Gustavo Martín Garzo: «Hablo del hombre y la mujer de hoy a partir de una historia eterna»

Mi hermana Ana me habla de El valle de las gigantas mientras leo Y que se duerma el mar, la última novela de Gustavo Martín Garzo, publicada por Lumen; un regreso a una de las primeras historias: la infancia de María. En la solapa del libro, la imagen del autor inaugura una biografía cuajada de premios, desde el Nacional de Narrativa en 1994, por El lenguaje de las fuentes, que también bebe de la Biblia, al Nadal en 1999, con Las historias de Marta y Fernando. Recorrer la trayectoria del autor vallisoletano deslumbra un poco, y es con ese respeto que inspira el éxito del otro en una disciplina que nosotros aspiramos a dominar con el que me acerco el viernes por la mañana hasta las oficinas de Random en Madrid para conocerlo y charlar sobre literatura a la hora del desayuno.

Gustavo Martín Garzo (foto: RHM)

Ha salido el sol, parece que se ha ido el frío no invitado de los últimos días, dejándome, eso sí, el regalo de un catarro intenso, que me hace toser y estornudar cada pocos segundos. La sala donde espero es agradable y la luz juega distraída sobre la mesa de madera. En las estanterías que cubren las paredes de la habitación, algunos de los títulos  más representativos de la editorial asisten impertérritos a mi profanación del espacio. Ojeo la novela durante la espera. Navegamos por el día en que el nuevo iPad ha salido a la venta y empieza a atisbarse en el horizonte la huelga general pero, afortunadamente, los edificios y los trenes no entienden de plazos ni efemérides y, cuando Martín Garzo me estrecha la mano amablemente, podríamos estar inmersos en la primavera de cualquier tiempo y cualquier ciudad.  Automáticamente, mis miedos se disipan y me siento a gusto con un hombre que desde el principio me parece cercano.

Rompemos el hielo abordando el porqué de esta novela que, a primera vista, podría tacharse de anacrónica. La pregunta no es ‘¿por qué una historia sobre María?’, sino ‘¿por qué una historia sobre María en un momento como este?’, y la respuesta no se hace esperar: “Un escritor nunca sabe por qué escribe lo que escribe, la obra surge de una necesidad, se presenta como una llamada a la que no queda más remedio que atender… se perfila un personaje o una imagen y, poco a poco, dejándose llevar, el escritor llega a un lugar nuevo, lleno de cosas que contar”. No hay una explicación consciente, responde Martín Garzo, que salpica la entrevista de un sinfín de referencias a otros autores imprescindibles, “Isaac Bashevis Singer decía que, para escribir un buen libro, además de tener una buena historia hay que sentir una imperiosa necesidad por contarla. Hemingway no concebía la escritura sin estar enamorado”.

“Si te enamoras de alguien, no sabes por qué te enamoras”, me dice sonriendo, y me hace pensar.

Por otra parte, me explica, no hay nada más actual que “las viejas historias”, aquellas que han acompañado al hombre desde el principio de los tiempos y han sobrevivido a todas las épocas, a todas las batallas. “Si lo han hecho, es porque en ellas se esconde lo esencial”.

Ese es el motivo por el que Martin Garzo recurre a la Biblia en El lenguaje de las fuentes y en Y que se duerma el mar; a los mitos griegos en El jardín dorado o a Las mil y una noches en La princesa manca.

“La historia más realista de nuestros días encierra ecos de esas viejas historias, que son el humus del que nos alimentamos”, un sustrato latente que encierra la Verdad.

El Nobel de Literatura Salvatore Quasimodo escribió que los mitos actuaban como protectores del pensamiento; Platón utilizó las fábulas en sus diálogos, “y yo estoy hablando del presente a través de estos relatos ancestrales, que tienen el poder maravilloso de adquirir nuevos sentidos cada vez que los revisamos; que, como sostenía Calvino, son inagotables. Escribiendo sobre María no estoy negando la época en la que vivo, al revés, estoy hablando del hombre y la mujer de hoy a partir de una historia eterna”.

Los cuentos de hadas

Podríamos estar charlando durante horas, un tema nos lleva a otro y, sin darme cuenta, me olvido rápidamente del orden de mis preguntas. Profundizamos en el escenario y los personajes de Y que se duerma el mar, que a mí me parece un paraje cuajado de sentimientos extremos y contradicciones, descrito con un lenguaje culto y una sintaxis sencilla pero efectiva, cuidada, que se aleja del desenfado cada vez más corriente en las novedades que nos encontramos poblando los escaparates de las librerías.

Martin Garzo piensa que los libros siempre deben plantear un desafío al lector, tal vez por eso confiesa no pensar demasiado en él durante el proceso creativo: “Los libros son investigaciones, tanto para el que los escribe como para el que los lee y, sí, el hombre es un ser contradictorio, nuestra vida es un conjunto de contradicciones; algo que se ve muy claro en los cuentos de hadas, donde los lugares en apariencia más fantásticos, como la casita de chocolate, esconden en realidad cosas terribles”.

“La vida es así y no puede ser de otra forma; los personajes más interesantes son los que se mueven al borde del abismo. La poesía, como decía Lorca, es lo que está en el filo, a punto de caer en ese lugar del que no se puede volver”.

De ahí el recurso a los cuentos de hadas en la bibliografía de Martín Garzo. No se trata de salvarlos del olvido, “sino de utilizarlos para comprender la vida cotidiana. Ellos viven en mí, me permiten moverme entre la realidad y la ficción, obteniendo una mezcla clave”.

Le escucho y le pregunto por la importancia de los niños, por esa María que nace manca y se enfrenta al mundo con el asombro característico de los primeros años, dispuesta a sorprenderse y a creer. Martín Garzo sonríe y me responde que la belleza es un niño en el tejado. “Tememos que se caiga, pero el milagro se produce y no se cae”. Esta vez es Chesterton quien refuerza su punto de vista, porque escribió una vez que la verdadera literatura realista se encontraba en los cuentos de hadas.

Los cuentos nos hablan de lo más profundo, de lo real; y son los niños quienes los leen. “Ana María Matute dice que los niños son la llama”, los adultos, las cenizas, los supervivientes, los rescoldos de esa gran llamarada que es la infancia, un lugar al que resulta imposible regresar si no es a través de los sentimientos que nos hacen más vulnerables, como el amor que nos desnuda, o la literatura que nos recuerda lo que somos y nos abre puertas a mundos olvidados, como le ocurre a Alicia cuando decide seguir al conejo blanco, “y en eso reside su principal utilidad”.

Martín Garzo ya no sabe vivir sin tener un libro entre las manos, son su lugar adonde ir; una segunda vida. Por eso lee tanto (me recomienda fervientemente a Alice Munro y me anima a darle una segunda oportunidad a Vila-Matas) y engancha novelas: para no quedarse fuera del País de las Maravillas.

Me despido de él contenta de haberle conocido, y escribo estas últimas líneas con la cita que abre su último y honesto trabajo, las palabras de Simónides de Ceos:

Quiero que duermas, niño,

Y que se duerma el mar, que al fin se duerma

Esa aflicción inacabable.

***

Marina Sanmartín
La Fallera Cósmica

Marina Sanmartín

Marina Sanmartín (Valencia, 1977), periodista, escritora y librera, es "La fallera cósmica", premio RdL a Mejor Blog Nacional de Creación Literaria. Actualmente trabaja en su primera novela, "El principio del desierto", tras la publicación del libro de relatos "La vida después", editado por Baile del Sol.

4 Comentarios

  1. He leido «y que se duerma el mar», sin poder esperar dias o años para volver a leer el libro, a «renglon seguido», pues me parece, la obra cumbre de Martín Garzo, a quien sigo con la más profunda admiración, no ya por ser un escritor que lo hace como si le dictasen los angeles , a las pruevas me remito. Le sigo porque es un ser enamorado de la mujer y ningún otro de adentra en nuestra alma como él; es como si te escribiese tu propio enamorado, pero desde cualquier ángulo femenino, sea madre, hermana o novia… Un autentico AMOR

  2. Feli, qué buena reflexión. El próximo 24 de mayo, a las 19:30hs, Martín Garzo charlará con los lectores sobre esta y otras novelas suyas en el Fórum de Fnac Castellana. Si te es factible, será un placer verte por allí. Un saludo!

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