Desaparecer.
Dramaturgia: Calixto Bieito
(a partir de textos de Edgar Allan Poe)
Dirección: Calixto Bieito
Música original: Maika Makovski
EscenografÃa: Aida Guardia
Intérpretes: Juan Echanove, Maika Makovski
Producción: Grec 2011 y Teatre RomeaTeatre Romea (Barcelona), hasta el 7 de agosto de 2011
Sigue el Festival Grec con errores y aciertos, con saltos y tropiezos, llenando las salas de Barcelona de propuestas arriesgadas que dejarán escenas bellas y perdurables, e imágenes para olvidar rápido, justo después de salir del teatro.
Optar por la recreación de una atmósfera
Calixto Bieito se despide como director artÃstico del Romea con Desaparecer, una pieza inspirada en cuentos y poemas de Edgar Allan Poe -traducidos por Julio Cortázar- como El cuervo o El gato negro, y que se puede ver hasta el 31 de julio.
Desaparecer no es un concierto, ni un recital, ni una obra de teatro en sentido estricto. Si el espectador no lo sabe antes de entrar a platea, puede llegar a generar cierta frustración. Sin embargo, si el público va al Romea sin una idea preconcebida, si se abre a la propuesta, se va a encontrar un espectáculo lleno de plasticidad y belleza.
Por un lado, Juan Echanove demuestra que es una auténtica bestia escénica, intensificando todos los matices, sintiendo el dolor desgarrador, el miedo a la oscuridad que todos llevamos dentro. La segunda protagonista de esta pieza es Maika Makovski, una compositora muy conocida en el mundo indie, pero que no habÃa experimentado con la interpretación. Su estreno no puede ser mejor, habiendo compuesto unos inquietantes temas que no acompañan al texto, sino que se integran en él, trasladándonos a la atmósfera entre romántica y terrorÃfica de Poe gracias a su voz y su piano.
El proyecto de Bieito se construye a partir de los textos de Poe pero, a la vez, intenta captar las vivencias del escritor Robert Walser, autor que murió mientras paseaba por la nieve cerca del manicomio en el que estaba ingresado en Herisau, en Suiza. Ese miedo -que se combina con la necesidad de la huida- al «desaparecer», es el que consigue transmitir un Echanove que aborda todos los registros sin un ápice de sobreactuación, pasando del llanto a la furia, de la ira al arrepentimiento.
La perversidad, nos dirá el autor, es intrÃnseca al ser humano, y con todos sus gamas la vemos en cada gesto del actor –cruzando los brazos como si estuviese atrapado por una camisa de fuerza- que da una lección de auténtico teatro. Makovski no le deja solo. Su música penetra como una daga en la niebla que cubre todo el escenario, pero el peligro de la propuesta del director era que la cantante se ciñera únicamente a su repertorio. Nada más alejado. La mallorquina no abandona ni un instante a Echanove, y sus silencios se convierten asà en un sorprendente y prometedor debut. Con un largo vestido blanco, Maika Makovski mira al público con un aire fantasmal, con una intensa belleza que no se sabe si viene o va hacia la muerte, y que consigue el principal objetivo: conmover.
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Albert Lladó
www.albertllado.com