Nunca se imaginó Karl Marx que el tradicional sistema de producción que marcaba el ritmo del orden económico de su tiempo, cederÃa el paso al agresivo orden financiero, flamante poder globalizado y globalizador hoy en manos de una oligarquÃa. Como nuevos tiempos piden nuevos pensamientos, Nancy Fraser se ha embarcado en una reflexión en la que deja de lado las lecciones marxistas para emprender una nueva teorÃa sobre el capitalismo en base a las finanzas, la ecologÃa y las formas de relación social, tres dimensiones que explican, a su entender, el nuevo mundo.
En palabras de la intelectual norteamericana, este nuevo mundo que nace con la globalización viene marcado por el abuso del poder financiero. Actualmente, señala, los mercados financieros se están beneficiando de un vacÃo de estructura y de gobierno global, y esto es muy negativo. Necesitamos ahora darle la vuelta y construir el otro lado de la globalización que podrÃa institucionalizarse en un nuevo orden. Hay que crear instituciones globales, de tal manera que podamos controlar y eliminar la parte más negativa.
Catedrática de FilosofÃa y PolÃtica en The New School for Social Research de Nueva York, Nancy Fraser es conocida, sobre todo, por sus reflexiones acerca de la Justicia, pero en sus obras trata ampliamente sobre la globalización y el estado de bienestar. Ha venido a Barcelona a impartir una charla sobre la Justicia en el ciclo «Virtudes», organizado por el CCCB.
De todas las virtudes, le ha tocado la más difÃcil. Uno puede ser un ermitaño como Montaigne y vivir con moderación, fuerza, dignidad, paciencia, honestidad, valentÃa y autoestima, pero la Justicia implica relación, y eso ya cambia las cosas.
Es muy difÃcil sÃ, y has dado en el clavo, porque la Justicia se define efectivamente desde la organización social. Es una virtud social más que una virtud individual. Existe una larga tradición filosófica según la cual la Justicia es vista como una virtud maestra, la que organiza las otras virtudes y las fundamenta. El ejemplo más famoso lo encontramos en La República de Platón. La Justicia es totalidad, es la virtud maestra que favorece las condiciones adecuadas para que las otras virtudes puedan florecer. Asà pues, la Justicia es la primera, es la fundadora de las bases para que el resto de virtudes tengan lugar en una estructura social.
También se necesitan lÃderes polÃticos virtuosos.
Desde luego, pero lo que trato de decir es que no es una cuestión de lÃderes -que también- sino que la cuestión es más profunda, es una cuestión de las bases estructurales de una sociedad. Lo importante es que las bases estructurales se hayan creado bajo parámetros de Justicia.
En España una parte de la sociedad cree que se está viendo vulnerada la ya de por sà frágil separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. No se ha terminado de entender ni el juicio contra Garzón, ni el veredicto de la Corte Suprema. ¿Cómo lo interpreta usted?
No conozco con suficiente profundidad lo que sucede en España, pero he seguido de cerca la carrera de Garzón, de hecho lo nominé personalmente para que recibiera un reconocimiento honorario (Honorary Doctor of Laws) en The New School de Nueva York en 2002. Creo que Garzón ocupa un lugar importante en la Historia por su aportación a la creación de un mecanismo de jurisdicción universal, por la persecución de los crÃmenes del régimen de Pinochet, lo cual es un logro histórico. Sin embargo, sé poco de lo que está sucediendo en España. Entiendo que una de las cuestiones es la de los desaparecidos durante la guerra civil.
El editorial del The New York Times de hace tres dÃas decÃa claramente que el veredicto era un ataque contra la independencia judicial.
Obviamente, estoy completamente de acuerdo en lo referente a la idea de separación de poderes aportada por Montesquieu, en cuanto a la importancia de la tradicional independencia de los poderes. Por supuesto, la idea de que un juez pueda ser destituido por la clase polÃtica es algo muy, muy preocupante.
En una reciente conferencia, Zygmunt Bauman señalaba que los primeros en comprender la globalización han sido la mafia, el terrorismo, los mercados financieros, y los traficantes de droga y armas. Por eso la globalización es negativa. Ahora, según Bauman, toca crear instituciones globales que protejan nuestras democracias y luchen contra las injusticias.
Creo que, en general, los principales desarrollos históricos, y la globalización es un desarrollo histórico muy importante, tienen las dos caras, no sólo es simplemente buena o mala. Es una mezcla. La globalización es un cambio, una revolución brutal. Como otros grandes momentos de cambio, afecta de lleno a nuestras estructuras, incluida a las formas de gobierno. Actualmente, la mafia y los mercados financieros se están beneficiando de un vacÃo de estructura y de gobierno global, y esto es muy negativo. En lo que respecta a la mafia, sabemos que no es buena, pero tampoco es legal. Sin embargo, son los mercados financieros los que representan un serio problema, pues operan bajo la premisa de que son legales. No es que estén abusando de un sistema –como podrÃa decirse de la mafia- sino que el sistema en sà mismo es un abuso. Asà pues, estoy de acuerdo con Bauman en muchos puntos. Necesitamos ahora darle la vuelta y construir el otro lado de la globalización que podrÃa institucionalizarse en un nuevo orden. Hay que crear instituciones globales, de tal manera que podamos controlar y eliminar la parte más negativa.
Los movimientos que inspiraron la Primavera árabe, el 15-M en España, o el neoyorkino Occupy Wall Street, ¿pueden rediseñar las bases de un nuevo orden democrático?
Todos estos movimientos que cita son interesantes, pero no son lo mismo. La Primavera árabe es antes que nada una lucha formal por la democracia contra un régimen tiránico y autoritario. En el caso de los Indignados españoles o del Occupy Wall Street, la lucha es contra un nuevo giro que están tomando las democracias. No es debido a una dictadura militar, sino a una oligarquÃa financiera, y tiene que ver con la manera en que el orden financiero está extendiendo un dominio sobre el orden polÃtico. El orden financiero es global, el orden polÃtico es nacional o, en el caso de Cataluña, regional. Pero los poderes financieros no tienen territorio, nos envuelven a todos, son los nuevos gobernantes; esto lo vemos claramente con Grecia pero de forma muy invisible está en todas partes. Asà pues, creo que movimientos como el de los Indignados y el Occupy Wall Street intentan comprender cómo es posible desarrollar nuevas formas de democracia para tratar con los nuevos problemas surgidos con la oligarquÃa financiera. Y nadie tiene la respuesta, pero en mi opinión es la gran cuestión y el nuevo reto de estos tiempos.
Habrá que buscar respuestas, ¿cómo podemos resolver entre todos los demócratas esta situación?
Es importantÃsimo tener espacios donde se produzca la discusión polÃtica. Este mismo lugar, el CCCB es fantástico en este sentido, es una excepción, de hecho. Es el tipo de lugar necesario para la conversación, el diálogo, para cruzar las fronteras entre la academia del saber y el mundo de fuera. Siempre he envidiado de Europa y Latinoamérica el hecho de que tengan este tipo de instituciones. En Estados Unidos la cultura está dominada por los negocios, y la Universidad es un pequeño gueto. Sin embargo, disponer y tener aprecio por este tipo de instituciones es una de las grandes virtudes de las sociedades europeas y serÃa una gran tragedia que lo perdierais bajo la excusa de que son un derroche en el actual tiempo de crisis. No os podéis permitir el lujo de perder estos espacios de debate y conversación. SerÃa una tremenda pérdida, porque el proceso de encontrar soluciones requiere una reflexión extendida: primero mediante la reflexión y la escritura en soledad y luego mediante la discusión y la conversación interactiva en un espacio público.
¿Cuál es su futura aportación a esta necesitada dialéctica?
Estoy escribiendo un libro sobre la crisis de capitalismo y la actual crisis. Mi punto de partida es que las teorÃas sobre crisis que hemos heredado de Karl Marx ya no son adecuadas y necesitamos desarrollar una nueva teorÃa para comprender bien lo que ahora está sucediendo. Esta teorÃa debe incorporar tres diferentes aspectos especialmente importantes. Por un lado, la cuestión financiera, y en concreto la mutación del sistema de producción y mano de obra como centro de la economia, en un sistema financiero como nuevo centro de economÃa. Por otro lado, la crisis ecológica que considero absolutamente fundamental y cada vez más grave y alarmante. Y, finalmente, el sentido de comunidad, abordando lo que yo denomino como crisis de reproducción social, o capacidad humana de crear y mantener relaciones sociales, es decir, cómo creamos comunidades en las cuales la gente se contacta; también abordaré, desde luego, la cuestión de las redes sociales, los espacios de sociabilidad, y en general, las comunicaciones de manera muy amplia. Desde mi punto de vista, se trata de pensar vinculando estas tres dimensiones crÃticas.
Berta Ares
Más información sobre Nancy Fraser:
http://es.wikipedia.org/wiki/Nancy_Fraser (castellano)
http://en.wikipedia.org/wiki/Nancy_Fraser (inglés)
Blog de Nancy Fraser:
http://blogs.newschool.edu/news/2011/06/nancy-fraser-brazil-marriage-equality/
Segun la prensa decia una cosa de la competitividad. Yo prefiero comprar una herramienta de calidad, pagando más, que un producto chino que no pasa ni por el examen de la comunidad Europea por su calidad. Los ricos pagan menos que los currantes. El señor Aznar fue quien abrió la puerta a los del norte de Ãfrica, porque todos los empresarios aún son de la derecha y necesitaban mano de obra más barata, sin papeles y sin contratos de trabajo. Sà que muchos parados no aceptaban el trabajo que se les inponÃa. Un especialista en su campo hasta que encontrara un trabajo en lo que él era un profesional. Si no aceptaba el trabajo, también se le podÃa quitar de cobrar el paro y las ayudas. Aznar privatizó las empresas… ¿a qué precio?. La Pegaso no podÃa competir porque tenÃa muchos piojos dentro de ella mirando. Jubilados del gobierno. La bolsa, a mi modo de entender, tiene demasiados especuladores, pan para hoy hambre para mañana. Un trabajador alemán cobra 3000 euros de jornal base, un español 700, y si hablas a la calle.
Estoy muy de acuerdo. Siempre lo he pensado asÃ, y me parece muy ingenuo pensar que los europeos, por poner un ejemplo, somos especiales y podemos pagar el mÃnimo por productos procedentes de lugares donde claramente mantienen la esclavitud laboral, y mientras estar aquà de rositas y pretender grandes sueldos.
[…] publicada en Revista de Letras el 18 de febrero de […]
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