Laberinto de Horta | Foto: Wikipedia | Canaan

El verde laberinto de la escritura

/
Laberinto de Horta | Foto: Wikipedia | Canaan
Laberinto de Horta |  Foto: Wikipedia | Canaan

-El escritor es la rata que construye su propio laberinto antes de ponerse a escribir.

Son palabras de Jacques Roubaud, miembro destacado del OuLiPo, el grupo de experimentación literaria capaz de unir poética y matemáticas. Esa frase la pronuncia en una conferencia en Reus, a principios de los años noventa. Allí asiste como público un joven escritor. Màrius Serra (Barcelona, 1963) se acaba de dar cuenta de que su obsesión por los juegos de palabras está directamente relacionada con aquellas tardes en las que, saliendo del colegio Los Salesianos, saltaba la valla de los Jardines de Horta para merodear por su misterioso laberinto vegetal. El interés por resolver el enigma había comenzado a los doce años. Ahora todo encaja.

-Era la gran aventura, colarse en este extraño bosque… –recuerda el autor catalán.

Hoy, en una mañana de junio, cuando acaba de celebrarse el Día Mundial del Medio Ambiente, hemos vuelto al laberinto. Ya no hay que saltar vallas. El jardín, que se inauguró en 1808, es el más antiguo de Barcelona, y es un parque público desde 1971. La que fuera la antigua finca de la familia Desvalls, tiene más de nueve hectáreas y una vegetación sorprendente. Además de los setos de ciprés que, recortados a la perfección, forman el verde laberinto, distinguimos cedros de Himalaya, bojes, tilos, encinas, pinos, robles, hiedras, helechos y fresnos. Todo ello regado con múltiples fuentes que aportan el agua necesaria a este pequeño oasis.

Pero la de Roubaud no es la única revelación.

Màrius Serra lee el cuento Satarsa, que Julio Cortázar publicó, en 1982, en el libro Deshoras. Ahí el catalán entenderá que el palíndromo no es mera pirotécnica, sino que forma parte de la genética del relato.

-Como ahora lo de atar a la rata. –escribe el argentino.

Sigue leyendo Serra, y llega a otro auténtico deslumbramiento: “Atale, demoníaco Caín, o me delata”. La frase, como se puede comprobar, puede ser leída, con idéntico resultado, empezando por ambos lados. La lengua nos permite trazar múltiples trayectos.

los reyes

No es de extrañar que Serra vea en Cortázar a una suerte de cómplice. Rayuela (figura que podría ser un mándala o un laberinto, también) es una de las lecturas que más le impresionan. El autor argentino había publicado, en 1949, su primera obra firmada con su nombre real, Los reyes. ¿Adivinan de qué habla este poema dramático? Minotauro nos lo explica literalmente:

-Ariana mezcló sus dedos con los tuyos para darte el hilo. Ya ves, el hilo de agua se seca como todos. Ahora veo un mar sin agua, una ola verde y curva enteramente vacía de agua. Ahora veo solamente el laberinto, otra vez solamente el laberinto.

Nos sentamos justo en uno de los miradores desde donde se aprecia a vista de pájaro el laberinto de Horta. Unos adolescentes están realizando una yincana. Serra ha entrado cientos de veces, pero reconoce que todavía es capaz de perderse entre los pasillos.

-Puedo estarme aún veinte minutos buscando la salida. Imagínate los que entran por primera vez. A veces tenemos que ayudarles desde aquí arriba a salir (ríe).

Màrius Serra ha sabido como pocos convertir su vocación en una forma de vida. Juego, comunicación y literatura han tejido su trayectoria desde sus inicios, y es una asiduo colaborador de prensa, además de un excelente traductor. De alguna manera el camino a seguir se lo traza Tísner, quien, a punto de jubilarse, le cede la sección diaria de crucigramas de La Vanguardia. Actualmente Serra ya ha publicado más de nueve mil, y ha adaptado el formato a la radio, donde tiene una célebre sección llamada Enigmàrius.

En 1991 publicó un Manual de enigmística. Nos explica que el enigma, que busca esconder, es fundamentalmente competitivo. El reto es saber quién tarda menos en resolverlo. Sin embargo, el juego de palabras, que puede responder a la retórica clásica o al simple chiste, tiene su foco en el deleite. El placer estético es su único objetivo. El laberinto, de alguna manera, une ambas cosas: supone un desafío concreto y, al mismo tiempo, está íntimamente relacionado con la idea de paseo.

Alguien que ha crecido entre laberintos, de vegetación y de palabras, necesita un país propio. Por eso, en 2002, se inventa Verbalia, un lugar en el que la comunidad se aproxima al idioma (actualmente, en catalán y en castellano) desde lo lúdico. “Y sin ley de extranjería”, bromea.

Ablanatanalba
‘Ablanatanalba’

Poco antes había publicado la novela Ablanatanalba. Allí los protagonistas son dos gemelos (el tema del doble aparece muchas veces en sus propuestas literarias) que tienen una relación muy especial con el laberinto en el que nos encontramos. De hecho Màrius Serra convierte en personaje a un guía del recinto que existe en la realidad, Desideri Díez Quijano, quien también “ha acabado construyendo su propia patria” entre esos cipreses. En la novela también leemos cómo el lugar fue el sitio escogido por Adrià Gual para estrenar, en 1898, la  Ifigenia en Táuride de Goethe, traducida por Joan Maragall. Más de un siglo después, en 2006, Tom Tykwer rodó una escena de El perfume.

El escritor catalán se interrogó por qué las personas creen en el azar en Farsa, por qué existe la fe en Mon oncle, y sobre los funcionamientos de la magia en L’home del sac. Y es que otro de los temas centrales en las obras de Màrius Serra es la oposición entre creencia y razón. Este jardín, una vez más, es el mejor ejemplo de esa tensión entre dos modelos. Se construyó como un parterre neoclásico, pero fue acabado con estética romántica.

El último libro de Serra, Res no és perfecte a Hawaii (pronto saldrá publicado en castellano), también disecciona los mecanismos de la certidumbre. Los turista creen en el paraíso de cartón-piedra que el resort les tiene preparado, y los amantes del New age de turno se convierten en adictos a los beneficios de la “hulaterapia”, un tratamiento a partir de la danza polinesia. Con la larga sombra del capitán Cook, el protagonista, un joven periodista llamado Tom, deberá enfrentarse a los enigmas propios y a los del lugar en el que ha crecido.

La masificación que ha sufrido Hawái le ha servido a Màrius Serra -que ha viajado dos veces al archipiélago para documentarse- para sondear la relación entre cultura y naturaleza. El experto en enigmática observa los dos jardines que nos acogen, el neoclásico y el romántico, y duda:

-¿Qué es más artificial? ¿Someter la naturaleza a un esquema simétrico o pretender fabricar lo salvaje?

La réplica se la dejamos a Cortázar que, en boca del citarista, también se interroga en Los reyes:

-Tú nos llenaste de gracia en los jardines sin llave, nos ayudaste a exceder la adolescencia temerosa que habíamos traído al laberinto. ¿Cómo danzar ahora?

Màrius Serra vuelve al laberinto de Horta | Foto: Wikipedia y Albert Lladó
Màrius Serra vuelve al laberinto de Horta | Foto: Wikipedia y Albert Lladó

Este artículo pertenece a Agua y Cultura, sección patrocinada por la Fundación Aquae.

Albert Lladó

Albert Lladó (Barcelona, 1980) es editor de Revista de Letras y escribe en La Vanguardia. Es autor, entre otros títulos, de 'Malpaís' y 'La travesía de las anguilas' (Galaxia Gutenberg, 2022 y 2020) y 'La mirada lúcida' (Anagrama, 2019).

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Previous Story

G. Maldonado: «Todos los escritores bebemos de todos»

Next Story

Francesc Serés: «En literatura no vale todo»

Latest from Agua y Cultura

Agua viva

Clarice Lispector se pregunta por los límites del lenguaje en un libro que nace y se

La raíz del agua

El poemario de Montserrat Abelló es una indagación sobre la sed de deseo y  la necesidad