
Costas extrañas. Ensayos, 1986-1999 (Debate, 2019) fue publicado originariamente por J.M. Coetzee en 2001, y, en su traducción en castellano, en 2004. Estamos, por tanto, ante la reedición de un total de veintiséis ensayos del escritor sudafricano y que tuvo en Mecanismos internos, Ensayos 2000-2005 (Random House Mondadori, 2009), su continuación natural, si bien, en el mismo sello, apareció en 2016, en forma de dos volúmenes, Las manos de los maestros. Ensayos selectos. En conjunto, estos cuatro libros, recopilación de crÃticas literarias, conferencias e introducciones a libros, suponen un brillante y magnÃfico recorrido por parte de Coetzee por la literatura y sus autores, al cual se podrÃa añadir Contra la censura (Debate, 2007).
“Escribir es un oficio solitario, pero escribir contra la comunidad en la que uno ha nacido es aún más solitario. Es comprensible que Gordimer, por su condición de escritora surafricana disidente, buscara precedentes y antecedentes históricos de casos parecidos al suyo allà donde pudiera encontrarlosâ€.

Aunque Costas extrañas aparezca como una compilación de escritos procedentes de diferentes fuentes -aunque principalmente de la revista New York Review of Books– y, por tanto, puedan leerse de manera independiente al resto -asà fueron escritos-, en algunos casos introducciones a ediciones o a traducciones del propio Coetzee, la selección propone una cartografÃa por diferentes épocas y continentes. La relación entre los textos no es cronológica ni aspira a la conformación de algún tipo de canon. De hecho, si se compara con Mecanismos internos, Costas extrañas, en apariencia, se presenta como menos organizado, más disperso en cuanto a establecer una relación temporal o poseer algún tipo de estructura. Tampoco se aprecia un deseo de crear una conexión interna entre los textos. Y a pesar de ello, en su lectura continuada, tal y como están presentados los ensayos, el lector puede encontrar cierta sensación orgánica en su desarrollo a pesar de los saltos en el tiempo y en el espacio en cuanto a los autores y obras analizadas.
Costas extrañas comienza, casi a modo de introducción, con la conferencia ¿Qué es un clásico?. Lo hace hablando de T. S. Eliot, enlazando con J.S. Bach y terminando con el poeta polaco Zbigniew Herbert. La presencia de este texto al comienzo de esta recopilación supone una cierta declaración de intenciones con respecto al resto de ensayos, no tanto porque considere que cada autor tratado sea, o pueda ser, considerado un clásico; sino debido a que en la conferencia plantea, tras mostrar cómo la música de Bach fue apreciaba en cada perÃodo histórico de una manera, que:
“El reconocimiento de estas caracterÃsticas constituye un auténtico avance en la comprensión histórica, porque esta es la comprensión del pasado como una fuerza que modela el presente. En la medida en que sentimos de forma tangible esa fuerza en nuestras propias vidas, la comprensión histórica forma parte de nuestro presente. Nuestro ser histórico forma parte de nuestro presenteâ€.
A partir, en la mayorÃa de los casos, de ediciones contemporáneas de obras de los autores tratados, o bien, de acercamientos externos a modo de biografÃas, Coetzee se adentra en la literatura norteamericana, europea, africana y colonial creando un mapa que ni es exhaustivo ni pretende serlo, pero que, en su conjunto, ofrece una visión amplia y articulada sobre las obras analizadas desde una mirada presente que Coetzee asume a la hora de elaborar sus textos. Es decir, se acerca a cada obra y autor desde el momento histórico en el que lleva a cabo los análisis, forma de traer el pasado al presente y encontrar en este las huellas de aquel. Pero también se trata de un acercamiento hacia los autores a partir de sus vidas, no para que esta dote de significado a sus creaciones, sino para mostrar estas dentro de un proceso más complejo que tiene tanto que ver con la evolución personal, Ãntima, de cada autor, como de sus contextos sociales y polÃticos particulares.
“En el discurso que pronunció con ocasión de la entrega del premio Nobel, Brodsky esboza las bases de un credo estético a partir del cual podrÃa constituirse una ética pública. La estética, dice, es la madre de la ética, en el sentido de que la discriminación estética le enseña a uno a hacer correctas discriminaciones éticas. El buen arte está, por tanto, del lado del bien; por otro lado, el mal, “especialmente la maldad polÃtica, tiene siempre mal estiloâ€â€.
Por otro lado, al tratarse en muchos casos reseñas de obras traducidas, muchos ensayos se acaban convirtiendo, en verdad, en reflexiones teóricas sobre la traslación idiomática, sobre su complejidad y su problemática y, cómo desde cierto punto de vista, puede suponer también una reescritura. A este respecto, es destacable Traducir a Kafka a partir del matrimonio Edwin y Willa Muir y cómo sus primeras traducciones de Kafka crearon un acercamiento a la obra del escritor bohemio muy preciso que condicionó su recepción y una interpretación en lengua inglesa durante mucho tiempo.
Coetzee muestra su relación con algunos de sus antepasados ​​literarios para revivir y reinterpretar sus obras, para, como decÃamos, reubicarlas en el presente en algunos casos y, en otros, cuando se acerca a autores contemporáneos, para historiar el presente y buscar lÃneas de continuidad y de ruptura en la tradición. El amplio crisol de escritores y de obras permite entender Costas extrañas como un mapa literario abierto, en el que se ofrece lecturas de obras como Robinson Crusoe, de Daniel Defoe, la cual inspiró a Coetzee para escribir Foe; Clarissa, de Samuel Richardson; Una confesión póstuma, de Marcellus Emants o El descubrimiento del cielo, de Harry Mulisch. Ensayos brillantes alrededor de Dostoievski a partir de las biografÃas de Joseph Frank sobre el escritor ruso, sobre Josef Skvorecky, alrededor de los ensayos de Joseph Brodsky o aquel que relaciona a Gordimer y Turgueniev, entre otros textos que hacen de Costas extrañas una recopilación extraordinaria tanto por aquello que analiza como por la manera en que Coetzee se ocupa de hacerlo.