El libro ganador del premio Setenil 2016, Nuevas teorÃas sobre el orgasmo femenino, editado por Balduque, nos propone un paseo alrededor de las vidas anodinas de unos cuantos personajes que rondan la cuarentena, es decir, la edad lÃmite, los viejos de los jóvenes o los jóvenes de los viejos, la edad bisagra, la edad determinante, pues como dice aquel dicho: “Lo que seas a los cuarenta lo serás toda la vidaâ€.
Diego Sánchez Aguilar construye estos relatos usando a un narrador en tercera persona y tiempo presente, algo asà como una cámara de seguridad con bisturÃ: preciso, frÃo, calculador, agrega notas al pie para explicar ciertas situaciones, utiliza las enumeraciones, como si estuviésemos observando un álbum de fotografÃas de personas totalmente cansadas de su vida cotidiana, como si estuviésemos leyendo un tratado sobre la sexualidad, o mejor, un tratado sobre el imaginario pornográfico propio del varón. Tanto se distancia de lo que cuenta que enseguida se activa la ironÃa y con ella la complicidad del lector. Porque qué personajes más banales y aburridos, madre mÃa, qué personajes tan corrientes y tan como nosotros. Y a pesar de que nada en ellos puede llamarnos la atención, leemos intrigados, divertidos, pasamos página tras página sin saber muy bien por qué. ¿Por el efecto espejo, tal vez? Bueno, coincidiremos en que gran parte de la incitación se la lleva el sexo, y sobre todo, el sexo de los demás: eso que también preocupa y a veces obsesiona a los que rondan los cuarenta, pues la juventud se viene abajo.
Sánchez Aguilar consigue aquello tan difÃcil de transformar las descripciones en acciones, de hacer que estas no solo nos sitúen en el escenario, sino que nos den información sobre los personajes. Un hombre que fantasea con que una compañera de trabajo no lleva bragas en la cena de empresa; otro hombre solitario y un poco asocial que se enamora virtualmente de una blogger que cuelga video-posts de sus masturbaciones diarias; Aurora, una mujer demasiado insegura, se ha ido a Cuba con dos amigas a pasar las vacaciones y no sabe muy bien por qué ni para qué; una pareja escucha follar a los vecinos, cosa que parece, por un momento, reavivar su propia vida sexual aunque más tarde se transforma en una obsesión para el varón; una mujer hastiada de su cotidianidad que fantasea con un antiguo novio al que verá en una de esas reuniones de ex alumnos; un marido que está esperando a que llegue su mujer a casa espÃa a dos jovencitos que se han colado en su edificio para echarse un polvo rápido, y Fernando, un fotógrafo publicitario, quien graba sus propias relaciones sexuales y elabora minuciosos archivos con diferentes categorÃas para el orgasmo femenino:
“Un buen orgasmo, para él, es el que está mejor interpretado, el que es capaz de hacer sentir al espectador que la mujer está siendo poseÃda por un placer inimaginable, sorprendente, capaz de sacarla momentáneamente de su cuerpo, de su mundo, de su propio ser. Y todo eso gracias a él, al hombre que la ha llevado hasta ese punto. Eso es un buen orgasmo. Como un buen anuncio. Una utopÃa. Algo que todo el mundo desea, para lo que todo el mundo vive sus miserables vidas.â€
Quizá de los siete cuentos que conforman Nuevas teorÃas del orgasmo femenino sea el último, titulado El perfume, el que explica todo el libro: el orgasmo femenino sigue siendo algo nebuloso para la mayorÃa de los hombres, algo muy parecido al imaginario de lo pornográfico, una auténtica teorÃa, una huida de la cotidiana y miserable vida de la mayorÃa.
…eventualmente, más tÃtulo que talento.