Autores de Novela Negra (V): Eduard Pascual

Desde dentro. Eduard Pascual (Barcelona, 1965) ejerce desde hace años en el cuerpo de Mossos d’Esquadra de Figueres. Hasta 2005, fue especialista en investigación criminal. Fue retirado del servicio ordinario debido a una enfermedad auditiva y, desde entonces, continúa en activo en funciones administrativas. Su experiencia y el trabajo diario de la Policía de la Generalitat le ha permitido escribir Códex 10 (Roca Editorial), un libro en el que, a través de diferentes historias, retrata la labor del equipo que vela por la seguridad de los ciudadanos.

Para ponernos en situación, ¿qué es Códex 10?

«Códex 10» es el indicativo utilizado por los servicios de investigación en el cuerpo de los Mossos d’Esquadra. Y, a su vez, ahora es una serie de relatos que, en realidad, se puede leer como una novela. Cada uno de los diez capítulos corresponde a un caso policial, comenzando con un suceso real que ocurrió en  el Alt Empordà, la comarca donde está enmarcado el libro. Todas estas historias están unidas por hilos que hilvanan los relatos y unifican la obra.

Estábamos necesitados de ficciones en las que se describieran los procedimientos de, en este caso, los Mossos d’Esquadra, pero podríamos generalizar y englobar a todas las fuerzas policiales, en su rutina diaria, sobretodo en casos cotidianos.

Es la primera novela que pertenece claramente a este subgénero denominado por los americanos «policial procedural». Los protagonistas de Codex 10 son, en realidad, todos los agentes de la unidad de investigación, porque conforman un equipo de trabajo, que es la única forma en que se puede ejercer. Esa es la realidad que se vive cada día tanto en las unidades de investigación de los Mossos d’Esquadra como en la de  cualquier cuerpo policial del país. Me he centrado en el que conozco, pero básicamente todos tienen el mismo tipo de formación dado que sirven a la misma sociedad y, por lo tanto, lo que explico en la novela se adapta a cualquiera de los equipos que actuan en España. Fíjate que me escriben compañeros como, por ejemplo, un guardia civil que se sentía plenamente identificado con uno de los personajes, y me agradecía que hubiera plasmado algo tan difícil: la labor de la gente que vela por la seguridad de la población.

Cada uno de los miembros del equipo protagonista tiene esa connotación de «personaje tipo». Son caracteres muy definidos y una prueba, al estar basados en la realidad, de que los personajes que encontramos en muchas novelas del género, existen.

Es bien cierto que no me he fijado en ningún personaje en concreto, a excepción de la persona a la que dedico el libro y que me inspiró, el sargento Francesc Minobis, cuyo trasunto literario es Francesc Montagut, que ejerce de «padre» de todos los agentes que viven en esta comisaría ficticia. Sin tratar de ir a tópicos generalizados, busco a personajes de carne y hueso, desde los más agradables a los menos.

¿La imagen que tenemos del cuerpo policial español a través de los medios y de la ficción es muy fiable o consideras que es equivocada?

Los lectores y espectadores están anclados en tópicos que nos hacen mucho daño, porque la policía no es tal y como aparece reflejada en series como CSI. Pero no lo es ni en España ni en Estados Unidos. Y no critico la ficción americana, pero sí que nadie se preocupe en hacer productos rigorosos en este sentido para mostrar la realidad de la policía. Son series y novelas que generan mucho afición, pero no son realistas. No existen unidades de investigación en las que un «cerebrito» lo sabe todo y resuelve el caso. En la realidad, en un momento dado, un agente podrá resaltar más, pero hablamos de trabajo en equipo y cada uno de los miembros es importante. Los productos audiovisuales funcionan, están muy bien, entretienen -que es su cometido-, pero no hay nada más allá. Con Codex 10 he abierto la comisaría a los lectores y les invito a participar como protagonistas. Mi objetivo ha sido que el lector sea una pieza más del libro.

Reflejas muy bien la manera en que los miembros del operativo policial se llegan a involucrar y comprometerse para resolver el caso, aunque siempre guardando las distancias.

Me han comentado que he tratado de humanizar a la policía. Si lo que se ve es eso, el trabajo ha sido muy sencillo, porque, en esencia, los policías somos personas. La policía surge de la sociedad, es un reflejo de la misma. Lo que he procurado en todo momento es ser realista, con casos pintorescos dentro de la rutina habitual. Quienes se dedican a la protección de los ciudadanos se enfrentan a los estratos más bajos, en ocasiones con mucho peligro. Una de las cosas que arriesga es su sensibilidad ante algunas situaciones. Dicen que el tiempo provoca una especie de «callo emocional» que te vacuna un poco. Quizás los sentimientos no afloran en el momento, pero te los llevas a casa y entonces es cuando surgen. Esa intimidad que muestro es la que hace que el lector se sienta partícipe.

A nivel narrativo se agradece la fluidez. Algunos de los relatos son pequeños cuentos en los que llegas a incluir alguna moraleja.

Sí, el dramatismo que se vive en el momento, posteriormente puede provocar alguna sonrisa. Hay una independencia entre las historias incluidas, pero lo aconsejable, en cualquier caso, es leer los relatos en el mismo orden en que están publicados para no perder esa unidad que le otorgo a Códex 10.

Comentabas antes que las pautas a seguir en todos los cuerpos policiales es, en esencia, el mismo. ¿Consideras que se pueden ver afectados esos procedimientos dependiendo de la cantidad de casos que se deban gestionar? Imagino que no será lo mismo servir en la comisaría de Figueres que en la de Barcelona…

La diferencia no existe, excepto en la cantidad de tipos delicuenciales que podemos encontrar. El Alt Empordà, por ejemplo, además de ser un escenario magnético y a conocer, porque prácticamente no se ha escrito nada sobre estas tierras, al mismo tiempo tiene la suerte o desgracia de ser una comarca de frontera, con toda la delincuencia que eso provoca. Además tenemos la costa muy cerca, y en ella encontramos un asentamiento de delincuencia internacional, con lo que el abanico posible de denuncias se amplía.

Ya te han metido en el mismo saco de autores de referencia en el género, como Lorenzo Silva o Andreu Martín. ¿No te da un poco de miedo?

Para mi es un gran orgullo. Sé reconocer el trabajo de los demás y ellos están arriba mientras yo acabo de subir el primer escalón. Espero poder codearme con ellos algún día a nivel de calidad literaria.

¿Seguirás con los relatos o tu próximo proyecto tendrá forma de novela tradicional?

Tengo ya acabada una novela. Será un único caso , muy complicado, que llegará a poner en jaque a todo el cuerpo de policía. Es una situación totalmente ficticia, pero que podría darse en la realidad, con lo que cumpliré con una de las premisas del género, que es ser críticos con el sistema.

Hablando de críticas al sistema, me da la sensación de que no estás de acuerdo con algunos protocolos que no acaban de facilitar la labor del cuerpo policial. ¿Es una percepción errónea?

Todos los sistemas, en especial los de servicios a la sociedad, tienen muchos huecos que son los que cualquier escritor aprovecha para ser crítico, pero siempre con una idea de mejora, no por desmontar de forma negativa. Gracias a mi carrera profesional, puedo hablar con conocimiento de causa sobre esas deficiencias.

Y tus compañeros, ¿qué respuesta te han dado cuando han leído Códex 10?

Tanto colegas de la Policía Nacional, como de la Guardia Civil, Policía Local… lo han valorado de manera positiva. Se da la circunstancia de que en la comisaría reflejada en el libro, la de Mossos d’Esquadra de Figueras, todos se buscan en el libro. Hay un compañero que se siente tan identificado con un personaje que lleva perilla que me dice: «Â¡Me has puesto con perilla y ya no la llevo!».  Y le tuve que explicar que el personaje no era él (risas). Por otra parte, también se sienten orgullosos por verse reflejados.

José A. Muñoz

José A. Muñoz

José A. Muñoz (Badalona, 1970), periodista cultural. Licenciado en Ciencias de la Información, ha colaborado en varias emisoras de radio locales, realizando programas de cine y magazines culturales y literarios. Ha sido Jefe de Comunicación de Casa del Llibre y de diversas editoriales.

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