Julián Rodríguez

«Ante todo diría que soy un lector, y ese lector que soy ha conocido durante los últimos años, más de diez, un buen número de obras de mucho interés que no se encontraban traducidas al castellano… decidimos ser nosotros mismos los editores de esas obras».  Entrevistamos Julián Rodríguez, editor de Periférica para Revista de Letras.

“Periférica” nace en el 2006, ¿Cómo surge la iniciativa y que balance haría hasta ahora?

Hasta la fecha yo había “comparecido” en el mundo editorial como autor. Pero ante todo diría que soy un lector, y ese lector que soy ha conocido durante los últimos años, más de diez, un buen número de obras de mucho interés que no se encontraban traducidas al castellano. Algunas de ellas las recomendé a diferentes editoriales y fueron publicadas; con otras no hubo suerte. Finalmente, en compañía de mi socia, Paca Flores, que en la editorial se ocupa de la gestión de cuentas y de la difusión, decidimos ser nosotros mismos los editores de esas obras.

Periférica es, como imprimimos en unos expositores de reciente diseño para algunas librerías, “una biblioteca en marcha”. Este lema explica nuestro propósito: crear una verdadera biblioteca, con muchos “perfiles” y coherente.

Estamos sorprendidos y agradecidos por el extraordinario eco que en muy poco tiempo ha alcanzado Periférica a nivel nacional e internacional. Hemos aparecido en un momento de aparente saturación en el mercado editorial, pero también de normalización respecto a modelos editoriales vecinos, como decía antes; es decir, existen gigantescos grupos editoriales por una parte, grandes y medianas editoriales independientes, y, por último, pequeñas editoriales. Este sector es el que antes no existía, o apenas existía. Diría que éste es también el sector que sufre menos ese dramatismo que señalas, porque las expectativas son, quizá, diferentes, o diferentes en parte. Sabemos que nuestro proyecto necesita de más tiempo para consolidarse: “abrimos” sólo hace algo más de dos años ahora, así que estamos aún en un momento de “expectación”, y moderadamente satisfechos por todo lo que citaba al principio: el eco que ha alcanzado nuestro trabajo… Ahora, claro, nos toca trabajar duro para conseguir que cada vez se sumen más lectores a nuestro proyecto, tanto en España como en América Latina (para nosotros es muy importante la exportación a ese continente, y nuestro exportador es el mismo de Pre-Textos, Siruela, Hiperión, Minúscula, Alba, etc. Queríamos que fuera alguien que trabajara ya con editoriales literarias…).

Estamos en un momento confuso, pero también excitante. Excitante porque está en transformación. Las librerías se están transformando y las cadenas de librerías a lo anglosajón están formando parte de esa transformación… Sí, todo es confuso, pero nunca hubo tantos lectores (digan lo que digan algunos) ni “hueco” para nuevas propuestas, para propuestas singulares o minoritarias… Nunca los medios prestaron tanta atención a las pequeñas editoriales… Mucho dependerá no sólo de los editores, de los nuevos editores, sino también de los libreros: los libreros tradicionales y los nuevos libreros, sean quienes sean éstos. No somos agoreros: creemos en el futuro de eso que llamas escena editorial española. Cada vez, eso sí, ha de ser más plural, necesita ser más plural.

El reconocimiento del trabajo realizado por las editoriales llamadas “pequeñas”, reeditando autores, a veces, olvidados y descubriendo nuevos, es cada vez más general.¿Cual es su criterio a la hora de escoger los autores y/o los libros?

En la colección “Biblioteca portátil”, trabajamos con dos líneas bien definidas: A) Descubrir o rescatar, mediante traducciones y ediciones cuidadas, a autores clásicos de primera fila pero aún no suficientemente conocidos en España. B) Presentar en España a autores contemporáneos de Europa y América Latina (no españoles) de gran prestigio en sus países de origen, pero poco conocidos (o totalmente desconocidos) aquí.

La segunda colección, “Pequeños tratados”, está dedicada al ensayo en sus más diversas formas: desde el que está en los límites de lo académico hasta el más cercano a la llamada “non fiction”. El lema de esta colección es “Entre la erudición y el underground”.

Organizamos el catálogo siguiendo el espíritu de cada colección. Cada una de los dos que hemos puesto en marcha tiene su perfil: ficción / no ficción. Y para ellas seleccionamos los títulos pertinentes… En realidad, más de 60 títulos que publicaremos durante los próximos años nos han acompañado como lectores durante casi 15, desde muy muy jóvenes, a través de muchos viajes; y esa “compañía” de tanto tiempo nos ha permitido conocer bien las obras, las relaciones entre unas y otras, etcétera… Diría que nuestro catálogo responde bien a esa idea primera de crear “una biblioteca”. Para un lector curioso, y más o menos culto. Pero sobre todo curioso, es decir, dispuesto a recorrer nuevos caminos.

Evidentemente, el catálogo de una editorial es su principal y único valor; su energía y su aval. Da igual el nombre, da igual el lugar o país desde el que edites, da igual tu “poder” mediático o económico: para juzgar a una editorial lo único que hemos de recorrer son las líneas (los nombres propios, tanto los “sonantes” como los poco “sonantes” o asonantes) de su catálogo. Y, sobre todo, la conjunción entre todos esos nombres. A todo esto algunos lo llaman “perfil”, me parece bien: el perfil de un rostro llamado editorial.
El primer criterio para seleccionar títulos y autores es la calidad. Publicamos aquello que nos interesa y que tiene “sentido” dentro del programa editorial que nos hemos marcado. Pretendemos crear un catálogo “orgánico” (los títulos para los cinco primeros años han sido elegidos siguiendo esa pauta), es decir, vivo y con obras relacionadas entre sí, aunque cada lector las leerá, por supuesto, de modo independiente… Hay una relación clara entre muchos de los autores que vamos a recuperar… Esto respecto a los clásicos. Pero también publicamos autores todavía jóvenes, entre los 30 y los 40 años, de la Europa cercana (que tienen al menos dos o tres títulos, lo que nos permitirá seguir toda su trayectoria y apostar por obras que ya pueden evaluarse en buena medida) y, además, “rescataremos” un buen número de libros de autores latinoamericanos de relevancia que aún no habían llegado a España… Estamos trabajando en un catálogo muy organizado y coherente a pesar de su pluralidad… En cuanto pase algún tiempo, cualquier lector atento se dará cuenta… Podríamos decir, por distinguirnos de otros proyectos similares, que vamos a “descubrir”, y lo digo con la suficiente modestia, algunos autores poco o nada leídos en España hasta hoy; sean de hace un siglo o de hace una década. Y de los autores más conocidos publicaremos obras que fueron importantes por diferentes motivos y que en ocasiones no han sido suficientemente valoradas aquí.

¿Cómo ve la competencia con las grandes editoriales?

Tenemos, está claro, muchos menos medios, y esto supone una terrible desventaja… Pero no debería utilizar esta palabra: nosotros no competimos con los grandes grupos, ni siquiera con los editores medianos o pequeños, o microeditores como nosotros mismos: simplemente publicamos aquellos libros que son importantes para nosotros y que creemos que pueden interesar a un número suficiente de lectores. No somos mesías, pero tampoco mercaderes. Somos también, nos gusta pensar, agentes culturales tanto como intermediarios entre el autor y el lector. Sobre todo, somos eso: interlocutores. Y la tarea de otros editores no dificulta nuestro trabajo, sino que es, muchas veces, un buen complemento.

¿Cuál o cuáles de sus publicaciones es de la que se siente más orgulloso?

Nos sorprendió agradablemente, como suele decirse, la excelente acogida al primer título de Vallès que publicamos, El testamento de un bromista. Con todo lo que supuso «recuperar» a un autor, como Vallès, fundamental para nuestra formación como lectores, y del que vamos a publicar muchos otros libros en el futuro. Digamos que Vallès y Fogwill, del que también vamos a seguir publicando más textos, son dos autores clave para nosotros como lectores, y, por suerte, están en nuestro catálogo, y ha habido una excelente acogida de sus obras con el sello de Periférica. También ha sido alentador el interés que han despertado los autores más jóvenes de la editorial (los más jóvenes hasta ahora, pues llegarán pronto otros más jóvenes aún de Inglaterra, Bolivia, Italia…): la francesa Valérie Mréjen, el chileno Carlos Labbé o el mexicano Yuri Herrera. También, recientemente, ha supuesto una verdadero placer poder editar Proyectos de pasado, de Ana Blandiana, que es uno de esos libros totales que guarda no sólo toda una literatura (en este caso la rumana) sino también una época. Es una autora de culto en media Europa, creemos que pronto lo será en España también.

Julián Rodríguez

Periférica

Diego Giménez

Diego Giménez, doctor en filosofía y pensamiento (UB) con una tesis sobre "El libro del desasosiego" de Fernando Pessoa, ha realizado diferentes actividades relacionadas con la literatura y el periodismo. Ha trabajado como redactor de LaVanguardia.com y en 2008 cofundó Revista de Letras.

1 Comentario

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Previous Story

Yasmina Khadra

Next Story

Lolita Bosch en Laie

Latest from Entrevistas