«Cuando uno ya no tiene nada que perder, empieza a escribir. Escribir es un acto de desesperación. Ahorcarse o sentarse delante de la máquina de escribir es el único dilema.»
Homo poeticus (Homo poeticus, 1983) recoge un conjunto de ensayos, conversaciones y entrevistas y otros textos circunstanciales recopilados por el propio Danilo Kis, algunos ya recogidos en las antologÃas Po-etika (1972 y 1974), otros nunca publicados con anterioridad. Se trata principalmente de textos que versan sobre literatura -con especial referencia a la literatura francesa- y sobre teorÃa literaria, enmarcados en las diversas situaciones polÃticas como encuadres inevitables.
Uno de los principales parámetros analizados por Kis es el que hace referencia a la contradicción que pueda existir entre el homo politicus y el homo poeticus, discordancia que justifica como la manifestación de los dos polos de un único eje intelectual que se repelen como dos fuerzas magnéticas iguales, y sobre cuya extensión es donde debe librarse la batalla por el compromiso.
«La obra literaria vive en el espacio y en el tiempo, limitada, definida por estos, de modo que no puede hablarse de obra (de una obra de arte en general) fuera del contexto espacio-temporal, porque la obra misma influye en el tiempo y en el espacio, tanto como estos intervienen en la obra, la determinan, le dan significados concretos, a veces muy distintos. Visto asÃ, en esta dimensión, la obra literaria, la literatura, las letras, tan pronto poseen un significado estético autónomo (el Renacimiento, por ejemplo) como un poder social efectivo, o bien, como creo que es el caso de la literatura actual, ni lo uno ni lo otro, sino que esta vive y vegeta como un producto monstruoso de la existencia humana, desechado, innecesario, ignorado, desconocido, impotente para alcanzar a través de la Forma su significado estético y ético autónomo y autóctono como obra-por-sÃ-misma, porque también el escritor exige de ella que sea otra cosa, algo que ni es ni puede ser; o bien la obra sola desea imponerse como una función social directa, como un poder, pero justo entonces se vuelve absurda porque es inadecuada, insuficiente, ineficaz.»
En sus libros de ficción hemos conocido suficientemente al Kis escritor; en Homo poeticus el Kis que se nos revela es el autor comprometido -no polÃtica sino poéticamente y, por tanto, éticamente- que observa con la minuciosidad del entomólogo el mundo -el histórico y el literario-, analiza y toma partido por una literatura personal en la que la obra no es otra cosa más que «el archivo personal y familiar del escritor». En este análisis, Kis destaca dos principios irrenunciables: que el compromiso de un escritor debe ser forzosamente ético, y no polÃtico; y que la relación más estrecha que debe mantener la literatura no debe ser con la realidad sino con la verdad.
Un libro que es una revelación. Impresionante.