Ya lo dijo Joan Brossa, que el poema debÃa extenderse más allá de las páginas del libro. Es asÃ, en esa extensión, en esa manera de salir al mundo, a la vida, de salirse de la poesÃa, de la poesÃa tradicional, donde podemos dar vida, ver crecer a las letras impresas y también hacer confluir las artes plásticas y la literatura. También es ahÃ, fuera de la página, cuando podemos hallar algunas experiencias poética que, de manera genérica, llamamos poesÃa experimental, y más concretamente se refieren a diferentes ámbitos como la poesÃa visual, la acción poética, la poesÃa fonética, etc. donde se hace convivir y se mezclan varias disciplinas, y que tienen en las vanguardias artÃsticas de principios del siglo XX uno de sus puntos –por no decir el principal– de referencia y continua fuente de inspiración para la ruptura, siempre higiénica, con lo establecido y conformado, en la consecución no solo de la originalidad, sino de un avance estético y ético, más allá de las modas y los modismos ad hoc.
En la actualidad, muchos son los autores que siguen ampliando, en este sentido, el campo de acción de la poesÃa. Uno de los ellos es Sergio Pinto Briones, nacido en Santiago de Chile y residente en España desde el 2005, que ha venido desarrollando una gran actividad cultural en Valencia, ciudad en la que reside, en especial desde un local en el populoso barrio de Ruzafa, Le petit Canibaal, un lugar que es a la vez librerÃa y espacio para desarrollar diferentes iniciativas culturales como la revista Canibaal, de concepción literaria y experimental, en la cual Sergio desempeña la dirección literaria. En los últimos números, la revista Canibaal ha conseguido reunir una serie de nombres siempre interesantes del panorama artÃstico y literario, tanto de nuestro paÃs como del ámbito latinoamericano, como Chema Madoz, Enrique Vila-Matas, Rául Zurita, Rafael Gumucio, Arnau Puig, Julián Herbert, Bartolomé Ferrando, Clemente PadÃn, Reynaldo Jiménez, Alberto GarcÃa-Alix, Mario Santiago Papasquiaro, Jacobo Siruela, Ana Curra, Antonio Pérez, Carmen Calvo y un larguÃsimo etcétera.
Por otro lado, Sergio ha desarrollado su propia obra como poeta y artista visual. En cierta medida su libro De facto (Contrabando, 2014) reúne ambas vertientes de forma muy clarificadora. A la manera del famoso Ou amb dos rovells de Joan Brossa (que se dividÃa en Tast de poemes objecte y Tria de poemes conversables), aunque sin el envoltorio objetual, el libro de Sergio está dividido en dos partes, la primera titulada Barbaridades in situ y la segunda El balcón de la planta baja; dos caras de una misma moneda poética: la primera sustenta y fija una obra gráfica asentada en la transformación tanto del signo gráfico como del signo lingüÃstico en una conversación o en un juego entre lenguajes creativos. Asimismo, y de manera insoslayable, el libro crece en la denuncia de algunos de los aspectos más controvertidos de la vida moderna como la religión, el poder, o el sexo, de manera simbólica, aunque efectiva. En la segunda parte, el texto retoma su protagonismo poético, y se nos narran diferentes situaciones que el lector/espectador podrá espiar cómodamente desde su balcón (según la metáfora que propone el tÃtulo de esta parte), desde su primera fila, que le llevará a escuchar conversaciones privadas, pues aquà la entidad del diálogo entre dos personas, -que le permite al autor construir tanto la cotidianeidad como lo extraordinario de las relaciones de pareja con muy pocos elementos-, nos da pie a identificar tanto las heridas como los besos que nos proporcionan las relaciones humana. Además, el lenguaje, la lengua hablada representanta gráficamente, es usado para superar situaciones de comunicación y/o incomunicación, y también para que el lector tome un protagonismo activo e interprete lo que lee, y goce asà de los juegos de representaciones que el autor le propone, como el poema en forma de escalera que dice:
En esta / oscuridad / tú eres / la / única / que tiene / los fósforos…
Al fin, Sergio Pinto Briones se integra perfectamente tanto en la tradición española de la poesÃa experimental como en la tradición chilena, que en el ámbito de la poesÃa experimental es ciertamente fecunda y viene de lejos, pues Chile no es solo el paÃs de Latinoamérica con más premios Nobel de literatura (Gabriela Mistral y Pablo Neruda, ambos poetas) es también la patria de insignes renovadores como Vicente Huidobro y, más recientemente, del antipoeta Nicanor Parra.