Hay quien afirma que las cosas al ser nombradas por primera vez pierden gran parte de su poder. Se podrÃa incluso sostener que mientras los conceptos viajan por el inconsciente colectivo son realmente poderosos. Sin embargo, siempre aparece alguien que siente la necesidad de ponerle un nombre a esa realidad que la mayorÃa, de alguna manera, conoce. Asà ocurrió en 1931 cuando James Truslow Adams en su libro The Epic of America escribió “American Dream†y en esas dos palabras condensó aquella idea que, entre otros logros, habÃa posibilitado la creación de la nación más poderosa del planeta.
"Digresión filosófica" (Edward Hopper, 1959) Imagen: MOMA, New York
Este desfase entre la teorÃa erudita y la realidad anónima, acrecentado a partir de los años cuarenta al comenzar la nueva ola de bonanza económica, fue lo que Edward Hopper supo ver y plasmar en sus obras antes y mejor que nadie. Es decir, cuando el Sueño Americano resurgÃa apoyado en la maquinaria mediática y parecÃa absolutamente invencible, este pintor nacido en Nyack, en 1882, se atrevió a decir desde la posición de artista reconocido (que se habÃa ganado a pulso) que se estaba dando de comer a un moribundo, pues el Sueño Americano tenÃa los dÃas contados.
"Cine en Nueva York" (Edward Hopper, 1939) Imagen: MOMA New York
Sus personajes no saben que el Sueño Americano está herido de muerte y aguardando el tiro de gracia, al contrario, para ellos goza de una vitalidad inusitada; no obstante se dicen, o se callan, una y otra vez, que sus vidas y sus trabajos se han transformado en algo toscamente rutinario. Estos hombres y mujeres desean escapar del cansancio crónico de ofrecer su libertad en pos de la Libertad que rellena libros y noticias pero que no perciben cuando miran hacia afuera y que sólo ven cuando miran hacia adentro. Edward Hopper trabajó con ahÃnco buscando la perfecta representación de ese pensamiento que aglutinaba todos los pensamientos de sus personajes: el anónimo final del Sueño Americano.
Estanislao M. Orozco (Málaga, 1977) es Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la UGR y posee un Máster en Gestión del Patrimonio Literario y LingüÃstico Español. Actualmente prepara el doctorado en Literatura en la UMA. Es colaborador de la revista Manual de Uso Cultural que se edita en Málaga y de la revista Rocinante, de Quito (Ecuador). Ha publicado relatos en las revistas digitales Cinosargo, Pliego Suelto y Palabras Diversas.