El silenciamiento activo y la anulación pública del discurso femenino ha resurgido en los últimos tiempos de diferentes maneras, desde las amenazas de muerte lanzadas en Twitter a la periodista y erudita Mary Beard, a las vÃctimas de maltrato y violación en todo el mundo, pasando por los episodios de acoso sexual en Hollywood, señales del odio y el abuso generalizado que se ha convertido en el enfermizo sello de lo que denominamos posmodernidad. La norteamericana Rebecca Solnit (1961) utiliza la literatura como un medio para la concienciación:
“Pronto descubrà que no tenÃa derecho a vivir, a ser libre o a perseguir la felicidad en el mundo exterior, lleno de extraños que parecÃan odiarme o deseaban hacerme daño por el hecho de ser mujer, donde el sexo se convertÃa pronto en violencia, lo que nadie consideraba un asunto público, sino más bien uno privado†(Reconocimientos).
El tema principal de su elocuente conjunto de ensayos The Mother of All Questions (Granta, 2017; La madre de todas las cuestiones, mi traducción, al igual que las restantes) es, pues, el silencio, con independencia del género al que pertenece: voces enmudecidas; la vergüenza como mecanismo de control; la cultura como estrategia de supervivencia. Leer Mother, a raÃz de los últimos escándalos, supone abordar la culturalmente incómoda relación entre la voz femenina y la esfera pública: “El silencio es una carga que soportamos o soportábamos la mayorÃa de nosotras, unas más que otras, ya que algunas se han vuelto expertas en cómo hacerse a un lado, dejar caer el peso, desentenderse†(El orgullo es el gran silenciador).
Su discurso pretende fomentar el debate para explicar y superar la misoginia imperante. LeÃdo el volumen, la madre de todas las preguntas parece ser: “¿Dónde hallar respuestas?â€Â Solnit nos insta a indagar en ese mutismo como un reflejo del desprestigio femenino. Denuncia, por ejemplo, su exclusión del discurso público:
“La revelación de que un perfecto desconocido (e incluso alguien a quien apenas conocemos) nos puede humillar, herir e incluso eliminar por el hecho de ser mujeres, de que tenemos que estar en guardia todo el tiempo para evitar ese destino, esa conciencia, quiero decir, me convirtió en feminista†(Feminismo: llega el hombre).
La editora de Harper’s Magazine ha escrito, sobre todo, una acusación contra un pasado que refleja y celebra la autoafirmación históricamente ilusa del patriarcado. En relación con ese legado ancestral, hay poco de qué enorgullecerse:
“Ni siquiera tenemos una palabra, mucho menos un debate, que denuncie el más común de los asesinatos en masa, el del hombre que aniquila a los hijos de la pareja o a otros miembros de la familia (…) asà como a la mujer foco de su ira. Yo propongo el término familicidio» (El hueco que deja el ave que abandona el nido).
La madre de todas las cuestiones también podrÃa ser: “¿Cómo ser escuchadas?†Las respuestas de la autora de Wanderlust. Una historia del caminar (2016) son, de nuevo, preguntas: “¿Por qué conformarnos con preservar el statu quo?â€. Estos ejemplos, como los anteriores, son los estratos profundos, la fea resaca, del prejuicio machista, un lenguaje que apuntala modismos que, sin que los notemos, actúan para eliminar la autoridad (e incluso el humor) del discurso: “Es el más noble propósito del idioma decir las cosas claras, y al hacerlo, abrirnos los ojos; cuando usamos las palabras para lo contrario, comienzan los problemas†(El extraño caso del asesino oculto).
El progreso, si alguna vez tiene lugar, requerirá un replanteamiento fundamental de la autoridad. No consistirá solo en resituar lo femenino. El estado mismo tendrá que ser redefinido. No somos nosotras, concluye Solnit, sino el poder el que debe cambiar. El feminismo nació para que tales verdades afloraran, para denunciar la injusticia contra los oprimidos. En Mother el dolor se convierte en estrategia. Hoy más que nunca, necesitamos una polÃtica que cree espacio y tiempo para la falibilidad. ¿Un futuro sin violaciones, sin asesinatos? Preguntas que resuenan contra el destino de lo marginal, que suponen un desafÃo a la hegemonÃa de lo inhumano.