/

Estrellas rotas

Ken Liu publica el segundo volumen de la antología de ciencia-ficción china contemporánea, en la que se recogen obras que van desde la novela corta al microrrelato | Imagen: Pixabay

Después de la primera antología de ciencia-ficción china contemporánea, Planetas invisibles, el escritor y traductor Ken Liu publica este segundo volumen, Estrellas rotas (Broken Stars, 2019) en el que se dan a conocer a nuevos autores y repiten algunos de los aparecidos en aquella. Aparte de ese inconfundible aire oriental que bebe de la tradición narrativa de aquel país, la antología muestra algunos elementos comunes a la mayoría de los relatos.

Alianza Editorial

En un número importante de ellos, la acción se ubica en un futuro próximo, un emplazamiento temporal que conlleva una más compleja credibilidad cuanto mayor sea la disparidad con el presente y mayores exigencias para el autor, pero la cercanía puede convertir el relato en más verosímil ya que los elementos intuidos, imaginados o inventados se mezclan con ingredientes conocidos.

Destaca también la insistencia en los problemas de interacción entre humanos y humanoides, derivados directamente de la humanización de estos, una fabricación humana que tiene dificultades para asumir los grados de libertad concedidos.

A pesar de ser poco conocida en occidente, la literatura china proviene de una larga tradición y de una multiplicidad de géneros —a los elementos clásicos de la cultura y la historia china se añaden el wuxia, la fantasía de artes marciales; el chuanyue, la desubicación temporal de los viajeros en el tiempo; y el xiuzhen, la ciencia-ficción con elementos taoístas— equivalente, en número, a la nuestra; ese hecho provoca que los relatos estén compuestos por una mezcla de diferentes géneros, algunos tradicionales en modo académico y otros tratados de forma paródica; en todo caso, una múltiple variedad de registros nada excluyente.

En todo caso, predomina un protagonista compartido: el tiempo, aunque no siempre en modo futuro ni en una configuración fija sino como elemento que sirve de nexo de diferentes escenas y que adquiere protagonismo por delante de su papel circunstancial.

Como sucede en países con déficit democrático —tal vez el caso más próximo al lector europeo sea el papel de la ciencia-ficción bajo el régimen soviético, tanto en la URSS como en los países satélites—, también en China existe una tradición de relatos que hacen uso de la alegoría para mostrar cuestiones políticas, poner en entredicho las versiones oficiales o sostener la existencia de un multiforme espíritu de oposición al sistema.

Joan Flores Constans

Joan Flores Constans nació y vive en Calella. Cursó estudios de Psicologia Clínica, Filosofía y Gestión de Empresas. Desde el año 1992 trabaja como librero, actualmente en La Central del Raval. Lector vocacional, se resiste a escribir creativamente para re-crearse con notas a pie de página, conferencias, críticas y reseñas en la web 2.0, y apariciones ocasionales en otros medios de comunicación.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Previous Story

Caja de miniaturas

Next Story

Quemarlo todo, cuanto antes, nada más

Latest from Críticas

La memoria cercana

En 'La estratagema', Miguel Herráez construye una trama de intriga que une las dictaduras española y

Adiós por ahora

Eterna cadencia publica 'Sopa de ciruela', volumen que recupera los escritos personales de Katherine Mansfield