Del Bob Dylan de The Lonesome Death of Hattie Carroll de 1963, cuya letra habla de la muerte de la camarera negra Hattie Carroll a manos de William Zantzinger, al psicodélico This Wheel’s On Fire grabado con el grupo The Hawks en 1967, subyace lo que afirma François Cusset en French Theory sobre la generación del sesenta, a saber,
“que el amplio movimiento estudiantil estadounidense poco a poco deja de ser una oposición polÃtica organizada para transformarse en una dinámica espontánea con una perspectiva sobre todo existencial, de una anticapitalismo militante se pasa a una celebración mÃstica de los cuerpos “libres†y las drogas alucinógenas.â€
Para Cusset dicho cambio de mentalidad, sometido asimismo a las duras represiones de 1970, es uno de los factores clave en la recepción, difusión y adaptación de la teorÃa francesa. Aunque, matiza, lo es de una forma indirecta, es decir, por el desplazamiento de la “lucha†al campo exclusivo del discurso y por la “apertura ideológica†que se da en el seno de la universidad por la aparente desaceleración que se da a partir de 1970 con respecto a años anteriores. De hecho, Frank Lentricchia en Después de la “Nueva CrÃtica†sitúa los escritos de Derrida que más impresión causaron en Norteamérica en una serie de ensayos traducidos al inglés en 1973, unos siete años más tarde de las conferencias que se practicaron en la Universidad Johns Hopkins con motivo del simposio sobre “Lenguajes de la crÃtica y de las ciencias del hombre†en 1966.
Volviendo a Cusset, éste señala el año 1968 como un año marcado por una doble escisión, a saber, el Black Power y el SDS dejan de cooperar, y en el seno de éste último se da a su vez una escisión entre los reformistas, partidarios de esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, y los revolucionarios, partidarios de la acción directa. En abril del 68 se prende la mecha cuando la Universidad de Columbia es ocupada por estudiantes negros y con la posterior violenta carga policial. En mayo de 1970 un centenar de marchas espontáneas celebrada en diferentes universidades contra la guerra de Vietnam acaba en desgracia tras la violenta carga de la guardia nacional que abre fuego contra los manifestantes causando la muerte de seis de ellos. Cusset sostiene que, a pesar de la consternación nacional, la frÃa y calculada reacción militar señala el fin de una época, ya que el movimiento estudiantil se apaga rápidamente y la minorÃa radical queda aislada.
En este preciso momento sitúa Cusset el fin de los sesenta llamándolo el “fin del recreoâ€, dónde el impulso polÃtico de los años sesenta se detiene de golpe. No estoy tan de acuerdo en señalar éste momento como el fin de los sesenta ya que las inquietudes existenciales que constituÃan su “esencia†se dan bajo otras formas que, tal vez, sean las que aceleran una pronta recepción de Derrida. ¿Cómo? A las luchas contra el imperialismo y la mercantilización siguen las reivindicaciones a favor de la libertad sexual y las drogas psicodélicas, asociadas tanto a la defensa del individualismo como de formas experimentales de desubjetivación.
Como señala Jonathan Culler en La poética estructuralista sobre el postestructuralismo,
“la liberación de nuestra ideologÃa más penetrante, de nuestras convenciones de significado, <<carece de sentido>> porque hemos nacido en un mundo de significado y ni siquiera podemos rehuir sus exigencias sin reconocerlas al mismo tiempo. Y, aun cuando pudiéramos, nos encontrarÃamos en medio de una barboteo sin sentido, privado de la <<lumière du sens>> que hace posible la discusión. Lo que hemos de hacer es imaginar que nos liberamos de las convenciones operativas para ver con mayor claridad las propias convencionesâ€.
Diego Giménez
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