La literatura como comportamiento, o cómo celebrar el sueño esclavo de la lectura

Desvelo Ediciones publica El sueño esclavo, de Toni Montesinos, que, como indica su subtítulo, recupera artículos del escritor y crítico literario reunidos en tríos para hablar de diferentes comportamientos literarios. Un libro que puede entenderse desde diferentes perspectivas, pero que, en términos generales se alza como la feliz celebración de una vida dedicada a la escritura sobre literatura.

Un total de veintiocho comportamientos literarios compuestos por tres artículos cada uno da un total de ochenta y cuatro textos de Montesinos cuya procedencia no especifica, una decisión que obedecerá a diversos motivos, pero que en conjunto resulta más que oportuno y coherente en tanto a que la diferencia entre los textos -en extensión, en escritura, en punto de vista, en momento de escritura- consigue, paradójicamente, dar unidad a un libro que podría pensarse que ha sido escrito exprofeso. Y, sin embargo, lo que resulta es una compilación de una dedicación, a la escritura o a la crítica literaria, así como una celebración de ese acto de escribir y, de paso, de la literatura en sí. Un libro que, quizá, no podría escribirse de no ser así, de no haber estado año tras año escribiendo. Pero también celebra, mediante esos comportamientos, la variedad de literaturas y de escritores, un mapeo abrumador que, a su vez, sumerge al lector no tanto en un sinfín de nombres y títulos como en una pulsión -esclava, lo deja claro Montesinos en su título- hacia el universo literario sin caer en momento alguno en lo mitómano: la mirada de Montesinos siempre es subjetiva, pero con la capacidad de elaborar una objetividad analítica que sitúe a cada autor en su contexto y con una valoración que se aleja del cualquier atisbo de canon y, por tanto, abraza la libertad analítica.

Hay todo tipo de comportamientos: literarios, ambientales, sexuales, eróticos, epistolares, navideños, infantiles, urbanos, superventas, premiados, detectivescos, medievales, marítimos, periféricos o decadentistas, por enumerar algunos de ellos. Podría decirse que, a través de ellos, y del resto, Montesinos casi lo aborda todo; pero no es así, ni falta que hace. Pero sí consigue crear un recorrido, alineal, ahistórico incluso, que se mueve entre fronteras y épocas, entre estilos y movimientos, nacionalidades y categorías. En sus años como crítico, Montesinos habrá estado más o menos sujeto a algunas necesidades impuestas por las novedades, por aquello que en cada momento ha tenido que escribir, y, sin embargo, pasado el tiempo, al recopilar todos estos textos, revela coherencia no tanto en la unidad de cada texto como en su capacidad para, a partir de lo inmediato, elaborar miradas que vayan más allá del presente, de sus imposiciones. También, de sus imposturas. Da igual cuál fuese en su momento el detonante específico de los textos, lo relevante es que, en su unión con otros, confiere de unidad a un conjunto que no hace falta valorarlo como un todo unificado, sino más bien como una compleja elaboración de ideas que, al final, nos hablan de la mirada de Montesinos hacia la literatura y, por extensión, hacia el mundo.

El sueño esclavo, a su vez, se mueve entre la exigencia del conocimiento literario y el deseo de claridad expositiva y analítica. Celebra los diferentes comportamientos mostrando cómo la literatura aborda todos -o casi todos- los aspectos de la vida ya sea desde su interior, desde la ficción, el ensayo, el diario o cualquier expresión genérica, o desde la propia actitud del escritor. Frente a libros que buscan establecer cánones cerrados, Montesinos aboga en sus textos por un sentido literario más orgánico, más abierto, en el que hay lugar para la gran literatura, pero también para aquella considerada popular y, en muchos casos, denostada. Busca el equilibrio, situar a la literatura en un espacio desmitificado, pero sin restar importancia al deseo de adentrarse una y otra vez por los libros. Un sueño esclavo al que Montesinos se ha dedicado durante años y que, con este volumen, ante todo, convierte en una celebración del ejercicio crítico.