A estas alturas de la Historia de la poesÃa ¿se puede escribir sobre amor sin caer en clichés o en lubricidades varias? La respuesta es sÃ, y aquà tenemos, de la mano de MatÃas Escalera, un buen ejemplo de ello, con su último libro, que lleva por tÃtulo un significativo Del amor (de los amos) y del poder (de los esclavos). Para la ocasión el poeta se ha lanzado de cabeza al reto de hacer del amor una categorÃa más ética que sentimental, sin por ello renunciar a hablar de las relaciones amorosas como revelación de la condición humana. Pero, bien lo sabe el autor, el trenzado de los sentimientos amorosos implica, más allá de su intensidad y temporalidad, siempre esa contradicción absoluta, frontera de sentimientos opuestos, que conlleva el cuestionamiento mismo de qué es amor, o si es amor aquello que las apariencias sociales quiere que sea y no lo que individualmente y libremente es o puede ser.
Ya el romano Catulo mostró este tira y afloja en su clásico Odi et amo, y que MatÃas Escalera revisita en su poema titulado Amor y odio:
“Cuánto me amabas…
… alguna vez te lo reproché: era tan doloroso…
Cuánto me odiabas…
… no te lo reprocho: es tan doloroso…â€
Además, las relaciones sociales, entras las que se incluirÃan las de pareja tanto como las laborales (no en vano todas encuentran su acomodo o su sujeción también como formas contractuales) no se suelen establecer desde la igualdad, sino desde el reparto del poder. En este sentido, MatÃas Escalera consigue sus versos más directos y originales en el apartado titulado Nosotros el emperador, en la que la identificación personal de los gobernantes con el poder se ejemplifica en la utilización de la primer personal del plural (nos, nosotros):
“Vosotros soy yo
(estáis en mÃ)
Pero
Aun asÃ
Os convoco a la rendición
(antes de que sea tarde).â€
Y es ahÃ, a la manera de las satrapÃas orientales con sus espejos en Occidente, donde cuaja y se desarrolla el amor de los amos, que se anunciaba en el tÃtulo, hacia sus esclavos o hacia sus siervos o, no hace tanto, hacia sus súbditos, y ahora hacia sus empleados; y que implica a su vez la debilidad del amo, cuya razón de ser, cuyo imperio, se basa, precisamente, es su necesidad de siervos.
Todas estas complejas contradicciones planteadas por el poeta en este libro, nos recordarán a la estupenda e inquietante pelÃcula de Joseph Losey (con guión de Harold Pinter), El sirviente (1963), donde el intercambio de papeles entre el amo y el criado socavaba no solo las convenciones sociales, sino los fundamentos mismos de la sociedad en su conjunto.
Al fin, las relaciones de pareja se asientan, en esta sociedad nuestra, imperio del consumismo, sobre los triunfos o los fracasos, aparentemente sin alternativas, de las hazañas y los miedos pequeñoburgueses:
“Ese miedo pegajoso a perderlo todo…â€
Sobre las mentiras y las contradicciones MatÃas Escalera ha pensado y construido un libro sobre el amor y la sociedad y, lo más importante, dejando que sea el lector quien saque sus propias conclusiones.
Celebro este artÃculo por los dos, MatÃas y AgustÃn.
Yo también celebro este artÃculo Matias.