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El arte de la fuga literaria

En la novela 'Leica Format', la escritora croata Dasa Drndic construye un complejo y brillante collage de hechos reales e historias de ficción a partir del conflicto de los Balcanes | Foto: Jakob Goldstein

Automática Editorial publica Leica Format (2003), de Daša Drndić, de quien ya editó Trieste (2007), novelas que muestran cómo la escritora croata se inscribe en la tradición de los grandes narradores europeos y en la experimentación formal más contemporánea.

Leica Format se abre con la palabra “Fugas” y con tres definiciones y, cada una de ellas, se ajusta a ciertos elementos compositivos de la novela de Drndić. Por un lado, hace referencia a un trastorno de pérdida de la memoria, a una amnesia prolongada en la que, sin embargo, no se ven afectadas las capacidades mentales de la persona que la sufre. Por otro lado, remite a la fuga como composición musical en la que las partes se repiten en función de determinadas reglas. Y una tercera que solo se corresponde al croata, y que se refiere a fuga como unión entre piedras o baldosas o a un espacio dejado adrede en una construcción que anula la posibilidad de que se agriete.

“Observo por la ventana cómo la realidad, no solo la de esta ciudad sino la realidad en general, se desmorona, carcomida por el pasado. Pero en ello no hay más que un reflejo ajado y deslucido de esa misma realidad”.

Automática Editorial

Tres acepciones a través de las cuales la autora construye una novela abierta hacia varias direcciones narrativas a modo de fuga polifónica, pero que se enfrenta a la pérdida de la memoria en un acto de escritura casi obsesivo para ir trazando un recorrido físico por una ciudad a la par que por su historia y sus habitantes; pero también conformando un itinerario mental que apela a una construcción en apariencia caótica, errática, y que, sin embargo, es ahí donde encuentra su orden. Aparentemente, hay una narradora; al menos aparece de vez en cuando, pero convive con un sinfín de voces distintas que surgen de los diferentes estilos y géneros que Drndić maneja para llevar a cabo un trabajo que lucha contra el olvido, con la fuga de la memoria. Algo que ya se encontraba en Trieste, tan monumental y ambiciosa como Leica Format, aunque allí se centraba en el Holocausto casi de manera exclusiva. Aquí, en cambio, el recorrido es ahistórico, con idas y venidas en el tiempo, con conexiones temporales y espaciales, con una fragmentación narrativa que crea conexiones entre situaciones y personajes en un formato de novela que, como su título indica, apela a imágenes concretas que se abren hacia diferentes discursos e ideas. No hay fotografías, pero el lector puede tener la sensación de estar ante instantáneas dentro de las cuales la escritora se encarga de excavar bajo la superficie. Leer Leica Format es como ir pasando las páginas de un álbum de fotografías, aunque en momento alguno se haga referencia a ellas, para, a partir de lo que se ve, reconstruir historias desde el recuerdo, la realidad y la ficción para combatir la pérdida de memoria, tanto individual como colectiva.

Pero también sigue ese modo de fuga musical: no hay repeticiones exactas, pero sí la sensación de avanzar en una composición rítmica que gira sobre sí misma, con una enorme fluidez, transmitiendo la sensación de imposibilidad de aprehenderlo todo y de que algo siempre se puede quedar por el camino. Aunque no es el fin último de Drndić, Leica Format apela en determinadas cuestiones a una idea de novela total -ya sucedía en Trieste– en un sentido que entronca el trabajo de la escritora croata con los grandes proyectos modernistas en un trabajo de gran libertad creativa en la que no hay reglas específicas, ni géneros particulares ni formas literarias cerradas. La novela como gran fresco narrativo en el que es posible variar constantemente, buscar modos expresivos que, sin romper el sentido orgánico narrativo, apelen a formas de nuevas de escribir.

Y, a partir de la tercera definición, Drndić escribe una novela que busca en los resquicios, que habla de una ciudad dentro de la cual, con un sentido tan regionalista como globalizador, busca esas grietas, esas fugas, en las cuales hallar historias tanto pasadas como presentes, que apelan tanto a la historia individual como a la gran Historia. Todo queda bien adherido, sin posibilidad de ruptura a pesar de esa fragmentación que transmite la falsa idea de inestabilidad y caos. Drndić crea conexiones sobre las que el lector avanza en una lectura fascinante y compleja que tiene algo de fantasmagoría narrativa.

Esto se evidencia en una larga parte del libro en la que la autora cuenta la historia de Ludwig Jacob Fritz, un visitante de la ciudad en el año 1911, cuando está de camino a los Estados Unidos. De esta forma, Drndić hace convivir a dos versiones de la ciudad con casi cien años de diferencia. La exploración que Fritz lleva a cabo coincide con una información detallada sobre sus calles y sus edificios, algo que la escritora usa para poner de relieve que todo está, de diferentes maneras, arraigado en el interior del devenir histórico, pero que, a su vez, toda esa historia puede ser fácilmente ignorada y olvidada. De este modo, Drndić crea un fresco narrativo que apela a una mirada transversal de lo histórico, uniendo pasado y presente. Y cita voces como las de Italo Calvino, T. S. Eliot, Georges Bataille, Thomas Bernhard, Charles Baudelaire, W.G.Sebald o Pessoa, entre otros, en una forma de diálogo literario más allá de la mera cita literaria. Porque en su novela, Drndić atiende a una tradición literaria que hunde sus raíces en el modernismo literario, en la ambición de dar forma a novelas totales. Si en Trieste leíamos el Holocausto en clave presente, en Leica Format surge el conflicto de los Balcanes y sus consecuencias ulteriores como fondo de una herida todavía abierta. Una novela brillante que apela a una forma de literatura que parece, poco a poco, desaparecer o quedar en un plano secundario: la ambición de trascender, de usar la escritura para llegar a nuevos territorios expresivos aunando rigor intelectual y creativo para ahondar en cuestiones humanas profundas.

Israel Paredes

Israel Paredes (Madrid, 1978). Licenciado en Teoría e Historia del Arte es autor, entre otros, de los libros 'Imágenes del cuerpo' y 'John Cassavetes. Claroscuro Americano'. Colabora actualmente en varios medios como Dirigido por, Imágenes, 'La Balsa de la Medusa', 'Clarín', 'Revista de Occidente', entre otros. Es coordinador de la sección de cine de Playtime de 'El Plural'.

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