Mark Fisher | Foto: Alpha Decay

Lo raro y lo espeluznante

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Mark Fisher | Foto: Alpha Decay

Resultará de mucho interés este ensayo del malogrado Mark Fisher (1968-2017) dedicado a examinar dos conceptos poco frecuentados —al menos con la lucidez y atención con que lo hace el autor—, en la teoría sobre lo fantástico, como son lo “raro” y lo “espeluznante”. Fisher, tras unas líneas preliminares en las que delimita  teórica y conceptualmente los dos términos, divide el volumen en dos secciones dedicadas a cada uno de ellos, en los que incluye varios ensayos analizando los términos a través de diferentes discursos fílmicos, musicales y, principalmente, literarios. Grosso modo Fisher contempla lo raro como aquello que está fuera de lugar, que no debería estar ahí, un “error”, una anomalía. Para el autor de este ensayo fue Lovecraft quien prácticamente inventó el cuento raro, con su fijación con lo exterior. Entidades ajenas a nuestra realidad que suelen irrumpir, ya sea, resquebrajando el continuo espacio-temporal o provocando estados de conciencia alterados: locura, psicosis… Quizá, como señala Fisher, el acierto de Lovecraft consista en hacer que sus monstruos, a pesar de ser totalmente novedosos, sean tratados como si no lo fueran, dotándolos así, mediante una estética (hiper)realista, de una verosimilitud impactante, en la que la realidad se ficcionaliza, al mismo tiempo que la ficción es elevada a la categoría de realidad. Este concepto de lo raro (intromisión en la realidad por agentes imposibles) puede recordar bastante al concepto de fantástico expuesto por la crítica contemporánea, aunque Fisher lo diferencia, inscribiendo lo raro en lo real, y  asimilándolo lo fantástico con la fantasía, es decir, redefiniendo el término en un sentido más amplio y laxo, en el que cabe introducir desde las historias de brujería hasta las de espadas.

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Lo raro, que siempre se fragua en el umbral de dos mundos, está muy presente también en los relatos de ciencia ficción. H.G. Wells, Philip K. Dick o la película para televisión Un mundo conectado de Fassbinder son analizados desde una perspectiva comparativista, al igual que Las puertas de Anubis, de Tim Powers, un relato muy imaginativo y original sobre las paradojas temporales. En la novela de Powers su protagonista viaja a un pasado extraño, alternativo y rizomático y acaba descubriendo que es (fue) él mismo un poeta menor de cuya obra él se había (se habrá en el futuro) especializado, un bucle que evoca aquel relato de Max Beerbohm titulado Enoch Soames, en el que viajar al pasado permite rescribir el presente. En definitiva, como explica Fisher, lo raro también se produce mediante estos bucles temporales, juegos de cintas de Moebius desquiciantes. Estos bucles raros están muy presentes en obras posmodernas, como McHare ha sostenido en su conocida obra The posmodernist fiction, fenómenos que Fisher explica comentando la arriba citada película de Fassbinder en la que “el extrañamiento cognitivo”, según la expresión de Darko Suvin, adopta la forma de la alienación, generando la sensación de lo “cognitivamente raro”, consistente en anular el realismo mediante una experiencia más cognitiva que emocional.

Sostiene Fisher que la experiencia de lo raro contemporáneo se percibe con especial singularidad en algunas obras de David Lynch, quizá el cineasta más raro que existe. Ese umbral en el que se manifiesta lo raro en Lynch está construido mediante cortinas y agujeros (pasajes entre mundos) y también con velados tránsitos entre la realidad y el mundo de los sueños, creando en sus propuestas cinematográficas (sobre todo en Mulholland Drive e Inland Empire) pliegues misteriosos y tortuosos por los que los personajes, y nosotros con ellos, viajan perdidos. Fisher manifiesta que con películas como Inland Empire la realidad pierde sus jerarquías, ya que entramos en un terreno ontológicamente inestable en el que nos hundimos, en el que no acabamos de descubrir la puerta de salida.

La segunda parte del ensayo está dedicada a conceptualizar “lo espeluznante”, que como Fisher sostiene se puede resumir como aquello que no está. Una falta de presencia o una falta de ausencia. Es decir, algo nos aboca a la sensación de espeluznante cuando, por ejemplo, vemos una presencia donde supuestamente no debería haber nada o cuando no hay una presencia donde creemos que debería haberla. El primer texto sobre lo espeluznante lo dedica a relatos de Daphne Du Maurier y Christopher Priest. Los célebres pájaros del relato de Du Maurier, llevado al cine por Hitchcock, aunque con resultados menos escalofriantes, son las presencias que no deberían estar ahí y que convocan la sensación de lo espeluznante. De Priest analiza dos de sus novelas: La afirmación y El glamour. En la primera el protagonista, tratando de ocultarse a sí mismo algunos recuerdos, escribe una autobiografía que devendrá en un relato fantástico e irreal, emborronando las líneas que separan la realidad de lo ilusorio. En El glamour asistimos a un retruécano del tiempo, en el que alguien es capaz de vislumbrar una imagen espeluznante: el futuro que reside tras su muerte. La fragilidad de la memoria, como también sostenía Freud, causa “alucinaciones negativas”, vacíos perceptivos que nos abocan a codificar un mundo vaciado de significados y por tanto transformado en espectáculo espeluznante.

Los ensayos que completan el volumen los dedica a obras de M.R. James y Eno; y a Quatermass, la serie televisiva de Nigel Kneale, en la que mediante exposiciones a lo raro, lo alienígena y lo espeluznante se cuestiona la propia frontera de lo humano.  También se ocupa en otros textos de las ficciones de Margaret Atwood, Christopher Nolan, Tarkovsky y Kubrick, realizando brillantes análisis en los que pone de manifiesto cómo se puede articular lo espeluznante desde diferentes estéticas, ya sea a través de la presencia velada de fuerzas extraterrestres o sobrenaturales, postulando un “tanatos de lo espeluznante”, haciéndonos entender que quizá somos más parte de la muerte que de la propia vida, y por tanto, nosotros mismos somos “un caso ejemplar de seres espeluznantes”.

A pesar de la brevedad de estos ensayos, logra el autor condensar en sus pocas páginas ideas destacables, interesantes y brillantes, que ayudan a iluminar sus tesis. Este original libro es un estudio serio y ameno, que permitirá considerar nuevos matices sobre lo fantástico, y por otra parte, descubrir algunas obras poco frecuentadas o clásicos postergados por la crítica que merecen ser revisados.

Pedro Pujante

Pedro Pujante (Murcia, 1976) es profesor de inglés en Primaria y Máster en Literatura Comparada Europea. Sus relatos han aparecido en diversas antologías y revistas. Es autor de los libros de cuentos ‘Espejos y otras orillas’,'Déjà-vu’ (Premio Internacional Latin Heritage Foundation) e ‘Hijos de un dios extraño’. Su novela ‘El absurdo fin de la realidad’ le valió el I Premio 451 de Ciencia Ficción de Ediciones Irreverentes. Actualmente ejerce la crítica literaria en diversos medios, y es colaborador habitual en el suplemento Libros, del periódico 'La Opinión de Murcia'.

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