«Así es como la pierdes», de Junot Díaz

Así es como la pierdesAsí es como la pierdes. Junot Díaz
Mondadori (Barcelona, 2013)

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Diríase que de Junot Díaz, que es un gran escritor, merece destacarse en su obra, en mi opinión, su imaginación -tan gráfica- y su capacidad de observación y ese fluir de su prosa que casi hipnotiza al lector. Pero también, o acaso sobre todo, por su riqueza de vocabulario, lo que le ha llevado a enriquecer esa mezcolanza del hispa-inglés instituido ya, casi, con naturaleza propia en al comunicación diaria en los Estados Unidos y que se conoce como spanglish.

Ahora bien, su escritura posee también unas dotes poéticas nada desdeñables. Solo un autor dotado de tales bienes literarios puede hacer alusión de una manera tan apropiada a expresiones como: “te tomas tu tiempo para apagar el carro y por poco te ahogas en una tristeza pelágica”, incluída en su relato “Alma” (p. 57).

O bien aquella otra a propósito de alguna de las cualidades de la nieve: “Qué pasó?, mami preguntó desde su cuarto. Dos bolas más le dieron a la ventana (…) Nada, señora, dijo Rafa. Es la nieve. ¿Cómo? ¿La nieve está aprendiendo a bailar? Solo que está cayendo, dijo”, de su relato “Invierno” (p.97).

Con carácter autónomo, y en su totalidad, cabe resaltar la calidad -por lo explícito como duda moral y por lo implícito como la referencia al problema personal de los inimgrantes- de su relato titulado “Otra vida, otra vez”, para mí muy expresivo, redondo en el mejor sentido.

Es fácil comprobar en su obra, también, hasta qué punto este irónico, inteligente y versátil escritor no parece haber abandonado lo que podría considerarse una clave nativa (su país de origen es Santo Domingo), reflejado tanto en su alusión a la figura de la mujer como a los múltiples manifestaciones que puede alcanzar la pasión amorosa. Lo hace con una propiedad y un “conocimiento” extraordinarios, algo que ha definido tantas veces la literatura hispanoamericana. O la reiterada alusión a la figura de la madre.

La lectura de este libro constituye, desde luego, sin duda, un gozo para el lector por esa especie de descripción en 3D que posee Junot, y una fiesta verbal por el uso, tan agraciado aquí, de términos hispanos y “yanquis” dentro de sus historias. Siempre tan humanas, siempre tan directas. Así, en su relato “La doctrina Pura”, cuando leemos: “Mi mamá, a su manera, también se había desconectado. Se desgastaba, entre mi hermano y la factoría y el mantenimiento de la casa no creo que durmiera (Yo no levantaba ni un fokin dedo enla casa, baby, privilegios de ser macho)”.

Una vez más, leer como un don, un privilegio para la inteligencia.

Ricardo Martínez
www.ricardomartinez-conde.es

 

Ricardo Martínez

Nació en la aldea de Aldariz (Sanxenxo). Realizó los estudios de Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid. Colaborador en prensa y revistas especializadas, desempeña su labor profesional como Técnico en la Consellería de Cultura (Xunta de Galicia) donde coordina la web 'Autores galegos'. Es premio Bensaque de Poesía, Reimóndez Portela de Periodismo y Diploma de Honor en el concurso internacional de Relato Breve Jorge Luís Borges. Foto de autor: Santos Díez (Ollo de Vidro-ACAB).

1 Comentario

  1. ¿cuáles son las dotes poéticas de una expresión como “te tomas tu tiempo para apagar el carro y por poco te ahogas en una tristeza pelágica”? Junot Díaz es un gran escritor, pero este artículo no refleja por qué.

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