El relato de la reputación póstuma de un escritor se desplaza a hombros de la crÃtica literaria: “Sus poemas y prosas pueden formar, si fueran vistos y ordenados con lucidez, un rostro. ¿SerÃa ésa su identidad? No lo creo†(Entre dos tiempos). Las preferencias privadas y los entusiasmos públicos del biógrafo impregnan la hagiografÃa a expensas de sus reclamos de autoridad, “entre la voz clara y el silencio no menos explÃcito, en las galerÃas que van de lo uno a lo otro, siempre a la búsqueda del reconocimiento de la otra voz, y siempre el mismo†(Entre…). No en vano, la academia alberga tantas luchas internas como cualquier otra rama de la erudición. Con excesiva frecuencia, el exégeta se descubre pronunciando juicios, si no apuntalando trayectorias.
Esta biografÃa tiene todos los ingredientes de la ficción. Reaprende las fuentes, adapta el vocabulario, asume las técnicas del biografiado. Afirma que “el ser es ‘conciencia activa’, nunca es un objeto pasivo (…) más allá del sujeto no hay nada. La conciencia es la forma en que lo Uno, el ser, la realidad, revelan su naturaleza†(Eros, amor y metafÃsica). La tragedia Ãntima se hunde en la peripecia vital, “el amor y la poesÃaâ€, “formas privilegiadas del ser†(Eros…). La conclusión es diáfana: para el poeta, la poesÃa lo es todo. La fuerza del recuento del escritor Juan Malpartida (Marbella, 1956) radica en la forma en que su ensayo Antonio Machado (Fórcola, 2018) abarca los detalles de una existencia (Sevilla, 1875-Colliure, 1939) marcada por la huella de una obsesión.
El método consiste en abordar cada capÃtulo como un hecho indiscutido y luego recorrer el canon en busca de sustancia interlineal. “Frente a la sensaciónâ€, argumenta el malagueño, “Machado sitúa, de manera conflictiva, el sentimiento†(El problema de la lÃrica). El proceso se convierte asà en el texto de un subtexto que abunda en cartas e interpretaciones, mientras ahonda en los temas omnipresentes de identidad, evasión y ocultación. “No vemos el dedoâ€, nos dice al abordar el último verso que escribiera el sevillano, “sino un azul limpio. De azul al amarillo, del tiempo presente al pasado que vuelve desde la infancia sobre una lÃnea apenas perceptible (…) una honda nostalgia, simple, pura, sin reverso†(El problema…).
No se escatima en el interés humano o el drama personal. La amarga ironÃa del poeta de Campos de Castilla (1912) informa una compulsión repentina e irresistible hacia “el diálogo del hombre con el tiempo†(Complementos). El recorrido tiene lugar a través de los hechos: “hay en el poeta andaluz una admiración por el temperamento taciturno, enteco y recto del castellano†(Contar y cantar). Se lee entre lÃneas, sin ceder a la especulación. El director de Cuadernos Hispanoamericanos nunca nos permite olvidar que es la persona, no el personaje, lo que importa: “En Machado hay, incluso cuando recuerda, una avidez de presente†(Complementos).
Un creador debe ser juzgado por su creación. Las circunstancias del pensador de Juan de Mairena (1936) explican lo que inspira o inhibe su trabajo. Nos devuelve Malpartida “al poeta y al maestro del pensar, al hombre demócrata liberal, ferviente republicano, escéptico y cordial, próximo y lejano, misterioso como la transparencia e insondable como una tarde de otoñoâ€. Se cumplen 80 años del fallecimiento de un autor cuya fama póstuma ha provocado que su obra sea incidental a su fama. Redimido por un contagioso y contrastado entusiasmo por su tema, este volumen supone una guÃa para estudiosos en ciernes, guiándolos, felizmente, a estudios más detallados.