XXII Editores: Juan Casamayor

Foto © Marta Calvo

Juan Casamayor es un militante de lo suyo. Decidió «vivir del cuento» y ahí está, demostrando que, con esfuerzo y convencimiento, todo es posible. En septiembre, Páginas de Espuma cumplirá once años de espumosos libros repletos de historias. Junto con Encarnación Molina, también profesional del mundo de la edición, decidió poner en marcha este proyecto, ya consolidado, en el que han publicado autores tan variopintos como Fernando Iwasaki, Jorge Volpi, Vicente Luis Mora, Fernando Valls, Juan Pedro Aparicio, Andrés Neuman, Ignacio Padilla, Julián Marías, Espido Freire, Eduardo Berti, Flavia Company, Care Santos, José María Merino, Clara Obligado, Ana María Shua, sin olvidar a los clásicos, entre los que encontramos a Washington Irving, Edgar Allan Poe, Emilio Salgari, Antonio Machado… El menú es tan suculento que resulta difícil decidir qué plato nos comemos primero.

Entre los jóvenes independientes, Páginas de Espuma es uno de los mejores ejemplos para contemplar lo bien que casan la coherencia del catálogo con las apetencias de los lectores.

A modo de test…

¿Cuándo decidiste ser editor y por qué?

No se trata tanto de decidir que se quiere ser editor como de decidir que se desea crear un proyecto editorial. En una de mis primeras lecciones recibidas de Miguel García, de Grupo Machado, me dijo «montar una editorial es sencillo, ¿serás capaz de montar un editor?» En eso estoy… en intentar ser editor.

¿Cuál es el criterio principal de tu catálogo?

Tratamos de construir un catálogo desde la calidad, intentando emparejarla con Páginas de Espuma. Diez años después hay catálogo, buenos autores y mucho trabajo. Sinceramente creo que sin calidad nada de esto hubiera sido posible.

¿Primer libro publicado?

Escritos de Luis Buñuel. Un sueño hecho realidad. Un libro que surgió de la amistad y el cariño, y que se ha convertido en un long seller clásico de nuestra editorial

¿El libro más difícil? (de editar, de conseguir, de vender… interpretación libre).

El primero siempre es una cuesta muy larga. Excesivamente complejo en el que actualmente estamos embarcados: por primera vez la edición completa y traducida del ruso de Diario de un escritor, de Fiódor Dostoievski. 1700 páginas de dificultades.

¿Qué libro te hubiera gustado publicar y has debido rechazar? (por estar ya editado, por problemas de derechos, por no encajar en tu colección…).

Cheever. Hubo una opción de compra de derechos en un momento dado pero se malogró. Y no es que lo rechazara, nos rechazaron a nosotros.

¿Qué te impulsa a publicar un libro, además de verlo en tu catálogo?

Es una suma de factores: calidad y gustos personales, diversidad de catálogo y política de autor, consejo y asesoramiento del habitual scouting que hacemos los editores. Y mucha lectura.

¿Qué te impide publicar un libro?

Que sea el 18.º o 19.º mejor titulo que a nuestro juicio llega a la editorial ese año. Hay un punto de inflexión y a partir de ahí, aunque la obra sea buena, no podemos editarla en condiciones, es decir, no sólo convertirla en libro, sino promocionarlo y venderlo.

Por curiosidad: ¿Por cuántos correctores pasan tus libros?

Depende de la complejidad del libro, del editing que haya precisado el manuscrito. Sin embargo normalmente junto al editor del libro hay uno o dos correctores como mínimo, más el control del autor.

¿Libro electrónico?

Sí, claro. Otra forma de leer. Escepticismo en su presente; esperanzas en su futuro.

Confiesa: Vas a una librería. ¿Recolocas tus libros en las mesas de novedades o en los estantes cuando no están bien visibles?

Lo hacía al principio, pero no sirve de mucho. Ahora intentamos ofrecer criterios y argumentos para que el librero promocione el libro y lo haga visible.

Imagina: En unos años, debido al éxito de la editorial, te ofrecen formar parte de un grupo o venderla. ¿Qué haces?

Venderla… Y crear Espuma de Páginas al día siguiente, sello editorial especializado en cuento… con más dinero.

Juan, ¡Viva el cuento!

Gran lema robado al acerbo popular que simboliza una forma de entender la edición independiente.

¿Qué tiene el cuento para que, un día, Encarnación y tú os embarcarais en un proyecto como Páginas de Espuma?

A finales de los 90 suponía una especialización insumisa frente a la censura del mercado de los grandes monopolios. Varias editoriales independientes de entonces, con movimientos rápidos, hacían sus incursiones, y con éxito, en la concentracion predominante.

Escribió Marina Mayoral: «La novela es como un veneno lento y el cuento, como un navajazo».

Entiendo lo que dice Marina, pero ciertamente podríamos hablar de cuentos que, una vez leídos, actúan como venenos lentos; o novelas que, leída su última página, hacen una incisión a modo de navajazo.

Recuerdo: Llega el día en que os llegan los ejemplares impresos de vuestro primer libro. ¿Qué sientes?

Recuerdo verlo salir de la guillotina de la encuadernación, muy expectante. Ansioso. ¡Qué nervios!

Hace diez años, la publicación de libros de cuentos era algo que daba solera a algunos catálogos, pero se decía que no se vendían. ¿Han cambiado las cosas?

Que exista una editorial especializada en cuento es un testimonio de que el cuento vende hasta el punto de sostener un proyecto editorial mediano.

No sé que apreciación tienes, pero creo que en los tres meses que llevamos de año ha habido un aumento de novedades en torno al cuento por parte de muchas editoriales. ¿Has notado ese creciente flujo de nuevos libros?

Siempre hay momentos en que se habla de mayor flujo de novedades en torno al género, o que estamos, de pronto, en un momento irrepetible. Pienso que es un crecimiento sostenido de lectores, de una minoría que sin duda ha crecido lentamente desde finales de los 90.

Internet parece que ha propiciado el interés por el género, tanto en lo creativo como en la lectura. ¿Es un buen momento para el cuento, ahora que disponemos de más herramientas para difundirlo?

Internet es una herramienta más, no es decisiva en el interés que se ha propiciado. El buen momento se debe a que hay buenos creadores de distintas generaciones y que algunas actitudes se han modificado, levemente en algunos casos, estos últimos años.

Darle entidad a un libro en el que se recogen varios cuentos no es nada fácil. En vuestro catálogo encontramos ejemplos de cómo se debe armar un buen libro de género. ¿Intervienes, como editor, aconsejando a tus autores para lograr una unidad al darle forma al volumen?

Ocasionalmente he intervenido en título de un libro, en su orden; otras, en ayudar al autor en buscar claves, nexos de un volumen o en la selección definitiva de textos.

Otro aspecto es el de las antologías, con aciertos memorables como los volúmenes temáticos sobre trenes, ajedrez, historias bélicas, medicina… Sospecho que son los libros con los que más te divierte trabajar.

Las antologías temáticas son muy alimenticias como diría Buñuel… y son un método maravilloso para que ciertos lectores se acerquen al cuento por primera vez. Todo ello se debe a la labor indispensable de Javier Sáez de Ibarra y Viviana Paletta en el camino de Páginas de Espuma.

¿Qué papel desempeñan los clásicos en vuestro catálogo?

Su presencia obedece a esa búsqueda de la diversidad en el catálogo, a bucear en el cuento que todos hemos leído y que nos ha formado como lectores.

Páginas de Espuma tiene una importante presencia en Latinoamérica, donde el género pesa muchísimo en la historia literaria. Cuando iniciásteis el proyecto, ¿teníais claro que habría que cruzar el charco?

Por desgracia no pesa tanto como se cree. La inercia editorial latinoamericana no escapa a las tendencias de nuestro país, y en esas tendencias también se encuentran valientes sellos independientes, de Argentina a Estados Unidos, que editan regularmente cuento. Nuestra presencia tiene que ver mucho con los buenos creadores que hay también en las distintas nacionalidades de todo un continente y, naturalmente, con la expansión natural de una editorial que busca nuevos lectores y espacios de crecimiento.

El cuento es un género ideal para conocer literaturas poco difundidas. En este sentido, algunas antologías publicadas por Páginas de Espuma se pueden contemplar como catálogos a los que acercarse para después profundizar en autores, historia, culturas…

Así es. Hay literaturas, incluso cercanas, muy abandonadas por la industria editorial: una antología de cuentos de un país es un retrato parcial, desde luego, pero es un primer peldaño para acercar otras formas de narrar y hacer buena literatura.

Muchos autores de cuentos van alternando con la novela y han conseguido prestigio en ambos géneros. A muchos les puede sorprender que la militancia tenga más peso que otras opciones y sigan navegando en lo breve. En vuestro catálogo vemos nombres de referencia en la narrativa, algo que, desde la modestia, solo se consigue con una política de editor muy bien definida, incluso manteniendo unas relaciones muy estrechas con los autores. ¿No crees que es un modelo de editor  que se había perdido y que en los últimos años, gracias a las pequeñas editoriales independientes, se ha recuperado?

Las relaciones estrechas con sus autores son una marca de la casa. Sin embargo, esto no es nuevo, ni creo que se hubiera perdido. Hay ejemplos notables de su práctica y su validez. La edición con editor independiente no se entiende sin esa política de autor con un catálogo de fondo que respalde su acción.

Andrés Neuman

Un reto importante es el de descubrir a nuevos autores. Comentaba con un amigo la gran labor que se está haciendo desde los talleres de creación, donde se potencia el cuento que, quizás, junto a la poesía, sea el género más exigente para experimentar y volcar ideas. De ahí pueden surgir muchos talentos. ¿Contemplas estos «templos de formación» como un lugar al que hay que acercarse para comprobar qué se cuece?

Desde luego. Guillermo Samperio me comentó que él se hizo escritor en un taller… con Augusto Monterroso y Juan Rulfo. Más que formación me interesa de los talleres de creación el espacio de intercambio y comunicación que existe entre lectores a los que les gusta la literatura y la escritura.

La editorial mantiene un fondo vivo, fuera de modas y tendencias comerciales, algo arriesgado aunque en ocasiones habéis pegado algún que otro campanazo que ha superado las previsiones. ¿Cuál sería la media de ejemplares que se suelen vender?

Si hicera una fría media aritmética rondamos los 1300 ejemplares por título; si descendemos a las cifras individuales hay libros que apenas alcanzan los 500 ejemplares y otros que superan los 10.000 ejemplares vendidos.

Ahora que la rotación de novedades impide que los ejemplares permanezcan mucho tiempo en las librerías, ¿cómo os las apañáis con la comercialización y distribución?

Las estrategias comerciales de las editoriales están cambiando ante la inflacción de títulos, la caducidad del modelo de distribución y la maltrecha red de librerías independientes. Ante estos síntomas, la editorial refuerza la comunicación directa ante el librero, intensifica el diálogo con su distribuidor y reinventa la promoción de sus autores y sus libros. Desde un vista de nuestra producción, no hemos querido crecer en número de novedades, y son entre quince y veinte las que anualmente permiten sacar adelante nuestra labor.

«Tres rosas amarillas» en Madrid, «La casa de los cuentos» en Barcelona… Se han creado espacios, librerías, que favorecen la difusión del género y recuperar también la tradición oral, que es de donde parte todo..

La librería es un eslabón fundamental de la cadena del libro. En estos momentos en algunas librerías se pueden encontrar secciones de cuento, y en el extremo, librerías especializadas en el género. Es un síntoma evidente de ese crecimiento sólido que propicia la existencia de lectores que buscan buenos libros y buenos escritores de cuento.

Os habéis lanzado al mundo de los premios para narrativa breve con el «Ribera del Duero». ¿Costó mucho tirarse a la piscina y convocar este Premio Internacional

El Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero es un proyecto meditado con el que deseamos ofrecer un premio de calidad internacional y acompañarlo de una clara voluntad cultural y apuesta económica. La Denominación Ribera del Duero barajaba antes de conocernos esta misma posibilidad. El encuentro de las dos inciativas, su ilusión y trabajo, pienso que ha dado muy buenas frutos en solo una edición . Y en este sentido, ya estamos trabajado en su segunda convocatoria.

Háblanos del microrrelato, porque es algo que me fascina. Si ya es difícil vender cuentos, lo de lo «hiperbreve» parece imposible. Lo de Ana María Shua y las antologías de Clara Obligado es un pequeño milagro.

Sobre el mircorrelato creo que sí puede hablarse de un microboom para ser coherente con los términos. Es un género que se ha situado casi de forma natural en la red, se ha colado con éxito en medios de comunicación y en inciativas promocionales de grandes empresa (las telefónicas por ejemplo). Todo ello apoyado en la eclosión de creadores que escriben desde la conciencia de género y la lectura de esos grandes dinosaurios que experimentaron con la brevedad que, por otro lado, cuenta con una tradición milenaria. Y para redondear el milagro, hay lectores y es verdad que tenemos muy buenas ventas: las antologías de Clara Obligado, Ana María Shua y, claro, el best seller Ajuar funerario de Fernando Iwasaki.

Mójate: ¿Qué hace grande a un cuento?

Es un género único que cuenta con una historia en lengua castellana universal y variada. Es un género cómplice y sugerente como pocos. Es un género que demanda esfuerzo y devuelve placer. Es un género con el que me gusta convivir y vivir. Leer cuento es ser lector a lo grande.

Tenemos muy cerca en Día del Libro y la Feria del Libro de Madrid, fechas potentísimas. ¿Qué libros de Páginas de Espuma vamos a encontrar en las mesas de novedades?

Fechas muy importantes, sí. Tres magníficos libros de cuentos: Azul ruso, de Patricia Esteban Erlés; Covers en soledad y compañía, de Ronaldo Menéndez; y El menor espectáculo del mundo, de Félix J. Palma.  En la línea de no ficción, la mayor aportación a la obra del poeta Claudio Rodríguez, Rumoroso cauce, y un nuevo título de Harold Bloom, Ensayistas y profetas. El canon del ensayo. Junto a ello, y resultado de un convenio con al editorial argentina La Compañía, tres clásicos maravillosamente traducidos y prologados a menos de diez euros: La desdichada, de Ivan Turgueniev, Cuaderno de notas, de Anton Chéjov y El punto de vista, de Henry James.

José A. Muñoz

Más información: Web de Páginas de Espuma

José A. Muñoz

José A. Muñoz (Badalona, 1970), periodista cultural. Licenciado en Ciencias de la Información, ha colaborado en varias emisoras de radio locales, realizando programas de cine y magazines culturales y literarios. Ha sido Jefe de Comunicación de Casa del Llibre y de diversas editoriales.

8 Comentarios

  1. Soy una abuala de 75 años. Vivo en México y he escrito algunos relatos breves. En unos días en la Universidad Anahuac del Norte de la ciudad van a presentar un cuento de Navidad que escribí dedicado a mis seis nietos y a los niños del mundo.
    Por este medio quiero felicitar al Sr Juan Casamayor

  2. Hola! Soy un «escritor» que publicó una novela llamada TIRÓN en ED. PLANETA en el año 2000, exactamente un thriller. A raíz de la página de EL PAÍS del viernes 18-11-11 he pensado que quizá os podría enviar un libro de «narraciones» (en este caso no creo que sean «cuentos»). Se llama CHICAS y como su nombre indica trata de historias de chicas. Tengo aquí a mano una versión de 80 páginas que incluye ocho historias, la mayoría en torno a las 10 páginas. Si fuera necesario creo que podría incluir varias más que deben andar por ahí. En general yo diría que el conjunto de la obra trata la «realidad» con cierta dureza cínica no demasiado «correcta», a veces incluso cruel. Lo digo para daros una idea y no haceros perder el tiempo. Decidme algo si creéis que os podría interesar. Saludos y gracias por vuestra atención. L. O.

  3. HOLA, PRONTO VOY A EDITAR OTRO CUENTO BREVE » ODI» QUE ES EL NOMBRE DE UN PERRITO
    GRACIAS

    TERE

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