Devaneo entre Coimbra y Lisboa. El cinco de octubre tomé el tren que iba de una ciudad a otra con la intención de ir a la Biblioteca Nacional de Portugal para visitar la exposición Pessoa em Espanha sobre la que esperaba hacer un artÃculo para LaVanguardia.com. Como Bernardo Soares, gocé anticipadamente del placer de ir y volver. Coimbra-B, la estación de la que salen la mayorÃa de trenes hacia el sur y norte del paÃs, siempre se me presenta, como todas las estaciones, como una ventana a la imaginación.
Recuerdo que pensé en Perder TeorÃas de Vila-Matas y la alusión al viajar, perder paÃses! pessoano que por un tiempo creyó de su autorÃa, sino lo habÃa sido incluso antes que Pessoa acuñase la frase en un poema. Más allá de esta relación, más o menos atinada y justificada, estaba acostumbrándome a establecer relaciones extrañas entre textos pessoanos y temas supuestamente alejados del escritor. Costumbre que tiene visos de convertirse en hábito desde que relacioné hace un año a Pessoa con la Coca-cola y bankia, después con Boris Vian y últimamente con Bertolucci.
Aquel sábado, mientras iba a Lisboa, me reté e intenté juntar a Pessoa con los Rolling Stones. Mi relación con la banda es anterior a Pessoa. Recuerdo que de pequeño pasaba los fines de semana en casa de mis abuelos maternos donde compartÃa habitación con mi tÃo que por aquel entonces era baterÃa de un grupo de música underground de Tigre llamado Heroicos Sobrevivientes. La habitación estaba decorada con pósters de rock y en su mayorÃa de los Rolling Stones. En cierta manera puedo decir que dormÃa velado por sus majestades satánicas. Y en ese devaneo pensé que quizás la canción de la banda inglesa que más se acercaba a Pessoa era (I Can’t Get No) Satisfaction.
La canción fue compuesta en 1965 durante una gira por Norteamerica  y supuso la consagración del grupo en EE.UU. al conseguir el primer número uno en dicho paÃs. La letra habla sobre la frustración de un joven y fue leÃda como una de las crÃticas sociales de los 60 que, sin llegar a ser Bob Dylan, se convirtió en himno de una generación. ¿No dice algo similar Pessoa cuando habla de la impotencia fecunda que supone su relación con la vida?  O cuando dice que no hay nada más humillante que ser consciente de estar produciendo una obra imperfecta, ¿no habla de la insatisfacción que lo acompañó tras cada proyecto aparentemente fallido?
Na estrada de Sintra ao luar, na tristeza, ante os campos e a noite,
Guiando o Chevrolet emprestado desconsoladamente,
Perco-me na estrada futura, sumo-me na distância que alcanço,
E, num desejo terrÃvel, súbito, violento, inconcebÃvel,
Acelero…
Mas o meu coração ficou no monte de pedras, de que me desviei ao vê-lo sem vê-lo,
À porta do casebre,
O meu coração vazio,
O meu coração insatisfeito,
O meu coração mais humano do que eu, mais exacto que a vida.
When I’m drivin’ in my car
and that man comes on the radio
and he’s tellin’ me more and more
about some useless information
supposed to fire my imagination.
I can’t get no, oh no no no.
Hey hey hey, that’s what I say
Sou daquelas almas que as mulheres dizem que amam, e nunca reconhecem quando encontram; daquelas que, se elas as reconhecessem, mesmo assim não as reconheceriam. Sofro a delicadeza dos meus sentimentos com uma atenção desdenhosa.
When I’m ridin’ round the world
and I’m doin’ this and I’m signing that
and I’m tryin’ to make some girl
who tells me baby better come back later next week
‘cause you see I’m on losing streak.
I can’t get no, oh no no no.
Hey hey hey, that’s what I say.
O tédio… É talvez, no fundo, a insatisfação da alma Ãntima por não lhe termos dado uma crença, a desolação da criança triste que intimamente somos, por não lhe termos comprado o brinquedo divino. É talvez a insegurança de quem precisa mão que o guie, e não sente, no caminho negro da sensação profunda, mais que a noite sem ruÃdo de não poder pensar, a estrada sem nada de não saber sentir…
Mick Jagger parece estar en las antÃpodas de Pessoa, asà como Keith Richards y Ron Wood. Charlie Watts o el malogrado Brian Jones se podrÃan acercar más a la figura taciturna del escritor. Me gusta rizar el rizo demasiado, pensé en el tren de vuelta mientras veÃa las ovejas pastar y recordé otro verso del LdoD que dice algo asà como que para viajar sólo basta existir. Y sobre eso devaneaba mientras pensaba en la desintegración del yo sobre la que iba escribir para el diario y sobre toda nuestra generación, desahuciada de su propio futuro, sintiendo una insatisfacción sospechosa por ser encuadrada entre letras. Hey hey hey, that’s what I say.
Diego Giménez es periodista e investigador de la obra de Pessoa. Autor del blog Entre Fragmentos.
Me ha encantado la unión.