La omisión de la familia Coleman.
Texto y dirección: Claudio Tolcachir
Reparto: Araceli Dvoskin (Abuela); Miriam Odorico (Meme); Inda Lavalle (Verónica); Tamara Kiper (Gabi); Lautaro Perotti (Marito); Diego Faturos (Damián); Gonzalo Ruiz (Hernán); Jorge Castaño (Doctor)
Teatro Borràs (Barcelona), hasta el 6 de marzo de 2011
Quedan pocos dÃas para disfrutar de la deliciosa, inquietante, e imprescindible La omisión de la familia Coleman, que se puede ver en el teatro Borrà s hasta este domingo. La pieza de Claudio Tolcachir se estrenó en 2005 en el Teatro Timbre 4 de Buenos Aires y, un año después, fue reconocida como la Mejor Obra Argentina en los Premios ACE.
Se trata de un ejemplo perfecto de aquello que se dice – y que se podrÃa pensar que es un tópico – que los actores argentinos «transmiten verdad». Una verdad incómoda, que se respira por todos sitios, pero que sólo podemos ir descubriendo con el paso de los minutos y las escenas. La familia Coleman es un cúmulo de despropósitos, y de hilarantes discursos surrealistas, pero que, cada vez, nos va pareciendo más cercana, más reconocible.
Marito, interpretado por Lautaro Perotti, es el eje de una acción que se centra en la huida. Los personajes, la abuela, la madre y los hermanos, quieren escapar de una casa que, aunque es su única cosmovisión, les va ahogando en un mundo sin salida. Todos participan, de una manera u otra, de una locura compartida. Se intenta normalizar la neurosis y la paranoia, pero al mismo tiempo va acabando con la paciencia de todos.
El acierto de Tolcachir es hilvanar un humor desbordante con un escenario en el que se reflexiona sobre la familia, la solidaridad, y la necesidad de ser libres. Los compromisos con los demás se convierten en condenas, y la llegada de otra hermana, Verónica (Inda Lavalle), que ha vivido otra realidad, es el desencadenante para comenzar a hacer las maletas. La abuela enferma, y la acción se traslada a un hospital que se convierte, por momentos, en un nuevo hogar, esta vez de tránsito. Meme, a la que le da vida deliciosamente Miriam Odorico, busca seguir con la vida cómoda que ha conseguido gracias a su inmadurez. Sus otros hijos escapan hacia la aventura o el amor, y Marito, diagnosticado de leucemia, acaba solo, abandonado. Sin proporcionarnos un juicio de valor, la obra nos muestra, con un ritmo trepidante, todos los contextos e, irremediablemente, nos preguntamos qué hubiésemos hecho nosotros. La propuesta de Tolcachir funciona como un reloj, precisamente, porque el público, sentado en sus butacas, es el que respira.
Albert Lladó
www.albertllado.com
[…] Un pedazo de Buenos Aires en Barcelona – Revista de Letras […]
Doy fe de la excelente obra que es y de la repercución que tuvo en todos los paÃses donde se presentó.
Felicitaciones a todo el elenco y un genio Tocalchir!