorial) Dacre Stoker (sobrino bisnieto de Bram Stoker), acompañado por Ian Holt (uno de los mayores especialistas en Drácula) decidieron plantar cara a los escépticos y crear una segunda parte de la obra original. Continuación que, por cierto, ya estaba en la mente de Bram cuando, en sus múltiples notas, dejaba claras sus intenciones de hacer llegar al vampiro a América.
Stoker y Holt han recuperado esas notas, junto a las del manuscrito original, para idear una novela que transcurre 25 años después del final de la primera. El doctor Seward es un adicto a la morfina, Jonathan, un alcohólico y Mina no pasa por un matrimonio feliz. Por si fuera poco, Van Helsing es uno de los sospechosos en el caso de una serie de prostitutas que han aparecido destripadas en Whitechapel. Quincey Harker, hijo de Jonathan y Mina, conoce a un extraño actor e intenta convencerle para que interprete al personaje protagonista de la obra teatral Drácula, adaptación de una novela de éxito en la que descubre a su familia y a algunos de sus amigos entre sus páginas. Referencias históricas y personalidades que existieron realmente se dan cita en esta insólita secuela «oficial» de uno de los más famosos relatos de terror.
Dacre Stoker visitó Barcelona y, como mitómano que soy, no podÃa dejar escapar la oportunidad de conversar con el discÃpulo de Bram Stoker.
¿Cuándo descubres Drácula como novela y qué impresión tuviste con su primera lectura?
La primera vez que la leà fue en la universidad, cuando tenÃa 18 años. La motivación en ese momento era leerla para hacer un informe de un autor y por primera vez le presté atención a Bram Stoker. Hasta entonces habÃa estado muy involucrado en lo deportivo -(Dacre fue entrenador del equipo olÃmpico de pentatlón de Canadá)- y eso requerÃa toda mi atención. Me pareció una novela relativamente complicada pero después de las cien primeras páginas el género epistolar comenzó a gustarme y, sÃ, me pareció una estupenda historia de miedo.
A muchos lectores les podrá sorprender que esta secuela tenga un estilo diferente, con el uso de un narrador en tercera persona y sin recurrir a diarios o cartas.
Para ser honestos, desde un principio Ian y yo supimos que no estábamos a la altura de la escritura de Bram Stoker, su técnica nos superaba. Por lo tanto, era necesario cambiar el estilo. También pensamos en el lector moderno y en cómo se sentirÃa más cómodo. No olvidemos que el género epistolar era más utilizado en la época victoriana. Los lectores agradecen la narración tradicional. Y, no nos engañemos, nos interesaba llegar al mayor número posible de personas con una historia atractiva y fácil de leer.
En España hubo ciertas reticencias por parte de la crÃtica, pero finalmente la mayorÃa se ha decantado a favor de la secuela, debido al atractivo de los personajes y la fluidez con la que se presentan las tramas argumentales. ¿Has sido testigo de esta buena aceptación, en otros paÃses?
Tres semanas después de vender el manuscrito, habÃa más de 700 referencias en blogs. Dos tercios de esas notas eran escépticas, con tÃpicos comentarios de «otro familiar aprovechándose del apellido» o «Â¡pero ¿cómo se puede escribir una secuela de Drácula?!». Como profesor que soy, me molestó mucho, porque una de las cosas que inculco a mis alumnos es que no juzguen un libro por su cubierta. Pero me di cuenta de que es algo tÃpico; el escepticismo, en estos casos, es general. Y no solo a nivel de medios de comunicación. En cualquier caso me siento orgulloso y aliviado por las buenas reseñas que han ido apareciendo, en especial las de crÃticos que querÃan odiar la novela pero han reconocido que es una buena historia. Es algo que ha sucedido en todos los paÃses donde se ha publicado.
Hay tres avales en la obra que le dan un valor adicional: Su apellido; Ian Holt, gran experto en Drácula, y, por supuesto, las notas de Bram Stoker que les han guiado para «oficializar» la novela. ¿Cómo has trabajado con Ian y las notas de tu bisabuelo para darle forma al texto?
Se contempló desde un principio como un reto el poder reunir todos los elementos por parte de ambos. Por lo que decidimos que cada uno se ocupara de lo suyo: Ian como creativo y yo como organizador. Sin embargo, para poder comenzar, era fundamental encontrar la evidencia que permitiera escribir la secuela. Asà fue como en el Rosenbach Museum de Filadelfia pudimos dar con las 125 páginas de notas manuscritas utilizadas por Bram Stoker y que dejó inconclusas, también una edición de Islandia de 1901 y que es la única en la que Bram incluyó un prefacio en el que manifiesta la influencia que los crÃmenes de Jack el Destripador tuvieron en su obra y deja una pista clara para una continuación: «Estos crÃmenes volverán a aparecer». Por supuesto, tomamos el manuscrito original que tiene dos finales: el publicado y un segundo que fue descartado. Con todo ello deducimos que habÃa una secuela que querÃa ser escrita pero habÃa que organizar todo el trabajo.
Yo me dediqué a escribir un cronograma de todos los personajes a nivel argumental, los hechos que sucederÃan en la novela, los personajes que morirÃan, los que quedarÃan con vida… Lo que serÃa el grueso del argumento. Ian y yo Ãbamos trabajando en base a nuestros conocimentos y preferencias de personajes, sin alejarnos nunca de la estructura inicial que era la novela en sà misma. Yo, por ejemplo, me ocupé del detective Cotford (que Bram descartó para la novela original) y de Jack el Destripador, mientras que Ian se encargó de lograr establecer la mezcla entre las distintas versiones de Drácula con una actualización volviendo sobre el mito original. Tomó esos elementos originales y cuando tenÃamos episodios en los que podÃamos colaborar conjuntamente, nos Ãbamos enviando los textos y los escribÃamos a cuatro manos. Un ejemplo claro de esto serÃa el pasaje en el que aparece Bram Stoker y mantiene una conversación con Quincey.
La edición nos tomó seis meses. Para poder mantener cada uno nuestro estilo personal, intercambiábamos las áreas de trabajo. De esta manera siempre habÃa una presencia del otro en lo que habÃamos escrito, manteniendo la autorÃa conjunta en cuanto a corrección y edición de texto.
Además de los intercambios de textos para poder editar, hubo algo muy curioso. Yo soy un trabajador de mañana, mientras que Ian trabaja de noche. Por lo general, yo escribÃa de 7 a 11, se lo enviaba a Ian, trabajaba por la tarde y me lo reenviaba, y asà sucesivamente, por lo que entre los dos hacÃamos una jornada de doce horas. TenÃamos además a un investigador, Alexandre Gilant, que nos solventaba algunas cuestiones históricas de la época, para darle una mayor verosimilitud a la novela.
El proceso de estructuración fue de cinco años. Los primeros los dedicamos a poner los elementos en común y los dos últimos los dedicamos a la escritura. Piensa que en ningún momento dejamos nuestros trabajos habituales, asà que no estábamos plenamente dedicados a la creación del libro.
Habéis asumido el riesgo de trabajar con personajes mÃticos de la novela original. Como creadores ha debido ser emocionante darles vida de nuevo para explicar lo que sucedió con ellos veinticinco años después.
Desde el principio fue divertido, aunque con un arduo trabajo, imaginar como serÃan los personajes después de haber sufrido individualmente la persecución de Drácula. Lo contemplamos igual que los soldados cuando regresan de la guerra, algo asà como el «sÃndrome post-Drácula». Por ejemplo, tenÃamos que imaginar la situación del doctor Seward 25 años después de perder a Lucy, su gran amor, a quien tuvo que matar. Decidimos hacerle adicto a la morfina y con el firme propósito de acabar con el vampirismo. Este sÃndrome lo utilizamos con el resto de supervivientes de la novela de Bram Stoker, son personajes que no han podido librarse del shock.
Otro riesgo que habéis sabido sortear es el de desarrollar episodios que en la novela original quedaban sugeridos, apenas matizados. ¿No hubo miedo de meter mano al texto clásico?
Lo que nos propusimos con la inserción de esos flashbacks era una complementación. Piensa que, originalmente, aparecÃan narrados recurriendo al género epistolar y no al narrativo, por lo que necesitábamos expandirlos y poder insertar nuestros propios propósitos dentro de estos añadidos. Consideramos que esos pasajes estaban incompletos y merecÃan ser recuperados. Era fundamental pensar como Bram para poder trabajar en ellos. SÃ, sentÃamos miedo y respeto, porque era un territorio difÃcil y los seguidores del personaje lo consideran algo muy serio. La solución fue arriesgarse y hacer que nuestra creación fuera fructÃfera y estos pasajes ampliaran el sentido de la historia con la que estábamos trabajando.
De las centenares de adaptaciones al cine, me gusta especialmente la dirigida por John Badham, con Frank Langella y Lawrence Olivier, en la que, considero, es la versión más romántica de todas. ¿Al escribir el libro tenÃais en mente, como modelo, la imagen de alguno de los actores que han interpretado a Drácula?
Cada una de las pelÃculas nos ha influenciado. En especial a Ian. Es obsesivo, tiene centenares de films en su videoteca. Cuando era necesario, recurrÃa a las pelÃculas para fijarse en los detalles. Y me refiero a todas: desde Nosferatu, de Murnau, hasta la versión de Coppola, en la que Gary Oldman encarna al vampiro más intelectual, pasando por las de Bela Lugosi y Christopher Lee. Vlad Tepes estaba en todas esas encarnaciones, siempre oculto. Por eso también quisimos incluirle en nuestra obra, a modo de referencia y homenaje.
José A. Muñoz
Soy amante de la lectura de terror ahora mas que nunca, Bram Stoker, se ha vuelto uno de los autores mas importantes para mi lectura…
Dracula es mi libro favorito y la version cinematografia de Coppola, la continuacion de Dacre Stocker esta al nivel desde su manera y estilo a la primra. Un muy buen libro
me gusto la idea de la continuacion. Ya habia leido la novela original. Puesto que hariamos una obra de teatro. (Yo era el conde) pero al comenzar a leer esta «Secuela» comenze a odiar a Drake por ir asesinando 1 por 1 a los personajes creados por su Bisabuelo-tio. Comenze a escribir una «Secuela» por mi cuenta y me di cuenta de que de vez en cuando seria necesario matar por lo menos a 3 personajes de la historia original
Juan… con esa ortografÃa espero jamás leer nada tuyo.
Mitómano: mitomanÃa.
(De mito1 y manÃa).
1. f. Tendencia morbosa a desfigurar, engrandeciéndola, la realidad de lo que se dice.
2. f. Tendencia a mitificar o a admirar exageradamente a personas o cosas.
Tomado de: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA – Vigésima segunda edición
Término a menudo confundido, con poco acierto, con
Interés: 4ª acepción. m. Inclinación del ánimo hacia un objeto, una persona, una narración, etc.
(Del mismo diccionario).
Me declaro «mitómano» respecto al personaje del vampiro, por supuesto. Cualquier otra interpretación dependerá de quien se la haga.