“Es una buena metáfora, muy bonita. Los que surfeamos sabemos que ese ir y venir, ese vaivén te va llevando al punto donde se coge la ola buena, aunque te zarandee, aunque te tire de la tabla, a pesar de que te caigan muchas olas encima; esas series de olas que van pasando descolocan, pero ese esfuerzo te va posicionando cada vez mejor hasta que consigues llegar a ese punto perfecto para coger la ola. Es esa perseverancia de lograr casi una utopÃa; ese convencimiento de que esa ola la vas coger y al final lo consigues, con mayor o menor acierto. Puede ser una ola más bonita, más fea, más alta o más baja, pero al final te posiciona, te lleva a un lugar intuitivo, al mundo de la imaginación; es el momento mágicoâ€.
Durante la Ãntima entrevista que la historiadora del arte y comisaria Anxela Caramés realiza a su padre, el artista Vari Caramés (Ferrol, A Coruña, 1953), surge esta reflexión a propósito de las similitudes que encuentran entre la fotografÃa y el surf. A Caramés siempre le ha encantado el agua, el movimiento, lo difuminado, lo confuso, la sorpresa: lo bello en lo transitorio. A Caramés también le fascina el jazz y el cine: la gaita en manos de Avelino Cachafeiro, el piano en las de Tete Montoliu o el saxo en las de John Coltrane, asà como las secuencias bajo la dirección de Jim Jarmusch o Wim Wenders. En realidad lo que más le ha interesado a Vari ha sido investigar y experimentar, dejarse sorprender y sorprender a los demás; crear mundos y emociones a través del medio fotográfico. Es el suyo un arte de melancólicas evocaciones, acuosos escenarios, intensos viajes imaginarios o de atemporales y diluidas reflexiones en torno a la cotidianidad.
A raÃz de que fuera honrado con el VII Premio Bienal Internacional de FotografÃa Contemporánea Pilar Citoler -prestigioso premio creado a partir de las buenas relaciones creadas entre la extraordinaria coleccionista de arte contemporáneo Pilar Citoler y la Universidad de Córdoba (UCO), está destinado a aquellos fotógrafos que, teniendo una larga carrera y un trabajo de calidad a sus espaldas, aún no han recibido especial reconocimiento o promoción- (2013), el trabajo de Caramés ha sido reunido en una preciosa publicación (2015) coeditada por la UCO, la Junta de AndalucÃa y La Fábrica, convirtiéndose en el séptimo volumen de la especializada colección El ojo que ves. Es, pues, un libro en el que dominan las imágenes, y en el que las letras de los ensayos de Alfonso de la Torre y Miguel Fernández-Cid que las preceden, poetizan y reflexionan sobre lo que aquellas pueden despertarnos.
“Alude a cuando te encuentras en ese pozo de negrura, desde donde estás buscando la luz, y la fotografÃa te ayuda. La fotografÃa es la grafÃa de la luz, habla de escribir y de dibujar con ella, es una filosofÃa para mÃ, ya que me hace ver las cosas y las personas de una manera especialâ€, afirma Caramés.
Equiparablemente podrÃa decirse que su forma de escritura es lacónica, mas de esas formas de comunicación en las que con muy poco se expresa mucho; serÃa un poeta que celebra el instante que es la vida, un poeta de la belleza deleznable, de la profundidad de un escalofrÃo ante la única verdad inexorable, la muerte.
Es un excelente poeta de las imágenes por hacer más hermosa la falaz realidad, de hecho, crea otra realidad. Asà lo podemos comprobar en la amplia selección que de sus trabajos se hace en este libro, desde la inicial A movida viguesa (1986), sus poéticas series geográficas, tales como Coruña by night (1984-88), Castelos de Galicia (1992-93), Compostela (1996), Ciudades de GTB -entablando un diálogo con Torrente Ballester– (2009), Teruel (2013) o la especial y tan melancólica Pasatiempo (2012-13) -ésta última expuesta en la GalerÃa Marisa Marimón recientemente-, hasta las misteriosas series temáticas como Visión animal (1993-96), Tránsito (2001-04) o Nadar (1986-1990/2010) y otras recopilaciones de fotografÃas fuera de series. Todas ellas, invitaciones a sugerentes atmósferas, son “acuareladasâ€, viradas o difuminadas: realmente sensibilizadas.
Curiosamente son las imágenes que muchos considerarÃan fallidas, extremadamente desenfocadas o con demasiado ruido, con extraños encuadres, iluminación y sombras, es decir, aquellas que contradicen lo comúnmente aceptado como una “buena fotografÃaâ€, lo que le interesó desde su niñez a Vari, cuando su padre, aficionado a la pintura y la escultura, le regaló una cámara Voitländer que cambiarÃa por completo su forma de ver. Los resultados con defectos le cautivaron y le llevaron a profundizar en su velado e infinito potencial como medio expresivo, se le presentaron como el más idóneo canal por el que transmitir historias y emociones; esas imperfecciones que en realidad permiten la creación de jubilosos y misteriosos fragmentos, hoy configuran, sin duda, un lenguaje único.
Pero esta publicación no serÃa tan interesante sin los textos bilingües inglés/castellano que la enriquecen: Veri(tas) Caramés. Un estado mental e Imágenes cercanas, además de la ya citada entrevista, De Caramés a Caramés. Anxela entrevista a Vari. El primero lo firma De la Torre, crÃtico, comisario y especialista en arte español de posguerra que, como acostumbrados nos tiene, presenta a través de una bella y lÃrica escritura pensamientos, vÃnculos y referencias artÃsticas en torno a la experiencia estética que ofrece el trabajo de Caramés.
“Magia de las apariencias, belleza extraÃda de la nada que, junto a nosotros, desapercibida pasa. […] el riesgo que comporta tal decisión por escoger imágenes cuya singularidad es, precisamente, otra nueva aporÃa, el empuje a reflexionar, cada sujeto contemplador, sobre qué sea ese misterio que son las imágenes. Imágenes que se preguntan sobre las imágenes, su reflexión plantea asà un mundo nuevo, universo de imágenes y espacios de aire difuso, como suspendidos en un sueño, visión no exenta de inquietud al referir el engaño que sea la realidad y su supuesta claridadâ€. Alfonso de la Torre
Por su parte, el también crÃtico, editor y actual director gerente de la Fundación Gonzalo Torrente Ballester, ahonda por medio de un emotivo texto en las trayectorias personal y profesional de Caramés, mientras que Anxela en su entrevista pone los acentos necesarios para que el propio artista nos dé a conocer las claves de su proceso creativo.
“Vari Caramés como fotógrafo de voces y ecos, de reflejos, de luces y matices en las sombras. Cada fotografÃa suya sugiere una secuencia, la anuncia, y nosotros, incluso sin quererlo, la desplegamos. Fotógrafo de sÃntesis, autor de imágenes solo en apariencia accidentales, dice aprovecharse del azar pero, en el fondo, lo llama y lo espera: lo convocaâ€. Miguel Fernández-Cid
“Necesito flotar, buscarme, encontrarme, perderme… prefiero ser imprácticoâ€. Vari Caramés
Es un libro para disfrutar, soñar y viajar, dichosos o nostálgicos, nos incita a mirar de otra forma y crear fantasÃas o activar recuerdos; es una obra en la que la afectuosa elocuencia de las palabras de los autores corrobora y vaticina el absorto placer que experimentará el lector/espectador.