Cartas del Norte: de trenes, misceláneas borgianas y décadas convulsas

Una sola novela necesitó el madrileño Antonio Orejudo, circunstancialmente afincado en Almería en donde imparte clases de literatura, para dejar muestra de su buen quehacer literario. Ventajas de viajar en tren (que las tiene, y muchas) habría de alzarse con merecimiento con el Premio Andalucía de Novela, y editado en su momento por Alfaguara, se fue abriendo paso lentamente dentro de la vorágine de premios que inundarían los suplementos literarios de este país. Sin embargo Antonio Orejudo ya había conseguido en 1996 el Tigre Juan, y figuraba por méritos propios dentro de la fantástica selección de jóvenes escritores de Páginas amarillas, que editada por Lengua de Trapo habría de marcar un antes y un después dentro de la nueva narrativa española. Pero ¿Qué es Ventajas de viajar en tren?. En palabras del Propio Orejudo es un alegato contra la literatura intimista, contra la literatura en primera persona. Un libro escrito contra la literatura que termina aceptando que en el mundo todo es literatura. Una novela que adolece de guiños literarios que van desde un homenaje a Patricia Highsmith y sus Extraños en un tren hasta el entronque con la novela fantástica, con tintes kafkianos surrealistas e incluso leyéndola, le viene a uno a la memoria el recuerdo del mejor Boris Vian, de Kafka y su Gregorio Samsa…. Porque toda la novela no es sino una impostura, y ahí radica su valor. Lástima (lástima) que sus posteriores obras no hayan estado a la altura de esta Ventajas de viajar en tren.

Borges si que es un escritor contra el aburrimiento. Poeta, narrador, crítico literario, prologuista de innumerables libros, antólogo…. A diferencia de muchos otros, conocí al Borges crítico y prologuista antes que al narrador, y me explico: en los años ochenta, una editorial española puso en marcha una curiosa iniciativa literaria, treinta y tres libros sobre treinta y tres autores de literatura fantástica, todos seleccionados y prologados por el genial autor argentino. De aquellas lecturas viene mi amor por la literatura fantástica, y mi devoción y descubrimiento de Jorge Luis Borges. Miscelánea, libro recuperado y reeditado por DeBolsillo, es precisamente eso: un volumen-catálogo en el que se puede apreciar en toda su dimensión la capacidad lectora, la voracidad enciclopédica de Borges. En él tenemos pequeños ensayos, críticas sobre sus lecturas y escritores preferidos, Conrad, Papini, Hesse, Leopoldo Lugones, Cocteau, León Bloy, Arreola, Voltaire, Rulfo, Meyrink… También tenemos traducciones y los “textos cautivos” que publicara en la revista El Hogar bajo el titulo “De la vida literaria”, desde 1935 hasta 1958. En definitiva, conocer a Borges, no es solo leer su poesía, sus relatos fantásticos, sus opiniones políticamente incorrectas. También lo es acercarse a estas glosas que conforman su Miscelánea, posiblemente lo menos conocido de su literatura.

Hay décadas prodigiosas marcadas en el calendario en rojo y llamadas a ser estudiadas en las escuelas y Universidades. La que va desde 1973, el año de la voladura del Presidente del Gobierno Carrero Blanco, a 1982, el año del triunfo socialista (quién, que peine canas como un servidor, no recuerda la foto de Felipe González y Alfonso Guerra asomados, cogidos de la mano, al balcón del Hotel Palace), no sólo mediaron diez años. Mediaron golpes de Estado, múltiples asesinatos terroristas, un magnicidio encarnado en la figura de Carrero Blanco, un Presidente del Gobierno dimitido (u obligado a dimitir), las primeras elecciones democráticas, la Constitución española, el referéndum para refrendar la Constitución española, la España de las Autonomías, el nacimiento de los partidos políticos, el regreso de los exiliados, el indulto político de Marcelino Camacho, el destape en el cine, la canción protesta, y en definitiva, eso que se ha llamado, la Transición española. Juan Eslava Galán, ha sabido dejarlo por escrito, y tras Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie, Los años del miedo y De la alpargata al seiscientos, presenta ahora La década que nos dejo sin aliento en donde a buen seguro muchos se verán (nos veremos) reflejados, para bien o para mal. No en vano, las heridas aún permanecen abiertas y las fosas continúan sin cerrar y sin dar sepultura.

Luis García
Las Cartas del Norte

************************************************************************************

. Ventajas de viajar en tren. Antonio Orejudo. Tusquets (Barcelona, 2011)

. Miscelánea. Jorge Luis Borges. DeBolsillo (Barcelona, 2011)

. La década que nos dejó sin aliento. Juan Eslava Galán. Planeta (Barcelona, 2011)

Luis García

Luis García, ha colaborado en, entre otros medios, Clarín, Lateral, El Péndulo, Mercurio, Turia, Cambio 16, La Clave, El Siglo de Almería, La Opinión de Granada, y los suplementos El Argonauta de El Diario de Ávila y el de La Nueva España. Mantuvo la sección Cartas del Norte en el suplemento La Mirada, del Correo de Andalucía, y en El Mirador, de El Diario de Andalucía. Es Director de Contenidos de www.literaturas.com y escribe en Cuadernos del Sur de El Diario de Córdoba; Oviedo Diario y El Comercio. Sus relatos y poemas se pueden leer en Fábula, El Cobaya, La Pluma y el Tiempo, Barcarola, o Galerna.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Previous Story

«Un puesto avanzado del progreso», de Joseph Conrad

Next Story

Miguel Noguera: «Cuanto mejor te va, más crítico te vuelves contigo mismo»

Latest from Reseñas