«Si no conoces las fantasÃas de un paÃs, es difÃcil escribir sobre él una narración que no consista en una mera descripción del decorado, tanto humano como de otro tipo». Roth confesaba que no sabÃa verdaderamente «qué significaba qué» para los ingleses, y que sus percepciones se veÃan en particular enturbiadas por el hecho de hablar el mismo idioma, más o menos: «Verá, creo saber lo que están diciendo aunque no lo sepa». Pero el mayor problema de escribir en Inglaterra era que «aquà nada es objeto de mi odio». Esta falta de antagonismo hacÃa que residir allà fuera agradable como persona, pero difÃcil como escritor, puesto que «un escritor necesita que lo saquen de quicio, esto ayuda a ver. Un escritor necesita sus venenos. O, al menos, este escritor los necesitaba. «Y el antÃdoto a sus venenos -reconocÃa- suele ser un libro».
Roth desencadenado (Roth Unbound: A Writer and His Books, 2013) no es una biografÃa al uso; Claudia R. Pierpont no ha basado su texto tanto en la vida biográfica de Roth como en la relación entre esta y los diversos ecosistemas con los que se ha relacionado él mismo como autor y su propia obra. Se trata, pues, de la biografÃa de un escritor, una especie de biografÃa literaria, antes que el relato de la vida de un individuo que escribe.
El libro se estructura en torno a las consideradas obras mayores de Roth:
El mal de Portnoy reconoce el tributo del autor con los grandes maestros de su juventud: Thomas Wolfe, de quien aprende cómo escribir, y Saul Bellow, un escritor al que admira y cuya relación durará hasta la muerte de éste, que le inspira la temática. Se analiza el papel de la comunidad judÃa norteamericana en su doble vertiente censuradora y facilitadora de temas.
Mi vida como hombre da inicio a la tensa relación, que durará hasta sus últimas novelas, con la crÃtica feminista.
Goodbye, Columbus, obra de juventud pero en la que quedan establecidos algunos de los temas que se hacen presentes en la práctica totalidad de su obra, entre ellos su supuesto antisemitismo.
La visita al maestro constituye uno de los capÃtulos más interesantes al poner en relación al autor con su idea del mito de Ana Frank. Nathan Zucherman queda caracterizado como el gran personaje de Roth, y es puesto en relación con otros grandes personajes de autores contemporáneos de Roth como Harry Conejo Angstrom de John Updike.
La contravida, tal vez la única novela de Roth con tintes posmodernos, y considerada una obra maestra por el crÃtico Harold Bloom o por el escritor Martin Amis.
Operación Shylock reincide en la cuestión judÃa, en el sionismo y en la diferencia entre ambos: la controversia étnica -Roth defiende el hecho de ser judÃo en ambiente adversos, particularmente durante una prolongada estancia en Inglaterra- contra la cuestión polÃtica -Roth es muy crÃtico con el Estado JudÃo, hasta el punto de que su protagonista defiende la disporalización, lo contrario que Leon Uris, el regreso de los israelitas a sus lugares europeos de origen como única forma de supervivencia del pueblo judÃo-.
El teatro de Sabbath, ganadora del National Book Award, que entronca directamente con Portnoy veinticinco años después.
Y, finalmente, el ciclo «Némesis», ElegÃa, Indignación, La humillación y Némesis, sus últimas novelas, otoñales y pesimistas, centradas en la vejez y el deterioro fÃsico.
Fiel al subtÃtulo, Un escritor y sus obras, es un excelente repaso por las obras y los temas de Roth.  Es posible que su mayor virtud en relación al autor norteamericano puede llegar a constituirse, de acuerdo con las expectativas de cierta clase de lector, en su mayor defecto: la referencia constante a la obra, como si la vida del autor pudiera rastrearse en sus libros. Es una lectura extremadamente interesante para quien haya recorrido la totalidad de sus novelas, pero poco seductora para quien desconozca la obra del norteamericano.