Algunos nos asustamos ante un nombre eslavo: uno siente extrañeza por esas eles partidas por la mitad, o por esas consonantes acentuadas; uno siente que le va a costar entrar en esos nombres, desentrañar no solo su pronunciación, sino también su pensamiento o su literatura, especialmente cuando el premio Nobel de literatura es otorgado a un autor checo -de nombre, en realidad, no tan difÃcil- como Jaroslav Seifert o a una poeta polaca como WisÅ‚awa Szymborska. Sin embargo, uno debe sobreponerse ante esas impresiones ingenuas, que solo responden a los prejuicios que propician las fronteras idiomáticas, liberarse de las cadenas de lo familiar y permitirse entrar y conocer, por ejemplo, la gran literatura polaca, que se presenta ante nosotros con referentes de la altura de MiÅ‚osz (premio Nobel de literatura, en 1980), Gombrowicz, KapuÅ›ciÅ„ski o de la propia WisÅ‚awa Szymborska.
Por cierto, la editorial Alfabia viene publicando desde hace varios años las prosas de WisÅ‚awa Szymborska (Kórnik, 1923 – Cracovia, 2012), traducidas al castellano y reunidas en varios volúmenes. El primero, titulado Lecturas no obligatorias va, según información de la propia editorial, por la cuarta edición. El segundo es Más lecturas no obligatorias, y acaba de aparecer el último volumen, con el nombre de Siempre lecturas no obligatorias y traducción de Manel Bellmunt. Sin duda, debemos felicitarnos, no solo por el hecho de que el primer volumen vaya por la cuarta edición, sino porque la editorial ha seguido publicando nuevos volúmenes, lo que demuestra el interés que sigue habiendo en nuestro paÃs por esa extraordinaria poeta, que el premio Nobel (1996) contribuyó a difundir por el mundo entero. Aunque no debemos olvidar que la estupenda antologÃa de PoesÃa Polaca Contemporánea que publicó la colección Adonais, Ediciones Rialp en 1994 (con selección, traducción y edición de Fernando Presa González), ya habÃa incluido a Szymborska como una de las voces más importantes de la poesÃa de su paÃs. Y es que, indudablemente, la presencia de la autora en la vida cultural polaca era ya destacada desde la década de los 50.
La vida de esta mujer sencilla pero extraordinaria es un buen reflejo de las vicisitudes que Polonia ha sufrido durante el siglo XX. Ella misma repudiarÃa sus primeros libros (publicados a finales de los 40) como obras demasiado apegadas al realismo socialista. Y es que durante su juventud habÃa pertenecido al comunista Partido Unificado Obrero Polaco, del que se irÃa distanciando poco a poco, especialmente en la década de los 50. No obstante, ella siempre escribió desde la libertad personal y creativa, como no puede ser de otra manera en una gran autora; y transitó hacia una poesÃa de gran naturalidad que se enraizaba en una finÃsima ironÃa, con emoción y sensibilidad.
Todo lo que se ha podido destacar de su poesÃa es también lo que podemos encontrar en las prosas que viene editando Alfabia por primera vez en castellano. Se trata, en su mayor parte, de breves reseñas bibliográficas publicadas en diferentes medios literarios polacos desde los años 50 hasta el 2002. En ellas podemos advertir no solo la gran variedad de intereses de Szymborska, su olfato literario, su lucidez y sus conocimientos de historia y literatura -polaca y europea en general-, sino especialmente su independencia y libertad de pensamiento. AsÃ, por ejemplo, en Siempre lecturas no obligatorias sobre la poesÃa pura teorizada por Paul Valery, dice.
“A la poesÃa le exigÃa una perfección tan absoluta que, cualquiera que se propusiera asimilar su teorÃa Ãntegramente, deberÃa acto seguido renunciar a cualquier esperanza de escribir poemas.â€
O, en su preocupación ante la actualización de los clásicos, de una buena traducción al polaco de los poemas lÃricos de Horacio, dice:
«Este Horacio nos parece contemporáneo porque el traductor ha sabido respetar su antigüedad».
Y es que su mirada sobre la modernidad es crÃtica, especialmente ante la impostura y la falsa reivindicación de la cultura. También, sobre los grandes escritores dice sabiamente:
“proyectan su sombra en dos direcciones. La primera envuelve a sus predecesores; la segunda, a su epÃgonos.â€
Estas prosas son un prodigio de claridad, concisión y honestidad. Muestran su maestrÃa para la opinión aguda, realizada siempre desde un criterio no tanto erudito como de persona cultivada y cosmopolita. A pesar de haber vivido la mayor parte de su vida bajo un régimen sin libertades, ella supo ser libre en todo lo que decÃa y escribÃa; auténtica y admirable tanto en las épocas ásperas y oscuras de la historia de su paÃs, como en las más recientes de democracia y libertades civiles.
Asà que solo nos resta sobreponernos a su nombre eslavo y disfrutar completamente de su poesÃa o de estas prosas intemporales, que nos permiten entender que tanto la escritura como la buena lectura solo se pueden ejercer con libertad personal; y el acertado tÃtulo de estas ediciones, nos lleva a tomar una posición crÃtica y, tal vez, polÃticamente incorrecta ante las lecturas obligatorias impuestas en nuestro sistema educativo. A la postre, la obligatoriedad resulta ser una triste vacuna contra la literatura para la mayor parte de los adolescentes.