
La llegada de un libro es siempre motivo de alegrÃa, sin duda. Una vez que se sostiene entre las manos y se acaricia todo él, una nueva dimensión se nos muestra clara y transparente, un universo distinto se hace nuestro y en él vagamos dÃas y noches enteras. En ese camino renacido, la aventura es una luz que crece en nosotros hasta lÃmites insospechados. Una explosión de silencios se adensan en nuestro interior y el alma siente como una transfiguración que nos aproxima a un estado de inquietud creciente. En ese estado casi mÃstico confluye la emoción y la sabidurÃa, porque un libro siempre es eso, la necesidad de saber y sentir. El libro que presentamos es mucho de todo lo enunciado. Un asceta en la corte nazarÃ, del profesor de la Universidad de Granada y arabista José Miguel Puerta VÃlchez (Dúrcal, Granada, 1959) nos invita a, como bien nos indica en su prefacio, conocer la biografÃa del asceta Ibn Ja’far al-Conchi (al-Qunchi), del Valle de Lecrin, descrita asÃ:
“La peripecia de este asceta nos conduce ante el debatido tema en el islam clásico de la moralidad o no de la arquitectura monumental, defendida por unos en tanto modo de simbolización de la realeza con el fin de cohesionar a la sociedad, censurada por otros atribuyéndola al afán de lujo y dominio de los potentados, o nos acerca a las disputas sobre la verdad y la mentira en el arte, o sobre la función del artista cortesano y las relaciones entre literatura, arte y pensamiento en la Granada nazarÃâ€.

A partir de algunos datos históricos sobre al-Conchi, Puerta VÃlchez recrea la vida de al-Qunchi, para desvelarnos, con un exquisito lenguaje, la razón de ser de un viaje juvenil al Oriente en busca de la luz y el saber, y el regreso al ocaso de Occidente. Con el subtÃtulo de Los misterios de los sentidos, la imaginación y la creatividad, el profesor Puerta nos propone un viaje a la esencia cultural de Oriente, junto al geómetra Ridwán, creador de “una variada serie de estrellas geométricas pensadas para representar los siete cielos mencionados en el Libro Sagrado y de la gran cúpula de madera del Salón del Trono de nuestro señor, PrÃncipe de los Creyentesâ€. En ese diálogo entre el asceta al-Conchi y el geómetra Ridwánm hallaremos algunas de las razones de uno y otro sobre la moralidad o no de la arquitectura monumental:
“-…Los auténticos seguidores de la senda espiritual hacen de la escritura una experiencia vital… Para ellos, la música (sama’) es una vÃa unitiva y cuando practican la poesÃa lo hacen para recrear el lenguaje y hallar nuevos caminos de expresión del ser y su extinción en lo absoluto, -dijo el ascetaâ€.
Y añade en páginas posteriores:
“-Por muy maravillosas y bellas que sean sus edificaciones el sultán se empeña en estampar su nombre y el de su familia por todas partes: arriba, abajo, a derecha, a izquierda, al norte, al sur. Es tedioso, molesto, atenta contra la pureza de espÃritu, entorpece la contemplación. Quien libera el sentimiento, su poesÃa, en su largo camino hacia la luz, purifica su ser, lo pule, y es posible que se eleve hasta el saber. Mas quien graba poemas en las paredes de los reyes no busca más que la fama en este mundo, sea para él, para su señor, o para ambos a la vezâ€.
Un asceta en la corte nazarà es un libro extraordinariamente revelador de la más honda concepción del mundo islámico, de su sabidurÃa, y asà nos lo muestra Puerta VÃlchez, en su esencialidad, a través de un manuscrito: Luces de alocuciones y misterios. Siete misterios y siete alocuciones, como siete cielos, en ese continuo desvelar de la energÃa creadora del número 7: «El Misterio de los Sentidos, de la Creatividad, del Sentimiento Poético, de la ArmonÃa, de la Imaginación, del Amor y de la Belleza». Como muestra de esa hondura de pensamiento, de búsqueda y sabidurÃa, destacamos el referido al sentimiento poético, cuando se dice:
“La poesÃa es el espacio de la globalidad, del enigma, del sÃmbolo y del ocultamiento // La poesÃa es experiencia del lenguaje y del ser. // La poesÃa consiste en degustar permanentemente el mundo. Es la creación de la Imaginación en el espejo de las formas y la belleza. Es el corazón respirando con el pulmón de la palabraâ€.
Con todo, Un asceta en la corte nazarà es un libro tan sabio como bello, pues las ilustraciones que lo contienen, de Nairus Bakour, añaden valor al mismo en la contemplación de ese juego de sombras con el que se nos presenta vivamente Oriente, toda su belleza; también la propia de su grafÃa árabe al traducirlo.
“Soy granadino y en Oriente me hice más hondamente granadino. Considero que la belleza de lo sencillo es la más difÃcil y maravillosa creación. Por ello, prefiero las acequias a los palacios. El misterio de la Belleza radica, en suma, en que moviliza los sentidos, despierta la creación, da vida al sentimiento, se manifiesta armónica y luminosa, enciende la Imaginación y ésta la creaâ€.
Palabras de al-Conchi que bien definen la prolÃfica obra, el pensamiento y la sabidurÃa del autor de Un asceta en la corte nazarÃ, el profesor y arabista José Miguel Puerta VÃlchez.