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Palabras para un ensayo colectivo

Susana Arias, directora del equipo de Mediación del CCCB, nos cuenta en qué consiste y cuáles son los objetivos del proyecto audiovisual 'Un vocabulario para el futuro' | Fotograma de 'Refugi', de Carla Simon y texto de Marta Marín-Dòmine

La etimología del término «palabra», parabolé en griego, tiene un sentido solidario a los de «comparación», «alegoría», «símil». Cada palabra es un universo hermenéutico con el que interpretamos el mundo que habitamos. Vocablos como Poesía, Frontera, Herencia, Especie, Memoria, Naturaleza, Afirmación, Anticipación, Refugio, Normal, Libertad o Tocar pueden conjugarse de múltiples maneras de modo que amplíen nuestro horizonte o nos opriman. Con esta idea en la cabeza el equipo de Mediación del CCCB que dirige Susana Arias ha puesto en marcha Un vocabulario para el futuro. Es un proyecto de creación audiovisual formado por cortometrajes originales que ponen en diálogo a cineastas, animadores, artistas visuales, escritores y pensadores, locales e internacionales. De este diálogo cosmopolita y políglota surge el vocabulario incipiente de otro futuro posible, palabras para un ensayo colectivo que nos lleve a pensar, imaginar e intentar modos de ser y vivir juntos. Formas de vivir en las que la palabra libertad, como señala Raül Garrigasait en su magnífica reflexión, ya no sea acto un heroico individual sino el don de una comunidad sana.

Libertad de Raül Garrigasait, Laura Ginés y Pepón Meneses.

¿Qué idea hay detrás de este vocabulario?

Es un ensayo colectivo que reúne una diversidad de voces procedentes de diferentes registros humanísticos, científicos y creativos para pensar e imaginar juntos el futuro como sociedad, porque si no lo hacemos, lo harán por nosotros. La idea surgió y empezó a ponerse en marcha durante el confinamiento, cuando estábamos encerrados en nuestras casas, intentando construir un programa público en esa situación tan desquiciante. Nace precisamente para crear puntos de fuga, para abrir ventanas cuando los horizontes parecen más cerrados, a través de conexiones improbables entre artistas visuales, cineastas y pensadores. Un vocabulario para el futuro nos ha permitido unir voces locales e internacionales a pesar de que la movilidad era imposible, y sin embargo era más importante que nunca pensar en clave de futuro.

Es un vocabulario alejado de los lugares comunes.

El proyecto se sitúa en un registro poético, nada enciclopédico. Buscamos la coralidad para dotar de nuevos sentidos a esas palabras que de tan dichas parece que estén clausuradas. Ante la multiplicidad de preguntas que nos planteamos hoy en día no tiene sentido pensar los proyectos alrededor de una gran voz, de una única autoridad, sino que buscamos la voz colectiva y diversa acompañada de la creatividad de artistas visuales. La originalidad está en esta superposición de capas o lecturas, desde el sentido que da un autor o autora a una palabra, a la interpretación del artista que incorpora todo su imaginario. Esta unión da una profundad increíble. Además el planteamiento diverso, poético y coral, no sólo por los referentes intelectuales, sino también por los artistas visuales. Hay pensadores consagrados, pero también voces jóvenes con piezas valientes y arriesgadas. La riqueza está en la diversidad de voces, lenguas, procedencias y sensibilidades.

¿Quién propone cada palabra?

El CCCB propone, pero también recibimos contrapropuestas. Por ejemplo, le pedimos a la poeta surafricana Koleka Putuma que desarrollara la palabra queer puesto que ella vive una sexualidad no normativa. Sin embargo, ella le dio la vuelta y propuso desarrollar el vocablo normal puesto que la pandemia ha puesto en evidencia la complejidad semántica de este concepto. Aún hoy hablamos de «volver a la normalidad», sin embargo, cabe preguntarse qué es lo normal.

¿Quién establece las partes implicadas en cada cortometraje?

El CCCB establece la relación entre las partes implicadas en cada pieza. En parte porque uno de los principales objetivos es implicar a artistas locales, de modo que así se distribuyen recursos y proyectos en el tejido cultural de Barcelona a la vez que se traza una cartografía de creadores y artistas visuales de la ciudad. Por supuesto siempre hemos buscado las afinidades entre las partes y creo que en algunos casos las hemos encontrado. Cada vez que llega un video montado con las aportaciones de cada parte es como abrir un regalo.

Hay maravillas poéticas como ensayo, especie, poesía o libertad, pero también hay propuestas duras como sucede con la palabra memoria.

La pandemia nos ha hecho conscientes de la vulnerabilidad del cuerpo, el modo en que compulsivamente hemos encubierto y disfrazado nuestra fragilidad. La palabra memoria la han desarrollado autoras extraordinariamente jóvenes y que hiciesen una pieza tan arriesgada me pareció un gesto de gran valentía. De la noche a la mañana, casi sin que nos demos cuenta, todos podemos ser viejos, estar solos y enfermos. La sordidez y la oscuridad no nos son ajenas a nadie.

Ensayo de Nona Fernández e Isaki Lacuesta

El proyecto nace vinculado a la bienal del pensamiento.

Sí, pero a la vez ha adquirido personalidad propia. De hecho, el Vocabulario continúa y se añadirán nuevas voces a lo largo de los próximos meses. Algunas de las voces que se incluirán serán anónimas, de ciudadanos de Barcelona. También incorporaremos las voces de jóvenes que forman parte de otro nuevo proyecto que es la Escuela en residencia, para estudiantes entre 14 y 18 años. Por otro lado, hemos empezado a relacionar el Vocabulario con otros proyectos del CCCB en ese interés por tender puentes y facilitar la intersección de saberes, disciplinas y públicos.

Surge con vocación internacional.

Totalmente, y no solo a través de las voces que participan, sino que además estamos sumando al proyecto a otras instituciones para que participen con sus cortometrajes, porque creemos que debe convertirse en un ensayo colectivo y compartido. Además, estamos trabajando para que el Vocabulario tenga una itinerancia digital. Nace con un espíritu abierto y las piezas creadas por diferentes instituciones pueden estar alojadas a su vez en las diferentes webs de cada institución participante, por ejemplo.

Un pensar colectivo.

La mediación pasa por poner en contacto diferentes colectivos y mundos, por tanto, está íntimamente ligada a la creación de lenguajes, situaciones y formatos nuevos. El Vocabulario es una expresión de esta voluntad de articular voces de forma creativa mediante nuevos espacios y formatos que se abren a la curiosidad e incluso a la trasgresión. Cada audiovisual tiene una dimensión que facilita que viajen fácilmente por las redes. Algunos se utilizan ya como recursos educativos, otros están en circuitos del mundo audiovisual, cineastas y autores también están moviendo el contenido en los diferentes círculos. Sin embargo, es crucial que se vean en contextos muy distintos y que se vayan infiltrando en los visionados de la gente, desde sus hogares, por ejemplo. Hay una tendencia generalizada a pasar página rápidamente de un proyecto a otro, sin embargo, creo que a este tipo de propuestas hay que abrirles camino para que puedan durar, de forma que cada palabra sea como un pequeño mensaje en una botella.


UN VOCABULARIO PARA EL FUTURO

Pueden acceder a las páginas del Vocabulario en la web del CCCB a través de este enlace.  Aquí dejo una selección:

Especie de Stefano Mancuso, Xiana do Teixeiro y Emilio Fonseca

Frontera de Ingrid Rojas y Diana Toucedo

Herencia de Juan Mayorga Ruano y Carolina Astudillo

Poesía de Mircea Cartarescu, Dostopos y Artur Tort

Tocar de Karen Barad y Blanca Rego

Berta Ares Yáñez

Periodista e investigadora cultural. Doctora en Humanidades. Alma Mater: Universidad Pompeu Fabra.

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