La historia cultural.
(Autores, obras, lugares).
Justo Serna y Anaclet Pons
Akal (Madrid, 2013)
A pesar de que la Historia parece materia bien definida en el sentido de que es aquello que ha acontecido, no es poca la bibliografÃa a propósito de su verdadera significación real, de su contenido esencial y de sus métodos de transmisión y estudio. Eso sÃ: “La historia no es ni puede aspirar al estatuto de las ciencias naturales. No hay experimentación: no hay laboratorio en que puedan reproducirse las condiciones del hecho analizado. ¿Esa carencia la convierte en un saber corriente, inescrupuloso, indisciplinado, sin reglas? No. La historia es lo que siempre fue: un relato, una puesta en orden de hechos que les han ocurrido a unos sujetos en un contexto determinado. Lo que el historiador hace es narrar esos acontecimientos atribuyéndoles sentidoâ€. Y, como aporte aclaratorio al contenido de este libro, se añade: “La historia cultural es un extensÃsimo campo en el que trabajan investigadores de distintas nacionalidades y de procedencias muy diversas. Rastrean variados asuntos y temas, numerosas cuestiones que no parecen tener relación entre sÃâ€. Si bien cabe decir que “los dos objetos fundamentales de la mejor historia cultural son el texto y la imagenâ€.
Tal aseveración viene avalada por la variedad de los autores y los temas tratados: “Natalie Zemon Davis: el menu peuple y las mujeresâ€, “Martin Guerre, pruebas y posibilidadesâ€, o “El lector Roger Chartierâ€, uno de los teóricos más afamados a propósito de la importancia del texto. Ahora bien, yo repararÃa en la figura de Le Goff por cuanto, en efecto, su visión de la historia, humanizándola hasta el extremo de la valoración del detalle, ha constituido una verdadera revolución en la interpretación del pasado. Su obra parece que no se aleja nunca, como premisa, del hombre como sujeto de hábitos y necesidades, de comportamiento social y de dedicación a lo material. Si, junto a ello, tomamos en consideración su riqueza expresiva, tan bien expuesta literariamente, tenemos motivos más que suficientes para tener este libro como una obra llena de seducción por los caminos nuevos que nos propone como entendimiento de nuestro pasado, por la capacidad de relación que establece entre lo que han sido los distintos intereses humanos y, en fin, por ese acercamiento al secreto, siempre atractivo, acerca de aquello que hemos sido como especie (o ha movido nuestra voluntad) y ello como medio de vislumbrar alguna enseñanza de lo que pueda deparar el inestable futuro.
Lectura, pues, como enseñanza y advertimiento.
Ricardo MartÃnez
www.ricardomartinez-conde.es