Sandra Barneda ha escrito una novela que lo tiene todo para convertirse en un best seller: personajes bien definidos, diálogos fluidos, giros inesperados, antagonistas crueles e insensibles, y una atmósfera que nos envuelve en la lucha de las mujeres para conquistar su libertad. Las hijas del agua son, en realidad, una suerte de hermandad (formada por cortesanas, nobles e incluso religiosas) que se reúne en secreto en la Venecia de 1793.
La autora ha ido ganando confianza como narradora y este tÃtulo, en realidad, forma parte de una tetralogÃa, que arranca con ReÃr al viento, y que está unida por los cuatro elementos de la naturaleza; aire, tierra, agua y fuego. La publicación de La tierra de las mujeres supuso la segunda parte del proyecto.
La incorporación de Mary Wollstonecraft no es gratuita. La madre de Mary Shelley (precisamente murió a los 38 años tras complicaciones en el parto) es la autora de Vindicación de los derechos de la mujer, un texto fundacional, publicado en 1792, un año antes de que comience la trama de la novela de Barneda.
“Errante en su dorada jaula, solo busca adornar su prisiónâ€, escribe Wollstonecraft. Y es esta cita, tal vez, la que le sirve a Barneda para construir el personaje de ficción (“las mujeres vivÃan en jaulas de oro y apenas se les permitÃa salir de ellasâ€, nos dice la narradora).
“No hay milagros sin esperanzaâ€, leemos al comienzo de la novela. Y, sin embargo, las protagonistas de Las hijas del agua comprenden, poco a poco, que es necesario pensar lo imposible para abrir, precisamente, las condiciones de posibilidad. Es, ahora son totalmente conscientes, un camino sin retorno.
Durante los encuentros de la sociedad secreta, las mujeres lucen una moretta, la máscara tÃpica de Venecia, ciudad llena de misterios y falsas identidades.
Otro de los subrayados en los que acierta Barneda es cuando muestra cómo algunos hombres, supuestamente avanzados ideológicamente a su tiempo, se comportan como el peor de los reaccionarios cuando se trata de los derechos de las mujeres (aquà lo sabemos bien, sólo hay que recordar el papel de cierta izquierda durante la reivindicación del sufragio universal por parte de Clara Campoamor). “Ningún hombre se habÃa atrevido en público a proclamar la ampliación de los derechos de las mujeres. Ni siquiera Rousseau y otros padres de la Revolución francesaâ€, nos dice la narradora.
Albert Lladó (Barcelona, 1980) es editor de Revista de Letras y escribe en La Vanguardia. Es autor, entre otros tÃtulos, de 'MalpaÃs' y 'La travesÃa de las anguilas' (Galaxia Gutenberg, 2022 y 2020) y 'La mirada lúcida' (Anagrama, 2019).