—Necesitaba volver a los orÃgenes que me motivaron a componer poemas, a aquella “matemática del espejo†que de alguna forma era la “matemática del aguaâ€.
Tales es un gran observador. Sabe que todo de lo que se nutre es húmedo (las semillas, por ejemplo), y que el calor mismo nace de la humedad. Por eso habla de “principioâ€. Principio de vida y de naturaleza. Todo viene del agua y todo retorna al agua. Lo dice alguien que vive junto al mar, y que no deja de preguntarse sobre los mecanismos que mueven el mundo.
En el poema que da tÃtulo a toda su obra Aute habla de “la inaplazable sed / de volver al agua, de volver al agua… / al origen del mismo donde se fraguaraâ€. Parece una descripción de lo que nos advertÃa, veintisiete siglos atrás, el sabio de Mileto.
—Asà es… Tales de Mileto, tal cual… Del agua venimos, no por evolución, sino por reflexión, y que Darwin me perdone. El agua es la fuente de toda vida, sin duda.
—Aunque las matemáticas son el exponente de la racionalidad más objetiva, no existirÃan sin la subjetividad del matemático que las “descubre†y las desarrolla. Sin la consciencia del “yo†nada existirÃa, ni siquiera la razón más empÃrica.
—Heráclito hablaba del “conflicto de contrariosâ€, y Anaximandro de “la armonÃa de contrariosâ€. Conflicto y armonÃa, armonÃa y conflicto en el principio de todo.
Albert Lladó (Barcelona, 1980) es editor de Revista de Letras y escribe en La Vanguardia. Es autor, entre otros tÃtulos, de 'MalpaÃs' y 'La travesÃa de las anguilas' (Galaxia Gutenberg, 2022 y 2020) y 'La mirada lúcida' (Anagrama, 2019).