En PalabrerÃa de lujo (Ediciones del Subsuelo, 2021), Toni Montesinos nos ofrece, como indica su tÃtulo, un recorrido por la literatura francesa desde el comienzo de la llamada Ilustración hasta nuestros dÃas.
Montesinos arranca su ensayo, quizá no podÃa ser de otra manera, con Montaigne, en un prefacio-excusa sobre la existencia de PalabrerÃa de lujo, un libro que el autor comienza y termina durante los primeros meses de la pandemia -aunque en sus páginas se percibe claramente que es un trabajo que recoge una larga experiencia en la crÃtica literaria y un conocimiento previo amplio sobre el tema. Más allá de lo que podrÃa ser un simple apunte autoral biográfico sobre los motivos que llevan a su escritura, resulta importante el deseo que anida bajo ellos: como Montaigne en su torre, aislado, Montesinos escribe como salida a una situación de angustia provocada por el encierro y la situación pandémica; pero también busca entregar al posible lector de sus páginas un recorrido literario que, más allá de lo simplemente evasivo de su lectura, sirva para situar a la literatura -la cultural, el arte- en un lugar cercano a la salvación interna para aquellos quienes, durante unas horas, quieran dejarse llevar por un recorrido literario que no pretende ser erudito ni pedagógico, sino más bien un viaje compartido por décadas de creación literaria.
Montesinos arranca en la Ilustración por motivos obvios: es entonces cuando se cimienta gran parte de los pilares que sustentan nuestra organización social, polÃtica y cultural. Comienza una era de la razón, pero también de la imaginación, en un proceso de gran complejidad constitutiva, pero que supone una auténtica ruptura histórica. Montesinos narra ese proceso a través de sus figuras más representativas para señalar cómo comienza una nueva época para la literatura, con La nueva EloÃsa de Rousseau, como una obra que “lleva al mismo replanteamiento del género novelÃstico, a dudar y razonas, a crear y recrear desde la tradición camino de la modernidadâ€.
La novela, la literatura, toma nuevos rumbos que van de la mano de los constantes procesos de cambio en Francia. En este sentido, Montesinos enfatiza más la contextualización que el simple ejercicio autoral del genio creador. Sin negar la individualidad y singularidad de cada autor, de Sade a Stendhal a Flaubert, pasando por Balzac, Zola, Baudelaire, Dumas, Verne, y terminando en Dujardin, Rimbaud, Verlaine, Maupassant, Rostand, Leroux, Colette y, por supuesto, Proust, Montesinos aborda sus aportaciones personales a la literatura en tanto a consecuencia de cada momento particular en el que surgen, creando un diálogo entre creación y época que, sin anular el genio individual, nacen de unas circunstancias particulares y son, por tanto, parte indisociable del devenir histórico, social y cultural francés.
Con la llegada del nuevo siglo, y, con él, de los ismos y la Primera Guerra Mundial, el relato de Montesinos cambia en cierta manera sobre lo anterior. Si bien los autores tratados siguen siendo parte de los acontecimientos históricos -sobre todo del conflicto bélico-, algo se quiebra durante el siglo XX y, ahora sÃ, el ensayo atiende más a los autores a modo de islas creativas que, aunque con lógicas conexiones con su época y su presente, parecen surgir de pulsiones creativas propias desligadas de alguna manera del resto. Aunque PalabrerÃa de lujo es tanto el relato de la construcción literaria de un paÃs como de la manera en que esta acompañó a su transcurso histórico, resulta interesante cómo Montesinos, voluntariamente o no, muestra cómo la literatura no perdió nunca su sitio, pero sà de alguna manera su influencia e influjo en la realidad en la que nace en cada momento particular. AsÃ, Modiano, Blanchot, Perec, Camus, Gracq y, finalmente, Houellebecq, entre otros, son hijos de su tiempo porque no puede ser de otra manera; y, sin embargo, su relevancia como narradores de su realidad, y como agentes de los cambios en todas las esferas, ha perdido un peso significativo. Esto no resta, ni mucho menos, valor a sus creaciones, pero a su vez denota el espacio que la literatura, en términos generales, posee en nuestro presente. Y no viene de ahora, sino de lejos.
Por eso un relato como el que emprende Montesinos en PalabrerÃa de lujo resulta pertinente, para recordar el posible peso de lo cultural en una sociedad y de las ficciones como elementos imprescindibles para la transformación social y para entender el presente. Un ensayo que nace en un momento, el actual, en el que se ha puesto de manifiesto la ausencia, en términos generales, de una entidad cultural lo suficiente fuerte como para crear algo más que no sea mero consumo y sà formas narrativas y reflexivas que ayuden a construir una mirada hacia lo que acontece en derredor. De vez en cuando, adentrarse en una genealogÃa ayuda a tomar cierta perspectiva para, a su vez, entender mejor el presente.