“Un tango puede escribirse con un dedo…,pero con el alma…, un tango es la intimidad que se esconde y es el grito que se levanta desnudoâ€. Enrique Santos Discépolo.
Alejandra Crespin Argañaraz
Profesora Superior en Letras
I.N.E.S. Nª 2 “M. Acostaâ€
U.B.A.
Que la Argentina nació y creció dividida, que esta división que se da en lo polÃtico hasta hoy tiene hondas raÃces culturales y por ende se manifiesta con plena claridad en las artes, particularmente en la música y en la literatura, es una verdad que ya no asombra a nadie. El presente trabajo intenta el somera análisis de un segmento de esa división interna-tango y literatura- y de los escasos puntos de acercamiento que desde 1917 (año de la aparición de los primeros tangos “literariosâ€) hasta estos últimos años se han intentado producirlo.
Desde fines del siglo XVIII, la separación entre literatura “cultura†y literatura “popular†fue una constante cultural en el Rio de la Plata. Cuando el fenómeno llamo a la reflexión de los especialistas, solo se logró que una y otra se definieran como irreconciliables compartimientos. Pareciera que la literatura “cultaâ€, la de la Argentina visible, como dirÃa Mallea, diera testimonio de un mundo compartido solo por una clase social definida por su grado de escolaridad; y que la literatura “popular†, estuviese destinada a proferir esas verdades que todos conocen pero que tienen valores mas altos y solidos para las clases sociales de menores recursos económicos. Todo lo cual no es sino un espantoso prejuicio que endurece a los soportes de la ya consagrada división . Contra ella, rompiendo sofismas y prejuicios, estamos quienes pensamos a nuestra cultura como un todo, un todo mestizo, sin duda, y la queremos, sana,, sincera y perdurable.
Los versos del tango “Griseta†de José Gonzalez Castillo (1924) dan la pauta del consumo literario de la gente humilde en aquellos años:
“Mezcla rara de Musetta y de Mimi
Con caricias de Rodolfo y de Schaunard…
Alentaba una ilusión,
Soñaba con Des Grieux,
Querìa ser Manon (…)
Se trata de los personajes de escenas de la vida Bohemia, de Henri de Murger; de Manón Lescaut, del Abate Prevost; de La dama de las camelias de Alejandro Dumas; y de Mimì Pinson, de Alfred de Musset (obra en la cual se definen puntualmente las caracterÃsticas de una “grisetaâ€, modista o costurera de extracción social baja). No es extraño que sean estos mismos libros citados por Evaristo carriego en “A Carlos de Soussens†y en la viejecita†de Froila.
A fines de la década del 20â€dos tangos incluyen, en forma de cita recitada , versos de Rubén DarÃo: “Sonatinaâ€, en “La novia ausente†de CadÃcamo; y “Juventud, divino tesoroâ€, en “Solo se quiere una vez†de Barbieri. No pasarà mucho tiempo hasta que Alfredo Lepera realice una fiel paráfrasis de “El dÃa que me quieras†de Amado Nervo y Gardel la convierta en una canción de fama universal. Más allá de la estrecha afinidad con lo argentino que Nervo y DarÃo manifestaron siempre, sus nombres se suman a los de otros escritores extranjeros, con presencia del tango. Y Leopoldo Lugones, Eduardo Mallea, Ricardo Guiraldes, Lynch, Quiroga, Borges… Borges despreciaba el carácter sentimental de sus letras y preferÃa a la vieja milonga; otros directamente callan, y nada el tango de ellos.
El único escritor argentino que aparece con citas y alusiones concretas en varios tangos es Evaristo Carriego, al cual me resisto a incluir entre los de la “otra “ literatura , aún cuando Borges haya dedicado un hermoso libro al análisis de su obra y de su circunstancia sociocultural.
En “el último organitoâ€, Manzi evoca el “has vuelto†de Carriego , Cadicamo en “Nunca tuvo novio , Magaldi en “Puesta del solâ€, parafrasean Homero Manzi evoca el “has vuelto†de Carriego, Magaldi en “La puesta del solâ€, Cadìcamo en “nunca tuvo novio†parafrasean a los poemas de Carriego dedicados a las solteronas:â€la muchacha que siempre anda tristeâ€, “la que se quedó a vestir santosâ€. En “de todo te olvidas “ CadÃcamo se remite a “Tu secretoâ€.
Y qué decir de aquellas huellan que se remontan a obras y autores muy lejanos en el tiempo en el espacio? Podemos hablar de dos fuentes de inspiración en sentido estricto? Quien garantizarìa que Catulo Castillo, Enrique Santos Discepolo , Enrique Cadìcamo y otros letristas de tango tuvieron ante sus ojos las Odas de Horacio, Las Tristes de Ovidio, Las Elegias de Teognis , Las Rubaiat de Omar Kayyam , con el fin de emplearlas como fuentes para sus tangos? Pero Horacio al describir a la mujer vieja, fea, arruinada, ebria para olvidar.
Que alguna vez gozó del amor de mujer jóvenes, incluso del poeta, está presente en “Esta noche me emborracho†y Ovidio, al comentar la ingratitud de los hombres, movidos solo por el interés , que abandonan a los amigos en desgracia, esta presente en “Yira, Yiraâ€, y otra vez Horacio con su canto al vino como sÃmbolo del tiempo , olvido , búsqueda de efÃmera felicidad, velo que oculta a los dolores del alma, están presentes en “Una canción†y en “La última curdaâ€.
En la década del 60†se producen dos fenómenos de acercamiento que para mÃ, ofrecen resultados muy distintos. Una es “Catorce para el tango†y donde tal número de poetas de la “otra†literatura-Borges, Mujica Lainez, Escardó , Sábato, entre otros se asocio con músicos de tango-Troilo, Dâ€arienzo, Basso, Piazzola para producir una serie de obras que salvo alguna excepción, resultan hÃbridos.
La obra poética de Enrique Santos Discépolo en diversos autores, a través de la angustia existencial y del dolor por el paso del tiempo.
La actualidad de la poesÃa discepoliana se acentúa en perÃodos crÃticos como el que nos toca vivir, cuando los valores se ven desubicados en sus escalas, y un ansia alocada de quemar etapas, de llegar sabe Dios adonde, provoca el olvido mà s imperdonable: el de vivir a conciencia y con intensidad cada momento y cada situación.
El sentimiento de un tiempo que constantemente se va, la necesidad de superar la angustia , que ese sentimiento engendra, conmueven al hombre y lo lanzan a actitudes extremas. La llamada “crisis del hombre barroco†tiene una identificación con el mensaje de Discèpolo . Asà es que en el fondo de la poesÃa discepoliana en el hecho de que la vida sea mucho mà s que el simple paso por un cuerpo. Los autores incluidos en esta selección participan de las preocupaciones básicas de Discépolo: el dolor por el paso del tiempo; la fugacidad de las cosas terrenas, el destino, el desconsuelo, la angustia esxistencial.
Los fragmentos escogidos guardan distintos niveles de vinculación con la obra discepoliana: algunos se corresponden como fuente, otros participan sin coincidencias especÃficas de un determinado pasaje. Asimismo indico datos biográficos mÃnimos para la ubicación temporo-espacial del autor y del contexto cultural en que se desarrolla la obra.
MANUEL GUTIERREZ NAJERA
Poeta mexicano que vivió entre 1859 y 1895.
ULTIMA NECAT
¡Huyen los años como raudas naves!
¡Rápidos huyen! Infecunda Parca
Pálida espera. La salobre Estigia calla dormida.
Voladores años!
Dado me fuera detener convulso
Horas fugaces, vuestra blanca veste!
Pasan las dichas y temblando llegan mudos inviernos…
PEDRO CALDERON DE LA BARCA
SONETO A LAS FLORES
Estas que fueron pompa y alegrÃa,
Despertando al albor de la mañana,
a la tarde serán là stima vana,
durmiendo en brazos de la noche frÃa.
Este matiz que al cielo desafìa,
Iris listado de oro, nieve y grana,
Será escarmiento de la vida humana:
Tanto se aprende en tèrmino de un dìa.
Al florecer las rosas madrugaron,
Y para envejecer florecieron
Cuna y sepulcro en un botón hallaron.
Tales hombres sus fortunas vieron:
En un dÃa nacieron y expiraron,
que, pasados los siglos, horas fueron.
FRANCISCO DE RIOJA (1583-1659)
La vida fugaz de las flores habla de la rápida caducidad de todo lo humano. Aquà expone la teorÃa del renacimiento en una adecuada combinación del ideal estoico y cristiano de vida retirada, con lo que se ve una melancólica advertencia.
¿Qué es nuestra vida mas que un breve dia,
Do apena sale el sol cuando se pierde
En las tinieblas de la noche frÃa?
Como los rÃos, que en veloz corrida
Se llevan a la mar, tal soy llevado
Al último suspiro de mi vida.
Pasáronse las flores del verano,
El otoño pasó con sus racimos,
Pasó el invierno con sus nieves cano;
Las hojas que en las altas selvas vimos
Cayeron; y nosotros a porfÃa
En nuestro engaño inmóviles vivimos!
…Ya, dulce amigo,huyo y me retiro
De cuanto simple amé; rompà los lazos.
Ven y seras al alto fin que aspiro,
Antes que el tiempo muera en nuestros brazos.
PIERRE DE RONSARD (1524-1585) Poeta renacentista.
SONETO AÂ HELENA
Cuando al correr de los años, ya vieja y achacosa,
Os sentéis junto al fuego a devanar e hilar,
Diréis maravilladas mis versos al cantar:
“Ronsard me celebraba cuando era tan hermosaâ€.
Ya no tendréis a nadie para escuchar tal cosa,
Junto a vuestro labor a medio dormitar,
Que al ruido de mi nombre se sienta despertar
Y vuestro nombre alabe con dicha fervorosa.
Yo estaré bajo la tierra, fantasma descarnado,
A la sombra de un mirto me hallarè reposado,
Y vos en vuestro hogar, anciana y encogida
Llorareis de mi amor vuestro altivo desden.
No aguardéis a mañana para gozar del bien,
Recoged desde hoy las rosas de la vida.
DECIMO MAGNO AUSIONIO (310-395)
Nació en Burdeos. El interés de Ausonio no tiene lÃmites; escribe epitafios a los héroes de la guerra de Troya, a los siete sabios de Grecia, loas a su pequeña finca, donde tan buenos ratos pasaba, epÃstolas a su amigos.
La poesÃa llama la atención por su rebuscada trivialidad y por dar en verso datos y observaciones que parecen no propios. El paso del tiempo y la vejez constituyen una autèntica  obsesión en Ausonio, pero nunca en tonos tristes, sino con una melancólica resignación como en el epigrama dedicado a su esposa.
“Esposa, vivamos como hemos vivido y mantengamos
Los nombres que en el primer tálamo aceptamos.
Y no pase ningún dìa capaz de cambiar nuestra edad;
Serè yo para tì un jovencito y tu una joven para mì.
Aunque mà s viejo que Nestor sea yo y tu rival en años,
Aventajes, por tu parte, a la cumana Deifobe,
Ignoremos nosotros que es una mustia vejez.
La experiencia es un regalo de los años,
Pero que no se deben contar.
QUINTO HORACIO FLACCO
Nació el 8 de diciembre del año 65 a.de c. , en Venosa, localidad de La Lucania y la Apulia.
“BEATUS ILLEâ€
Dichoso el que de pleitos alejado,
Cual los del tiempo antiguo,
Labra sus heredades, no obligado
Al logrero enemigo.
Ni la arma en los reales la despierta,
Ni tiembla en la mar brava;
Huye la plaza y la soberbia puerta
De la ambicion esclava.
Este épodo horaciano es conocido como una de las poesÃas más aplaudidas e imitadas de nuestra cultura, en la cual el poeta hace un delicado y tierno elogio del campo y de la vida retirada.
La angustia de Discépolo , su desesperación y una esperanza que solo encontró en su imaginación, y su relación con el mundo es la decisión de expresar desde el principio algo concreto: SU ANGUSTIA EXISTENCIAL. Asì se ve que sus tangos están rodeados por el fracaso.
La tanguistica de Discépolo es una protesta vehemente contra la gente y contra el hombre. Es importante destacar que la fuerza de los tangos en Discépolo no radica en palabras sino en imagenes. Asà es que se llega a lo cómico por la exageración del drama, como se en “Esta noche me emborracho†y en “Yira… Yira..â€
Discèpolo opta una imagen sombria del universo al generalizar las expresiones màs dolorosas , olvidando las felicidades y contemplando una faz ingrata.
El sentido didáctico del presente trabajo, puede llevar a un estudio más aproximado y detenido de los autores citados. Hombres que supieron o se animaron a mirar más allá de los mezquinos lÃmites de su existencia . Y sobre todo fueron capaces de crear una obra perdurable a partir de una experiencia profunda e intransferible.
Si el siglo XXI nos encuentra unidos, acaso no habrá entonces “otra†literatura ni “otra†música, más que una manifestación de deseo , esto es una invitación al trabajo.
Alejandra Crespin Argañaraz
Profesora Superior en Letras
I.N.E.S. Nª 2 “M. Acostaâ€
U.B.A.