Reivindicar a Francesc Trabal

Sol, sota el solSol, sota el sol
Espai Brossa (Barcelona). Hasta el 11 de octubre

Dirección y dramaturgia: Artur Trías
Intérpretes: Rosa Cadafalch, Isabel Rocatti,
Miquel Agell y Artur Trías
Escenografía: Eloi Linuesa

El Espai Brossa, con el espectáculo Sol, sota el sol, vuelve a convertirse en un motor para reivindicar y quitar el polvo a un autor que ha sido demasiado olvidado, demasiado silenciado, por los cánones oficiales de la literatura catalana. Francesc Trabal fue un novelista y periodista que fundó, junto con Joan Oliver y Armand Obiols, el «Grupo de Sabadell» que, entre otras cosas, creó la editorial “La Mirada”. A la vez, mantuvo una columna diaria durante muchos años en el Diari de Sabadell y promovió el Club de Novel·listes que más tarde acabaría convirtiéndose en la Agrupació d’Escriptors Catalans.

Francesc TrabalTrabal, autor de novelas como Judita y Vals (Premio Crexells, 1936), sufrió el exilio forzado de la Guerra Civil, marchándose hasta su muerte a Chile donde, a pesar de las dificultades, creó el instituto chileno-catalán y desarrolló diversas tareas editoriales. Francesc Trabal, sin embargo, no es un gran autor por su activismo, sino por su sentido del humor, por su inteligencia, por hacer en catalán lo que Beckett o Ionesco impulsaron desde el teatro del absurdo, por provocar a través de la escritura rápida, irónica, corrosiva.

Dirigido por Artur Trías, Sol, sota el sol es la puesta en escena de los textos recogidos en el libro De cara a la paret – selección de artículos y «despropósitos» aparecidos originariamente en el Diari de Sabadell y recopilados por Miquel Bach en 1985 -. Se trata de una serie de sketches cómicos que consiguen que lo cotidiano se convierta en un símbolo de la estupidez humana, donde la burguesía se obsesiona con tics disfrazados de trascendencia y que ridiculizan a los personajes y, por tanto, a una sociedad preocupada sólo por la superficialidad. Cuatro actores y una veintena de situaciones que giran alrededor de la Festa Major de Sabadell, en los años 20 o 30, y en las que el señor Cartipàs y el señor Falsilla unen unas historias sin conclusiones racionales que hacen reír al espectador. Dos enamorados, un castillo de fuegos, sardanas, barretinas y mucha sátira.

Sol, sota el sol 2Los actores son de sobra conocidos por el público catalán. Y no defraudan. Miquel Agell – el Matt del «Cor de la ciutat» – está divertidísimo cuando interpreta a un joven que no sabe cómo escapar de una relación amorosa que no le interesa nada y que le acompañará toda la vida, por el miedo a enfrentarse de cara a la necesidad de tomar decisiones. Artur Trías – también cara conocida del «Cor de la ciutat » – demuestra que es un actor veterano en el sentido noble del término, sabiendo poner ritmo cuando toca y haciendo uso de su indiscutible vis cómica. También acierta Rosa Cadafalch en todos los personajes a los que da vida, pero es Isabel Rocatti quien, una vez más, nos hace disfrutar de una capacidad que parece innata para entrar en la piel de cada voz, aunque sea para mostrarnos escenas basadas en la anécdota.

Sol, sota el sol 3No es un trabajo fácil, el de los actores. Estamos hablando de textos muy breves que no han sido pensados, originariamente, para el teatro y que dicen mucho más en los silencios que en los diálogos. Además, Trías, Cadafalch, Roccatti y Agell, saben cambiar frenéticamente de personaje para empezar, una y otra vez, un nuevo gag. Para conseguirlo, para mostrar el abanico de las diversas situaciones de las que nos habla Trabal, Eloi Linuesa ha construido una escenografía muy bien pensada, donde parte de los espectadores invaden lo que debería ser el pequeño escenario original del Brossa, para acercarse a esta particular fiesta mayor.

SOl, sota el sol 4El injusto olvido que ha sufrido Francesc Trabal, este moderno autor que escribió L’home que es va perdre (1929) con un estilo que ha influido – consciente o inconscientemente – a la mejor literatura de aquí, ha tenido una suerte de recompensa póstuma: que Quim Monzó reconozca su legado diciendo que «fue uno de los lujos más internacionales que hemos tenido en este último siglo» y que el Espai Brossa, como casi siempre hace, acierte con su reivindicación.

Albert Lladó
www.albertllado.com

© Fotos: Espai Brossa

Albert Lladó

Albert Lladó (Barcelona, 1980) es editor de Revista de Letras y escribe en La Vanguardia. Es autor, entre otros títulos, de 'Malpaís' y 'La travesía de las anguilas' (Galaxia Gutenberg, 2022 y 2020) y 'La mirada lúcida' (Anagrama, 2019).

2 Comentarios

  1. Fa temps que vaig veure aquest espectacle i ara recorda-lo em fa, no nomès plaer sinò que voldria lloar la idea que el va fer muntar i la ductilitat escènic dels actors. Tos magnìfics.
    Era una posta en escena simpàtica, neta polida. La bona dicciò i el fisic «du role» dels actors, esplèndids.

    Es un record positiu que mereix molt bè el bon l’excel.lent escriptor i sobretot el personatge ultramodern com a operador cultural. En una època que aquest treball, era poc conegut. Tot això i motes coses més, va ser el malaguanyat Francesc Trabal. Com tants altres.

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