El historiador norteamericano, húngaro de nacimiento, John Lukacs (1924-2019), desarrolló su carrera académica principalmente en el Chestnut Hill College, en Filadelfia. Su larga trayectoria como profesor quedó plasmada en un gran número de publicaciones en las que destacaron sus diferentes acercamientos a la Segunda Guerra Mundial, entre ellos, trabajos que acotaban años y circunstancias, asà como otros con análisis más generales. Cinco dÃas en Londres, mayo de 1940. Churchill solo frente a Hitler, que recupera la editorial Turner, es ejemplo de los primeros. Según cuenta el historiador en su prólogo, este libro surge de otros en los que apenas pudo desarrollar lo sucedido en esos cinco dÃas en los que se centran.
“Este libro intenta reconstruir la historia de cinco dÃas que hubiesen podido cambiar el mundo. Londres fue el telón de fondo, y esos cinco dÃas abarcan desde el viernes 24 hasta el martes 28 de mayo de 1940. En ningún momento, y en ningún otro lugar, estuvo Hitler tan cerca de obtener la victoria en la Segunda Guerra Mundial, su guerraâ€.
La relevancia de esos dÃas para el desarrollo de la guerra no son un secreto y a lo largo de décadas se han analizado desde diferentes perspectivas. Lo que hace importante el libro de Lukacs, además de su increÃble concreción y precisión para narrar los cinco dÃas, se encuentra en cómo hace uso de muy distintas fuentes para desgranar cada instante y analizar cada momento y decisión, asà como todas las variaciones que se produjeron en las diferentes reuniones. Pero también para reflexionar sobre el contexto anterior y posterior a esos dÃas.
De este modo, Lukacs se adentra en un marco histórico bien conocido, pero que el historiador se encarga de reconstruir no solo a través de una amplia información y, sobre todo, a fuentes de la época o directas para indagar en los pensamientos y sensaciones del momento; sino que también hace uso de unas estrategias ensayÃsticas muy cercanas a lo narrativo. Lukacs crea un ritmo de gran precisión para introducir al lector en el momento, para crear una atmósfera muy particular que transmita las variaciones emocionales de cada pasaje y la relevancia de las conversaciones.
Para Lukacs, en el continente europeo los sistemas liberal parlamentarios se encontraban en crisis debido a su aparente incapacidad para dar respuesta y alzarse como alternativa para las recientes sociedades de masas. Mientras que, por el contrario, las formas totalitarias del comunismo y el fascismo sà lo estaban logrando. En Inglaterra el sistema democrático se mantenÃa con mayor fuerza que en el resto de los paÃses europeos tras la irrupción del nazismo, y su tendencia hasta el estallido de la guerra frente a Hitler fue el llamado “apaciguamientoâ€. Aunque rechazaban el fascismo, en el fondo, consideraban al comunismo como una amenaza mayor para los sistemas liberales y la presencia de estos movimientos de extrema derecha podÃan servir para detener a los soviéticos.
Una estrategia alentada por el primer ministro Arthur Chamberlain y que tenÃa el apoyo en la Cámara de los Comunes, donde la tendencia hacia un conservadurismo más pragmático se encontró, en su sucesor, su antÃtesis. Este fue Winston Churchill, quien ni tenÃa demasiados apoyos, incluso en su partido, ni despertaba demasiadas simpatÃas. Al menos, en esos momentos; después, todo cambió radicalmente. Por entonces, en esos dÃas de mayo, su postura ante la situación continental y, en particular, sobre la retira de las tropas en Dunkerque y en buscar la posibilidad de una firma de paz con Mussolini como mediador con Hitler, era mucho más radical que la de sus compañeros de partido.
Lukacs desarrolla las diferencias no solo de posicionamiento, también ideológicas, en el seno de un mismo partido para exponer las tensas reuniones entre Churchill y el resto de componente del Gabinete de Guerra y cómo el tiempo avanzaba y la situación en Europa se mantenÃa crÃtica. La decisión de Hitler de no avanzar más fue, a su vez, un elemento de fortuna para los británicos. Junto a lo que sucedÃa en los despachos, Lukas recurre a la prensa diaria e, incluso, a encuestas que se llevaron a cabo, para medir cómo la población británica, más o menos informada de lo que estaba sucediendo, se posicionaba, oscilando, dependiendo de clase social y sexo, entre el pesimismo y el optimismo frente a una nueva guerra cuando se estaba, en verdad, todavÃa superando la anterior.
“Que los británicos aceptasen el dominio alemán sobre Europa significarÃa inevitablemente la reducción de Gran Bretaña a una especie de socio menor o incluso satélite de Alemania. Esta era, y seguÃa siendo, la esencia de la visión de Churchillâ€.
Cinco dÃas en Londres, mayo de 1940. Churchill solo frente a Hitler es un libro magnÃfico, con una gran brillantez en la exposición, uso y desarrollo de toda la información. Lukacs, quien se manifestó gran admirador de Churchill, tanto en lo personal como en lo polÃtico -e ideológico en muchos aspectos-, sitúa su figura con un claro propósito de alzarla en su relevancia -que la tuvo, y mucha- en esos momentos; también después. Sin embargo, cuando debe matizar o mostrar errores del polÃtico, no los camufla. Hay tanta pasión en Lukacs como rigurosidad en su mirada. Del mismo modo, utiliza el texto para reflexionar sobre las variaciones ideológicas de la década de 1930, especialmente, en el seno de la derecha y el conservadurismo para mostrar que no todos eran iguales y que simples matizaciones en un contexto bélico, eran de gran relevancia y deben tenerse en cuenta. Del mismo modo que observa a la figura de Hitler como el verdadero revolucionario del siglo XX al desmantelar un estatus quo de manera mucho más amplia que lo conseguido por la Unión Soviética. Para Lukacs, Hitler dio forma a un nacionalismo populista al que, en un primer momento, las democracias fueron incapaces de dar réplica. Y aunque perdió su guerra, no fue posible borrar del todo aquello que habÃa implementado durante años.
Lukacs publicó el libro en 1989 The Duel: 10 May–31 July 1940: the Eighty-Day Struggle between Churchill and Hitler, donde enfrentaba a ambas figuras de manera mucho más desarrollada que en Cinco dÃas en Londres, mayo de 1940. Churchill solo frente a Hitler, donde varios apuntes y exposiciones sirven para entender cómo las decisiones de ambos en esos dÃas podrÃan haber conducido los acontecimientos hacia otros derroteros con consecuencias muy diferentes para el devenir de la guerra y, después, para el futuro de Europa. Churchill sabÃa que, de ganar Hitler, comenzarÃa una edad oscura para el mundo bajo dominio del nazismo. Lukacs, al final del libro, y tras matizar algunas cuestiones sobre otros momentos relevantes que podrÃan también haber cambiado el desarrollo del conflicto, lanza la advertencia, tanto velada como explÃcita, de los peligros que vuelvan a surgir partidos o movimientos fascistas que, esta vez sÃ, puedan llegar a ganar. Una advertencia que el historiador puso de manifiesto hace veinte años en este libro y, después, en otros lugares, pero dos décadas después se hace evidente que su intuición y análisis tuvo consistencia de cara al futuro. Por eso, la lectura de Cinco dÃas en Londres, mayo de 1940. Churchill solo frente a Hitler resulta tan relevante: no solo por conocer lo que sucedió, también para comprender de dónde venimos y que antes que derribar la historia, quizá, sea más conveniente introducirse en ella, estudiarla, conocerla y elaborar un pensamiento crÃtico para comprender mejor los surgimientos en nuestro presente de nuevas formas totalitarias.