Detalle del cartel de la película 'El sirviente' de Joseph Losey

El amor como ética

/
Detalle del cartel de la película 'El sirviente' de Joseph Losey
Detalle del cartel de la película ‘El sirviente’ de Joseph Losey

A estas alturas de la Historia de la poesía ¿se puede escribir sobre amor sin caer en clichés o en lubricidades varias? La respuesta es sí, y aquí tenemos, de la mano de Matías Escalera, un buen ejemplo de ello, con su último libro, que lleva por título un significativo Del amor (de los amos) y del poder (de los esclavos). Para la ocasión el poeta se ha lanzado de cabeza al reto de hacer del amor una categoría más ética que sentimental, sin por ello renunciar a hablar de las relaciones amorosas como revelación de la condición humana. Pero, bien lo sabe el autor, el trenzado de los sentimientos amorosos implica, más allá de su intensidad y temporalidad, siempre esa contradicción absoluta, frontera de sentimientos opuestos, que conlleva el cuestionamiento mismo de qué es amor, o si es amor aquello que las apariencias sociales quiere que sea y no lo que individualmente y libremente es o puede ser.

Ya el romano Catulo mostró este tira y afloja en su clásico Odi et amo, y que Matías Escalera revisita en su poema titulado Amor y odio:

“Cuánto me amabas…
… alguna vez te lo reproché: era tan doloroso…
Cuánto me odiabas…
… no te lo reprocho: es tan doloroso…”

Amargord
Amargord

Además, las relaciones sociales, entras las que se incluirían las de pareja tanto como las laborales (no en vano todas encuentran su acomodo o su sujeción también como formas contractuales) no se suelen establecer desde la igualdad, sino desde el reparto del poder. En este sentido, Matías Escalera consigue sus versos más directos y originales en el apartado titulado Nosotros el emperador, en la que la identificación personal de los gobernantes con el poder se ejemplifica en la utilización de la primer personal del plural (nos, nosotros):

“Vosotros soy yo
(estáis en mí)
Pero
Aun así
Os convoco a  la rendición
(antes de que sea tarde).”

Y es ahí, a la manera de las satrapías orientales con sus espejos en Occidente, donde cuaja y se desarrolla el amor de los amos, que se anunciaba en el título, hacia sus esclavos o hacia sus siervos o, no hace tanto, hacia sus súbditos, y ahora hacia sus empleados; y que implica a su vez la debilidad del amo, cuya razón de ser, cuyo imperio, se basa, precisamente, es su necesidad de siervos.

Todas estas complejas contradicciones planteadas por el poeta en este libro, nos recordarán a la estupenda e inquietante película de Joseph Losey (con guión de Harold Pinter), El sirviente (1963), donde el intercambio de papeles entre el amo y el criado socavaba no solo las convenciones sociales, sino los fundamentos mismos de la sociedad en su conjunto.

Al fin, las relaciones de pareja se asientan, en esta sociedad nuestra, imperio del consumismo, sobre los triunfos o los fracasos, aparentemente sin alternativas, de las hazañas y los miedos pequeñoburgueses:

“Ese miedo pegajoso a perderlo todo…”

Sobre las mentiras y las contradicciones Matías Escalera ha pensado y construido un libro sobre el amor y la sociedad y, lo más importante, dejando que sea el lector quien saque sus propias conclusiones.

Agustín Calvo Galán

Agustín Calvo Galán (Barcelona, 1968) ha publicado 'Letras transformistas', una selección de sus poemas conceptuales y visuales (2005), 'Otra ciudad' (libro objeto, 2006), 'Poemas para el entreacto' (2007) y 'A la vendimia en Portugal' (2009). Su obra como poeta visual ha sido recogida en varias antologías especializadas.

2 Comentarios

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Previous Story

Volver al agua

Next Story

El hábito de la distancia

Latest from Críticas

La memoria cercana

En 'La estratagema', Miguel Herráez construye una trama de intriga que une las dictaduras española y

Adiós por ahora

Eterna cadencia publica 'Sopa de ciruela', volumen que recupera los escritos personales de Katherine Mansfield