XXII Editores: José Ángel Zapatero

Si imagináramos el mapa de España como un inmenso reloj, justo a menos cuarto de cualquier hora, en ese cuadrante noroeste, encontraríamos esta editorial palentina que, desde hace ya tiempo, es sinónimo de rigor y calidad en sus publicaciones. Su director, José Ángel Zapatero, atiende a esta entrevista desde esa sana periferia, tanto geográfica como literaria, lo que le permite apostar por un catálogo que se mantenga fiel a sus ideas y a lo que le da sentido a una editorial de veras independiente como Menoscuarto. Con cuatro colecciones especializadas, entre las que destaca Reloj de arena, dirigida por Fernando Valls y dedicada al cuento y al microrrelato, y con ediciones siempre impecables, Menoscuarto se ha convertido en un sello de garantía en la narrativa española.

A modo de test…

¿Cuándo decidiste ser editor y por qué?

Creo que como la mayoría de los editores empecé por ser un lector compulsivo. Siempre sentí, además, curiosidad por la factura y la presentación de los libros: formato, papeles, tintas… Al final decides emprender tu propia propuesta y tu selección de títulos. Comencé creando el sello Ediciones Cálamo, con el que llevamos más de quince años, y en 2004 me decidí a crear Menoscuarto. De cualquier forma, pienso que ser editor, además de un oficio, es una pasión.

¿Cuál es el criterio principal de tu catálogo?

El criterio fundamental es la calidad y la obsesión por aportar siempre algo diferente, nuevo o interesante que despierte la curiosidad del lector, para que disfrute con su lectura. En resumen, tratar, en la medida de lo posible, de publicar libros ‘necesarios’.

¿Primer libro publicado?

En Menoscuarto hicimos nuestra ‘puesta de largo’ con un título y un autor de lujo, El corazón y otros frutos amargos, de Ignacio Aldecoa. Junto a éste presentamos también el primer libro que publicó su mujer, Josefina Aldecoa, A ninguna parte.

¿El libro más difícil? (de editar, de conseguir, de vender… interpretación libre).

Quizá el más difícil de editar haya sido Viejas historias y cuentos completos, donde reunimos la narrativa breve de Miguel Delibes. Estuvimos prácticamente un año para cerrar el libro. Ahora es una de las ‘joyas’ de nuestro catálogo.

¿Qué libro te hubiera gustado publicar y has tenido que rechazar? (por estar ya editado, por problemas de derechos, por no encajar en tu colección…).

En la trayectoria de un editor esa situación se produce de manera frecuente por las razones que apuntas y algunas más. Por poner un ejemplo, quisimos publicar los cuentos completos de Ernest Hemingway pero no hubo manera de conseguir los derechos.

¿Qué  te impulsa a publicar un libro, además de verlo en tu catálogo?

Intervienen varios factores. Los fundamentales: calidad literaria y que encaje en nuestra línea editorial.

¿Qué te impide publicar un libro?

Para esto hay más razones. Además de la poca calidad o que no encaje en nuestra línea, anticipos disparatados, complicación en la gestión de derechos, producción muy costosa…

Por curiosidad: ¿Por cuántos correctores pasan tus libros?

Además del responsable de la edición, disponemos de una magnífica correctora. Intentamos cuidar al máximo tanto el contenido como el continente.

¿Libro electrónico?

Un nuevo modelo de lectura y de comercialización del libro, aún en pañales. Será un formato que irá ganando terreno, pero creo que convivirá tiempo con el papel. De cualquier manera hay que estar atentos a estos cambios y aprovechar las oportunidades que estas nuevas herramientas nos brinden.

Confiesa: Vas a una librería. ¿Recolocas tus libros en las mesas de novedades o en los estantes cuando no están bien visibles?

No lo hago. Prefiero conversar con el librero y convencerle de que él mismo los sitúe. De algún modo, va también en su propio beneficio.

Imagina: En unos años, debido al éxito de la editorial, te ofrecen formar parte de un grupo o venderla. ¿Qué harías?

No sabría muy bien, pero supongo que dependería de la oferta. De cualquier manera si vendiese intentaría seguir al frente del proyecto. Si me obligasen a apartarme, seguramente crearía otro sello. Esto es como una adición.


Menoscuarto dedica su catálogo a la novela, el ensayo, a obras de pequeño formato y, de una manera muy singular, al relato breve. En seguida regresaremos a la colección Reloj de arena, vuestro buque insignia, y a Cristal de cuarzo (ensayo), pero háblanos un poco ahora de Cuadrante nueve (novela) y de Entretanto (pequeño formato). ¿Cuál ha sido tu mayor alegría como editor en cada una de ellas?

Cada libro es una pequeña alegría. Todos son, en cierto modo, hijos de la editorial y estamos muy satisfechos de la buena acogida de estas dos colecciones. La de novela (Cuadrante nueve) era una ilusión y un reto. La fórmula que hemos empleado ha sido la misma que en la de relato: la combinación de clásicos modernos —como Mário de Sá-Carneiro, Evelyn Waugh o George Orwell (de próxima publicación)—, autores de calidad literaria contrastada —Carlos Pujol, Juan Pedro Aparicio, Andrés Ibáñez o Elena Santiago— y nuevas e interesantes voces —Manuel Moyano, Ernesto Calabuig o Julio Baquero—. La creación de Entretanto, largamente perseguida, es otro motivo de orgullo. Tratamos de rebuscar entre la abundancia de títulos textos breves para editarlos en pequeño formato y con calidad: son nuestras delicatessen.

Dos títulos de la colección de ensayo, Cristal de cuarzo, giran en torno al microrrelato, género que también tiene presencia en Reloj de arena y del que es un especialista el profesor y crítico Fernando Valls, un aliado importante en vuestra singladura. ¿Crees que existe de veras un auge de la microficción o simplemente faltaban voces autorizadas que señalaran lo mejor del género?

Hay un auge. Es indudable. No es un género nuevo, como demuestran estos ensayos de los que hablas. Tiene un siglo de vida en nuestras letras, pero la falta de tiempo en las sociedades contemporáneas ha sido un aliado. A cualquier amante de la literatura le gusta leer un relato de calidad, con interés, de apenas una página o de un puñado de palabras. Es literatura quintaesenciada. Pero tienes razón en que la reflexión de profesores, críticos y autores sobre el género contribuye a difundir y amar el microrrelato, claro. Para ello es un lujo contar con uno de los mejores especialistas en este territorio, Fernando Valls. Por otra parte, ahora hemos dado un giro a la colección, con el volumen 100 narradores españoles de hoy, un panorama de nuestra narrativa actual a cargo de uno de sus mejores conocedores, el profesor Pozuelo Yvancos, una autoridad en la materia.

Desde luego, Reloj de arena es, como decía, vuestro buque insignia, no sólo porque el setenta por ciento de las publicaciones de Menoscuarto pertenecen a esa colección, sino también porque es la que el lector tiene más presente. Me parece que la labor de tu editorial desde hace años tiene triple mérito, por lo periférico, por lo independiente y, para colmo de audacias, por apostar por el relato breve. ¿Tuviste clara esa línea desde la fundación de la editorial?

Siempre tuve claro que para tener un mínimo de atención y éxito debía empezar con algún tipo de especialización. La narrativa breve para mí siempre ha sido una debilidad y consideré que no estaba suficientemente atendida. Fue arriesgado, pero nos ha posibilitado fijar una marca, creo que con suficiente prestigio, y a partir de ahí ampliarnos a otros géneros sabiendo por dónde pisábamos. Creo que si hubiéramos arrancado con una colección de novela, sobre todo con autores contemporáneos, nos habría costado más sobrevivir, porque ahí la competencia es mayor y el poder de los grandes grupos editoriales es enorme.

Haciendo un repaso de vuestros títulos más significativos, uno puede encontrar libros de relatos de grandes del género, referencias como Aldecoa, valores seguros como Calcedo o Moyano, y también autores que pueden sorprender en su faceta de cuentistas, como es el caso de Juan Ramón, Laforet, Delibes o Borau, ya que el lector medio los asocia con la poesía, la novela o el cine. ¿Pretende Menoscuarto convertirse en una especie de archivo del cuento español?

Bueno, ojalá… Efectivamente, en la colección de relato es una satisfacción tener la narrativa breve completa de autores fundamentales de nuestras letras como Delibes, Laforet, Esther Tusquets, García Lorca o Juan Ramón Jiménez. Pero también hay un placer especial en descubrir talentos nuevos. En ese sentido, acabamos de lanzar Siglo XXI, un panorama con treinta y cinco autores de relato español actual que es toda una declaración de intenciones. Por otro lado, en cuanto a géneros, considero que somos uno de los sellos de referencia tanto para el cuento como para el microrrelato en castellano, tan en auge en las últimas décadas.

Pero creo que nuestro planteamiento es, en todo caso, más modesto. No tratamos de conquistar un territorio, sino de ir descubriendo a los lectores ―que son muy diversos― rincones del paisaje que pueden estar ocultos, menos visibles. Si esa llamada de atención al lector va dejando sedimento, va haciendo una colección coherente o, como tú dices, una especie de archivo, bienvenido sea.

Las antologías de relatos son parte importante de vuestro catálogo, aunque tienen siempre vocación de estudio y muestra, es decir, no nacen de un tema común cualquiera, arbitrario o de encargo, por lo general, sino que repasan el status quo del cuento en parcelas muy concretas. Esto tiene un gran valor, con un matiz casi académico. Pero, ¿cómo os han funcionado estas compilaciones con los lectores, cómo crees que las reciben?

La respuesta es buena, teniendo en cuenta ese carácter que dices. Desde luego, es mucho más fácil llegar con una recopilación de cuentos para leer en la piscina, relatos de vampiros o dedicados a profesiones u oficios. Ahí hay un suelo de venta relativamente atractivo, gracias al regalo o al lector impulsivo. Pero nuestras antologías se convierten en referencias para conocer una época, una circunstancia histórica o una generación de escritores. Al fin y al cabo, la literatura es reflejo de la vida, de la realidad, de la cultura. Agrupar cuentos por circunstancias casuales o de mero interés comercial resulta, a mi juicio, un tanto estéril y forzado.

Abundando en ello, quiero destacar especialmente vuestra reciente antología  Voces disidentes. Cuentos de la generación del medio siglo, en la que Ana Casas traza una línea ineludible en el cuento contemporáneo español. Háblanos un poco de este libro, ya que resume bastante, creo, el espíritu de Menoscuarto.

Estaba pensando en ese libro, precisamente, cuando te contestaba antes. Ana Casas ha hecho un gran trabajo de selección y estudio de una generación a la que debe mucho el auge actual del relato en nuestro país. Hay ahí un plantel de escritores excepcionales y auténticos relatos antológicos, memorables. Además, el volumen refleja muy bien el tránsito de esa generación, que paulatinamente va mostrando su toma de conciencia contra el régimen y la sociedad franquistas, pero sin hacer una literatura social utilitarista a costa de la calidad.

Acaba de llegar a las librerías esa otra antología ya mencionada y que va a dar mucho que hablar: Siglo XXI, donde hacéis inventario de los narradores más destacados de la última década, desde los más jóvenes hasta los que llevan ya un tiempo en esto pero es ahora cuando comienzan a ganar presencia en el cuento español. En todo caso, como apostilla el libro, se trata de nuestros nuevos nombres del relato en lo que llevamos de siglo. ¿Implicará también esta antología algún rumbo nuevo en Menoscuarto? ¿Vamos a ver cada vez más escritores jóvenes en vuestro catálogo a partir de ahora?

Seguiremos combinando autores jóvenes y voces ya consolidadas, como hasta ahora. Pero este libro, que ha implicado un intenso trabajo de los antólogos, Fernando Valls y Gemma Pellicer, va a resultar una puerta de entrada para muchos a esa generación de cuentistas españoles contemporáneos. Sí te puedo avanzar que casi con seguridad al menos dos o tres de los autores seleccionados publicarán próximamente libros en Menoscuarto, tanto relatos como novelas.

La saturación de títulos en las librerías cobra dimensiones bíblicas. Aparte de mantener la calidad en la edición (los libros de Menoscuarto, como objetos en sí, tienen siempre una presencia muy cuidada y reconocible), ¿cómo os planteáis la promoción de un libro para que no sea otro más en los anaqueles? ¿Simplemente dejáis que el circuito haga su trabajo o buscáis algunas vías alternativas?

Creo que en estos momentos es fundamental la labor de promoción de cada libro y por eso la cuidamos al máximo. Para ello cuento con un magnífico profesional que se encarga, casi en exclusiva, de los temas de comunicación. Somos conscientes, por otra parte, de que si reseñaran todos los libros que reciben e incluyesen todas las notas de prensa necesitarían cada mes varios tomos… Intentamos que los críticos, los periodistas especializados, vean que no es un libro más, sino un libro ‘necesario’, como te decía antes. También usamos las nuevas herramientas: tenemos una página web actualizada, informamos personalmente a distribuidores y a algunos libreros receptivos, acabamos de abrir un perfil en Facebook, etcétera. Es difícil, somos pequeños, pero procuramos que se nos vea, sin agobiar, sin exigir, sin presionar. Respetamos al profesional, sea crítico, periodista, autor, distribuidor o librero. En estos tiempos el paño ya no se vende en el arca, desde luego, por bueno que sea. Pero tampoco hay que ponerse cargantes.

El modelo actual de distribución está comenzando a mostrar sus fallas. ¿Una editorial independiente necesita también de libreros independientes, de otras estrategias más directas para ganar visibilidad, o las grandes cadenas se seguirán llevando siempre la parte del león?

Es un mundo complejo. Mario Muchnik dijo que editar es distribuir. Y no le falta razón. Hay que ser ágiles y más en un país como éste, con una enorme diferencia entre la estructura social y comercial de unas grandes ciudades como Madrid y Barcelona, y unas comunidades de población muy dispersa. La presencia en cadenas y grandes superficies es indispensable para llegar a una mayoría de lectores, pero nuestro catálogo es de los que se cuidan y se buscan en esas pequeñas y medianas librerías en las que conoces al dueño por su nombre.

¿Cómo valoras la incidencia de la crítica literaria y de los medios en el trabajo de Menoscuarto?

Hasta ahora hemos recibido un trato exquisito y cariñoso. La prueba es esta entrevista generosa. Nos ayudó mucho la buena acogida y la atención a los primeros libros del sello: los Aldecoa, Laforet, Horacio Quiroga, Léon Bloy, un poco después los Delibes o Jiménez Lozano. Eso nos ha permitido diversificar y, en ese sentido, la crítica y los medios también han ofrecido después un trato diverso, según la peculiaridad de cada libro. Por otro lado, hay circunstancias aleatorias a la hora de que los medios presten atención a un título, como su coincidencia o no al aparecer con otros títulos, su proximidad a ferias o las navidades.

La red, a través de bitácoras y revistas especializadas, en teoría  también independientes, y sobre todo gracias a las redes sociales, ofrece un nuevo espacio de comunicación, tanto entre profesionales como, sobre todo, con el lector. ¿Cómo enfoca Menoscuarto su presencia en la red?

Hace ahora dos años renovamos completamente nuestra página web, que tratamos de mantener actualizada con novedades, reseñas y noticias. Consideramos a los medios digitales y bitácoras en pie de igualdad con los medios tradicionales. Es una pena que, por razones económicas obvias, no podamos atender con nuestros ejemplares de promoción a todos los que en la red tienen un espacio dedicado a libros. Nos gustaría, pero no es posible. Acabamos de aterrizar en Facebook y la experiencia es buena. Cada día se inscriben amigos nuevos a nuestro perfil, que nos permite una relación próxima e inmediata.

¿Qué nos prepara Menoscuarto a partir de ahora, en qué estás trabajando? Háblanos de tu catálogo, José Ángel, pero sobre todo de dónde te gustaría ver a tu editorial en un futuro cercano.

Acabamos de editar nuestro título numero 75. Supone un promedio de unos once libros por año, una cifra que requiere un esfuerzo dadas las características de nuestra editorial y del sector. Seguiremos trabajando para mantener las cuatro colecciones en una línea coherente y equilibrada. No es poco, porque poner un libro en una librería requiere mucha labor y esfuerzo, como bien sabes. Éste es un oficio, no un negocio, donde las inercias empresariales apenas ayudan. Cada título supone un poco empezar de nuevo y, desde el punto de vista económico, una nueva inversión. Haber recopilado los cuentos completos de Delibes apenas te ayuda para publicar una novela de Evelyn Waugh inédita en España, como es Neutralia, otro de nuestros recientes logros. En este momento estamos trabajando en otro libro en el que tenemos depositadas muchas esperanzas: la recopilación de las siete novelas cortas de Carmen Laforet. Continuaremos trabajando, paso a paso, libro a libro. Con respecto a la editorial, no aspiro a ver Menoscuarto en otro sitio que en las manos de un lector. Aquí no hay pole position, ni Primera y Segunda División. Nuestro objetivo es que el lector de estas líneas vaya a una librería, busque un libro de Menoscuarto, le atraiga, se lo lleve y, sobre todo, que disfrute leyéndolo.

Sergi Bellver
Bitácora de Sergi Bellver

Más información: Web de Editorial Menoscuarto

Sergi Bellver

Sergi Bellver (Barcelona, 1971) es escritor, editor y crítico literario. Responsable de la edición y el prólogo de «Chéjov comentado» (Nevsky Prospects, 2010) y autor en «La banda de los corazones sucios. Antología del cuento villano» (El Cuervo/Baladí, 2010; ed. de Salvador Luis). Profesor de Escola d'Escriptura de l'Ateneu Barcelonès y Escuela de Escritores de Madrid, donde ha colaborado con la Cadena SER. Publica artículos y reseñas en las revistas Tiempo, BCN Week y Standdart, en el suplemento Cultura/s de La Vanguardia, y en los medios digitales Culturamas, Revista Kafka y La tormenta en un vaso.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Previous Story

Javier Azpeitia: «Las editoriales deberíamos aportar ideas a las instituciones para mejorar la política cultural»

Next Story

Ronaldo Menéndez: «La historia de Cuba es un extraño cuento»

Latest from Entrevistas