«Famosos impostores», de Bram Stoker

Famosos impostoresFamosos impostores. Bram Stoker
Traducción de Alberto Fuentes
Melusina (Barcelona, 2009)

Ahora que los herederos del autor de Drácula están aprovechando el filón de la moda vampírica, resulta más oportuna que nunca la publicación de Famosos impostores, obra inédita de Stoker, para demostrar que escribió otras cosas que, si bien no llegaban a las altas cotas de su popularísima novela, merecen un vistazo para completar la figura del autor.

Famosos impostores se presenta como un ensayo sobre la impostura. Sobre la apropiación de personalidad. Sobre la «posesión del alma». Pero no va de vampiros. O sí, pero de otro tipo de vampiros, más falsos, más interesados, menos torturados. Algunos han perdurado en el tiempo, otros se evaporaron, pero forman parte de ese grupo de entidades que corroen a la sociedad. Falsos miembros de estirpes reales, estafadores, adivinadoras, cazadores de brujas, ladrones de fortunas, travestidos… Un catálogo de secuestradores de vidas ajenas que concluye con la famosa historia de «El muchacho de Bisley» quien, se dice, llegó a convertirse en Isabel I de Inglaterra. Desde herederos al trono a casos conocidos, como el del profeta Cagliostro o el del cazador de brujas Matthew Hopkins, sin olvidar la curiosa leyenda del judío errante, toman forma en este catálogo de pequeñas sabandijas que, aun logrando en algunas ocasiones sus objetivos, acabaron sus tristes vidas en la cárcel o condenados a muerte.

Por supuesto, los casos recopilados con profusión de datos, fruto de una extensa investigación, corresponden a épocas en las que resultaba imposible verificar asuntos como el auténtico origen familiar de un individuo que se presenta como descendiente de sangre real (se basaban, en la mayoría de casos, en la posible veracidad del testimonio y el parecido físico o en algún detalle corporal) o la fiabilidad de un curandero que promete la sanación absoluta. Sin embargo, en la actualidad siguen estando vigentes estos tipos de artimañas y no faltan ladrones y profesionales del timo, tanto callejeros como de alto copete (repasen la prensa de las últimas semanas, sin ir más lejos). Stoker no se aleja mucho del reportaje, la crónica y, en los pasajes en los que intervienen personajes históricos, el chismorreo, para deleitarnos con detalles no desprovistos de humor. Sin embargo, le pierde el exceso de información, y la retahila de nombres, cargos y ramificaciones familiares es tal en algunos de los capítulos, que puede llegar a cansar al lector más interesado en la psicología de los retratados o en la recreación de los hechos. A pesar de ello, es bien sabido que Bram Stoker nunca ahorraba detalles, por lo que, definitivamente, se le identifica con su personalidad narrativa que mantenía en este libro alejado de su bibliografía de ficción.

StokerEn Famosos impostores, Stoker nos sorprende con un puñado de reflexiones críticas sobre la fiabilidad ocultista de algunos profesionales del ramo, lo que a buen seguro no debió agradar a sus compañeros de la Golden Dawn, sociedad secreta a la que, dicen, pertenecía. Poner en entredicho las «malas» artes de ciertos personajes afines a ese colectivo podría entenderse como un guiño al intrusismo siempre presente en estos asuntos, pero también invita a leerse como una curiosa aportación escéptica que hace sospechar un interesante conflicto entre el autor y sus compañeros «oscuros». De ser así, el libro que nos ocupa desvelaría a un Stoker interesado pero distante respecto al ocultismo, una imagen diferente a la que siempre se le ha otorgado.

José A. Muñoz

José A. Muñoz

José A. Muñoz (Badalona, 1970), periodista cultural. Licenciado en Ciencias de la Información, ha colaborado en varias emisoras de radio locales, realizando programas de cine y magazines culturales y literarios. Ha sido Jefe de Comunicación de Casa del Llibre y de diversas editoriales.

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