El androide y las quimeras
Ignacio Padilla
Páginas de espuma
Madrid, 2008
Con El androide y las quimeras Ignacio Padilla prosigue su proyecto narrativo Micropedia. En esta segunda entrega nos ofrece una colección de relatos con protagonismo repartido entre autómatas y niñas/mujeres. El libro se divide en dos partes: “El androide en nueve tiemposâ€, consistente en nueve relatos breves (ninguno supera las diez páginas), y “Quimeras de tres orillasâ€, otros tres relatos, apenas más extensos que los anteriores. Casi todas las historias poseen base documental, tal como se recoge en el apéndice “Referenciasâ€, donde Padilla deja constancia de las referencias bibliográficas en que se ha basado. Se aprecian la detenida labor investigadora del autor y su envidiable gusto a la hora de escoger anécdotas y personajes en los que inspirarse. La brevedad, agilidad e interés de los relatos hacen que El androide y las quimeras se lea, y se disfrute, de un tirón.
Ahora bien…
Una vez concluida la lectura es posible que apetezca más acudir a la biblioteca a por los tÃtulos recopilados en “Referencias†que en busca de un nuevo libro de Ignacio Padilla. La principal razón es la brevedad de sus relatos; una brevedad en muchos casos frustrante y difÃcil de explicar. Padilla nos sumerge en situaciones y nos presenta a personajes de indudable potencial dramático, pero nos deja con la miel en los labios. No profundiza. Se dirÃa que tiene prisa por poner el punto final. El lector se ve introducido en salones repletos de objetos y personas fascinantes pero, una vez allÃ, sólo se le permite echar un rapidÃsimo vistazo antes de ser expulsado en volandas. Es más, algunos de los relatos (“Las furias de Menlo Park†y “Pacto de caballerosâ€, por ejemplo) se reducen casi en su totalidad a una plasmación de anécdotas históricas. La narración, el relato que surge de tales anécdotas es mÃnimo, se dirÃa que apenas una excusa para hablar sobre la obsesión de Edison por construir una muñeca parlante o sobre las apuestas acerca del sexo del Caballero D´Eon, como sucede en los relatos citados. Claro que todo esto no deberÃa entenderse necesariamente como una crÃtica negativa, pues, al fin y al cabo, a un libro se le pueden hacer pocos halagos mejores que “Ojalá fuera más largoâ€.
Los relatos de la segunda parte, más extensos (sólo un poco), funcionan mejor. Los personajes disponen de espacio para cobrar cuerpo y la narración respira. Es en este grupo de relatos donde está el que probablemente sea el mejor de la colección: “Miranda en Chalonsâ€. También basado en un personaje verÃdico, en este caso una niña salvaje, el relato aborda una cuestión compleja: ¿puede ser acusado de un delito alguien que no es consciente de haberlo cometido, alguien que ni siquiera conoce el concepto de delito? Y en una interesante vuelta de tuerca: quien hace consciente a esa persona de haber cometido un delito ¿se convierte también, en cierto modo, en culpable? “Miranda en Chalons†no es esquemático, deja pensando al lector; inquieto, sÃ, pero no insatisfecho. Ojalá lo mismo sucediera con más relatos de El androide y las quimeras; varios entrañan el potencial para ello.
SÃ. Un amigo mÃo escribió un relato relacionado, como el de Padilla, con las muñecas parlantes de Edison, y me gustó algo más. Es verdad que no llega donde tiene que llegar, o que llega donde tiene que llegar con pasos de menos. Terminas el libro echándote mano a los bolsillos por ver si te han mangado algo en el camino.
Eso, al menos, dicen que diga mis asesores.
Quizás ayude a tener otras perspectivas de los autómatas, sus tipos y formas, la lectura de La quimera del autómata matemático, de reciente aparación. Más información en: http://www.libros.universia.es/fichalibro.aspx?id=286137